Te extraño

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La pantalla del celular indicaba una llamada insistente, estaba a una cuadra de mi casa, pero al ver tu nombre en la pantalla, estacione el auto para contestar.
Habían pasado algunos meses desde la última vez que hablé contigo.
Mi corazón empezó a palpitar, tu voz siempre me ponía nerviosa.
Respiré profundo y contesté ansiosa de escucharte del otro lado.
Yo: Buenas tardes.
Tú: Hola ¿Comó has estado?
Yo: Muy bien, ¿ y tú?
Tú: Pensando en ti, todos los días, ocupándome en otras cosas para no llamarte y soñando contigo por las noches.
Mis piernas temblaron, una ola de calor invadió mi cuerpo, podía sentir como la excitación empezaba a lubricarme; me preguntaba, ¿Cómo su voz puede encenderme solo con  escucharla?.
Volví a respirar hondo y traté de buscar sensates para que ningún recuerdo apareciera en mi cabeza, pero, hacía tanto tiempo que deseaba hablar con él, que era difícil controlarme.
Yo: Espero que los recuerdos sean buenos,- alcance a decir.
Tu: Son los mejores, Te extraño, extraño tu cuerpo y tus caricias, extraño tu risa, extraño la forma que me miras y el deseo que veo en tus hermosos ojos, extraño tu boca en mi cuerpo y ver tu piel chinita en mis brazos, perdoname que sea tan Franco.
Yo: Wao no sé que decir.
Me había quedado sin palabras, escuchar los recuerdos vividos, me hacía retornar a los momentos desenfrenados del pasado. Imágenes de nosotros golpearon mi mente, podía verte, acariciandome los senos mientras tocabas mi clitoris y besaba mi espalda, las sensaciones pasaron a mi piel y podía sentir el calor en mi cuerpo.
Tú: Sé que habíamos decidido no vernos, pero hoy no puedo con estas ganas tan grandes de volver a tenerte. Estos meses he intentado olvidarte, hasta he salido con otras para tratar de reemplazar estas sensaciones y no lo he conseguido. Quiero verte, quiero hacerte el amor desesperadamente y éste sentimiento me esta matando. Quiero escucharte y sentirte sólo para mi.
Habían tantos recuerdos e imágenes proyectandese en mi mente, que ya la adrenalina estaba por todo mi cuerpo. La llama se estaba haciendo incendio en mi interior y tenía que actuar rápido o terminaría diciéndote que quería lo mismo.
Yo: yo también te he extrañado pero creo que no...
Tú: Por favor no digas ningún pero, - me interrumpiste- conozco todos los motivos por los que no podemos estar juntos, todos serán válidos, hoy solo quiero olvidarme de ellos, quiero tenerte para mi y olvidarme del mundo,  hacerte el amor como loco y lleno de pasión. Me complementas tanto. Hoy, el destino se ha hecho mi cómplice para esta llamada.
¿Recuerdas la última vez que nos vimos?, el sexo oral en el jacuzzi, los juegos previos, la conexión de nuestras miradas llenas de pasión, las caricias tan completas de placer; tu me miras y adivinas mis fantasías, mirarte disfrutar complaciendome, es lo máximo, nuestra forma de tener sexo, es tan genuina, que contigo puedo desbordar mis deseos, no solo conecto mi cuerpo, conecto mi mente, me excita pensar en besarte y morder tus pezones, verte temblar de placer al recorrer tu cuello, tu espalda, tu ombligo con mi lengua, tomar tus cabellos, besarte con lujuria y contraerte de placer, tocar tu trasero y penetrarte salvajemente, escucharte decir que disfrutas estar conmigo y te gustan mis caricias, y después mirarte devolverme ese mismo placerme. Eres la mujer que me transporta a ese mundo lleno de pasión.
Toda la escena descrita vino a mi mente, apreté las rodillas por la excitación inconscientemente, llevé mis manos a mis senos y después a mi entrepierna, quería que fueras tú quien tocaran mi piel y tu boca quien recorriera mi cuerpo, quería estar contigo y revivir la pasión; todos los argumentos para decir algo sensato me parecían tan pobres, la pasión estaba encendida y el último empujoncito para decidirme llegó al escucharte decir
Tú: Te deseo tanto que vine a tu casa, estoy estacionado detrás tuyo, puedo ver desde aquí que aún sientes el mismo deseo que me consume. Vamos a un lugar donde podamos estar juntos. ¿SI?
Ya mi cerebro había tomado una desición, colgué el celular, tomé mi bolsa y salí rumbo a disfrutar mi sueño prohibido.

 Relatos de sueños prohibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora