Who the hell is Harry Styles?

Epílogo.

La vida jamás será tan fácil como nos gustaría, el mundo debería entender que es igual de importante enseñarle a un niño a sumar y enseñarle a conocer sus emociones, a explotar sus talentos y a elegir su felicidad.

A veces, al llegar a la edad adulta nos empezamos a sentir más responsables de lo que en realidad somos, creamos preocupaciones de las que aún no debemos preocuparnos y nos olvidamos de lo que en serio importa, algunas veces nos dicen que debemos ver por el futuro, y claro que es importante tener una casa, poder mantenerte, tener una vida plena y digna, pero a veces tratando de conseguir todo eso nos perdemos de lo esencial, nuestro bienestar y nuestra felicidad, alguien alguna vez dijo, en alguna parte del mundo, que; A veces es mejor tener menos y ser más feliz, entre más cosas falsas tengas, en realidad eres menos rico. No está mal buscar la estabilidad, pero ¿De que servirá si eres infeliz? Por más que nos digan lo que debemos hacer en el futuro, a veces está bien simplemente vivir el presente, porque nunca sabrás cuando es que tu vida terminará.

Harry abrió los ojos lentamente, pesados y cansados, tenía miedo de despertar completamente y seguir ahí, atado y drogado, definitivamente se sentía drogado, pero extrañamente el cuerpo no le dolía, se sentía con demasiadas fuerzas y ganas de estirar todo su cuerpo. Cuando por fin se acostumbró a la luz, miro la intravenosa en su brazo, estaba en el hospital y aún buscaba respuestas, al parecer era simple suero, el pib de la máquina de electrocardiograma era el único sonido en el cuarto además de los sonidos de las aves en el exterior, se dedicó a mirar lentamente toda la pieza y se encontró pensando en que estaba muerto y lo que veía era definitivamente era un ángel en el cielo.

Louis se encontraba recostado hecho un ovillo en el sofá individual junto a su cama aun cuando había un sofá más grande, el sol apenas se colaba por las persianas y los rayos de luz caían con un tacto suave sobre su rostro, sus pestañas cubrían sus pómulos y tenía los labios secos por el ahora notable frío, Harry sonrió, sabiendo que todo había terminado, si Louis estaba ahí era por él y eso era suficiente, más que nunca tenía ganas de abrazarlo y decirle cuanto lo amaba, pero no tenía idea de cuando había logrado quedarse dormido, por lo cual lo dejo descansar un poco más.

Con demasiado cuidado de no desconectar nada y de no tropezar, Harry se sentó en la camilla, había una sudadera en un lado de la cama, la tomo y se la puso. Caminó un poco por todo el cuarto llevando con el su suero, lo cual era más sencillo gracias a la base con rueditas, alcanzó una manta de uno de los estantes y cubrió el cuerpo de su novio, era tan pequeño que era gracioso como cabía en el sofá, Harry despertaría con dolor por todo el cuerpo de solo intentarlo.

La puerta se abrió y se levantó con calma, giró el cuerpo e inmediatamente comenzó a llorar, su madre y su hermana se encontraban de pie en el umbral, ambas estaban cansadas, el rizado podía verlo bajo sus ojos, al igual que por el café en sus manos, antes de que pudieran decir cualquier cosa Harry hablo.

"Shhh" Dijo poniendo el índice sobre sus labios y haciéndose a un lado para mostrar a Louis "Está durmiendo y creo que está demasiado cansado" ambas asintieron avanzando hacía el menor, se abrazaron y entendieron que todos estaban bien, y que todo iría mucho mejor.

"¿Cómo te sientes?" preguntó su madre, sentándose en la camilla seguida por sus dos hijos.

"Bien, tenía ganas de levantarme y estirarme, no quiero estar atado de ninguna manera jamás"

"¿Y eso por qué?" Dijo Gemma, extrañada.

"Bueno, Tim-"

"Gemma, está bien" Anne habló "Ya después hablaremos con Harry, todo estará bien ahora ¿De acuerdo amor?" Preguntó mirando a Harry, quien asintió y se encogió ante el abrazo de su madre, definitivamente ella era a quien Harry más extrañaba en el mundo.