Capítulo 10 - Celos

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GALA CASTRO

De nuevo lunes, me arreglo como todas las mañanas y pongo rumbo hacia el instituto.
Cuándo llego siento que la gente me mira más de lo normal, y no entiendo el porqué.

—Hola prima.— Maria me abraza.

—Hola.— sonrío. —¿Sabes que pasa aquí? no paran de mirarme.— le pregunto.

—¿No te has enterado?— aparece Stella por el pasillo. —Dicen que, el chico con el cuál te peleaste el otro día, está conociendo a una del instituto.— pasa su brazo por mi cuello.

—¿Daniel?— pregunto sorprendida pero a la vez no.

—El mismo.— asiente Stella. —Y claro, la chavala se cree importante y ha ido contando por medio instituto que se han acostado y bla bla.— bosteza en señal de que le importa muy poco.

—Será hijo de puta.— exclama Maria cabreada. —Pero de que va ese tio.

—Prima. Tranquila.— le miro y sonrio. —Me da igual, es su vida y puede hacer lo que quiera.— me rio.

—¿Que me he perdido?— dice Stella desconcertada.

—Que se gustan.— contesta Maria. —Y ahora el tonto este va y se acuesta a otra.

—¿Te gusta Daniel?— Stella me mira y se ríe. —Lo sabía, sabía que te gustaba aunque lo negaras.

—No me gusta.— pongo los ojos en blanco. —Y si me gustara, el poco interés que podría tener en él lo ha tirado por el retrete.— me encogo de hombros. —Y ahora dejadme con ese tema, quiero entrar en clase.

—Está bien pero que sepas que esa niña está en clase, por si quieres arrancarle los pelos.— Stella se ríe.

Stella y Maria se ríen mientras yo cruzo los brazos,
La verdad es que me jode, creía que de verdad se interesó por mi como una tonta, a pesar de tener la fama que tenía, pensé que podría fijarse en mi. Puto cabron.

Cuando terminan las clases solo estoy agotada de escuchar como la asquerosa de Allyson no para de decir lo magnifico que es Daniel y lo que le quiere.

—No puedo más.— digo saturada y a punto de explotar. —Como siga diciendo lo maravilloso que es Daniel se va a tragar las palabras.— le digo a Stella.

—Es imbecil y cabeza hueca.— se ríe.

—Pues como él.— suelto una carcajada. —Tal para cual.

—Perdona.— dice Allyson mientras se acerca a mí y a Stella. —¿Has dicho algo de mi novio?

—¿Novio?— intento no reirme. —Vaya...— miro a Stella y hago caras de sorprendida.

—No es mi culpa que no te quisiera chica.— sonrie. —Deberías cerrar más la boca y abrir un poquito las piernas, quizás así si te quiera.

Miro a Stella mientras ella asiente, sabe perfectamente como soy y lo que voy a hacer,
Suelto la mochila en el suelo y le agarro de los pelos, ella grita como una pija desesperada que necesita que le ayuden porque si no puede romperse una uña.

Me suelta una bofetada en la cara y se la devuelvo acompañada de una patada, mientras todas las demás gritan mi nombre y otras el suyo.

—Gala.— exclama Antonio mientras me agarra de la cintura para separarme. —Hey, ¡basta!

—¿Que mierda os pasa?— añade a Daniel mientras separa a Allyson.

—Vaya, el rey de roma.— exclamo irónicamente mientras me rio.

—¿Que he echo ahora?— suelta a Allyson y se acerca a mí.

—Nada.— contesto rápido.

—Daniel dejala.— añade Stella. —Es mejor que lo hagas.

—Exacto.— aparece Maria y mira a Allyson. —Ni te le acerques.

—¿Por qué?— dice Daniel, —Gala, mírame, mírame por favor.— me agarra de la cara.

—Le he dicho que estamos juntos y se ha cabreado.— dice Allyson.

—¿Qué?— dice Antonio sorprendido.

—Eso es mentira.— Daniel se defiende. —Estás loca.— mira a Allyson.

—No tienes que fingir.— ella le sonrie.

—Eres un falso.— me rio. —No vales la pena.— le miro a los ojos.

Me aparto de Antonio y cojo mi mochila, comienzo a andar mientras escucho a Daniel y mi hermano pelear con Allyson.

Me paro en una esquina y sin aguantar más termino llorando.

Stella y Maria me abrazan.

—Tranquila mi amor.— dice Stella. —Es un cabron y no te merece.

—O es ella que está loca y sinceramente si te quiere.— dice Maria mientras me acaricia.

—No digas tonterias.— miro a Maria. —Daniel no quiere a nadie, es un puto mujeriego.

Escucho la voz de Daniel grita mi nombre mientras Maria y Stella me miran,
Reúno fuerzas y salgo de la esquina, y en cuanto me ve se acerca corriendo a mi.

Cara a cara, mientras nuestros ojos se miran fijamente como si no pudieran dejar de hacerlo.

—Tienes que dejarme explicartelo.— murmura Daniel.

—Está más que claro.— asiento. —Te has acostado con ella y después vienes a mi.

—No me he acostado con ella.— niega con los dedos.

—Si lo has echo.— le miro.

—No joder, no puedo hacerlo porque estoy enamorado de ti.— exlcama mientras me mira a los ojos.

— exlcama mientras me mira a los ojos

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Corazón gitano                 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora