Corazón Aburame.

Capítulo 3 Planes.

Abrió los ojos cansado, Oh si, hoy era uno de esos días, de no ser por su trabajo y obligación volvería a subir las sabanas y acomodarse en el cálido hueco de su hundida cama, pero se resignó, sus obligaciones le exigían seriedad en todo momento, arrastro los pies descalzos hasta el frío de la madera, algunos de sus insectos subieron desde sus pies, llamados por su actividad, le informaban.

Aquella era su ahora clandestina costumbre, el único placer que aún se permitía.

Desde que acabo la guerra los países han tomado la decisión de invertir bastante dinero en contrarrestar los vestigios de cualquier guerra ninja cercana que ponga en peligro a los civiles sin nulo control de Chakra como ellos, la forma más fácil y menos controversial era por supuesto atenuando el poder ninja, empezando de forma lenta a restringirlo hasta que el realizar esas técnicas secretas fuera soñar demasiado para cualquiera, sin abolirlo por completo para mantener su frágil economía interna. Todo eso en silencio, escudándose tras los Kages de cada aldea.

Para Shino no era la idea más inteligente, pero también comprendía el pánico, hacia años no se vivía una guerra, y necesitaban empezar a asegurarse de que las peleas ninjas no les empezaran a salpicar.

Apenas Naruto asumió el puesto de Hokage tras una larga campaña publicitaria se firmaron los últimos tratados que prohibían el sistema ninja como obligación impuesta a los clanes, aquellas técnicas "invasivas" como habían catalogado a rastreo, posesión, etc. Entre las cuales estaba la suya, ya no podía ser utilizadas sin permiso previo o sin misiones rango A en adelante de por medio, hace menos de un mes en la junta de Kages se firmó esa ley para empezar a atenuar el poder y la influencia ninja, el comunicado general decía que desde ese momento sus villas y pueblos ya no serían nunca más aldeas ocultas ni instrumentos de los países grandes para la guerra, todo aquello pensando en la cantidad de civiles que habitaban las villas.

De toda esa reunión no quería tener que recordar la cara que le puso Hanabi Hyuga cuando en la junta de los clanes para firmar el tratado en nombre de Konoha, él se vio obligado a firmar para evitar un levantamiento ninja que los involucrara, ella dejo muy claro su disgusto y esperaba que los clanes afines la siguieran.

El clan Aburame y Yamanaka tan involucrados como el Hyuga eran mucho más pequeños, sus técnicas requerían de un entrenamiento intenso y constante así que eran pocos, y no querían dar a lugar ninguna guerra civil por algo tan pequeño cuando se estaba haciendo todo lo posible por apaciguar cualquier vestigio de guerra, por supuesto que compartía el sentimiento de los Hyuga, ser catalogados y apartados era algo que nunca espero sentir, Sasuke Uchiha por supuesto también se enojó, pero él con una población de tres, contando un bebe, tampoco podía hacer más si es que no terminaba liderando alguna revuelta en el futuro, también los comprendía, mucho más que a los reyes y alcaldes de sus ciudades ellos solo tenían sus técnicas oculares, incluso en sus batallas cuerpo a cuerpo los necesitaban, los Aburame sus bichos y habían más pequeños clanes como el suyo regados por allí que también terminarían desarmados y excluidos cuando empezaran a implementar más leyes al respecto.

La noche anterior fue básicamente un debate entre clanes sin Naruto ni nadie de su gabinete, tan solo Shikamaru, Hanabi Hyuga aseguraba que más tarde nuestras fronteras serian penetradas, que aldeas ocultas como la Lluvia o el Rayo no seguirán aquellos tratados, solo había que ver su situación, el comercio del país de la lluvia era escaso por sí solo, dejar de funcionar al cien por cien con sus ninjas los enterraría aún más en la pobreza caso contrario al país más cercano a la arena ellos tenía un buen potencial como exportadores de especias y textiles, todos sabían que Hanabi tenía un punto, pero los ninjas no dejaban su trabajo en los límites de la aldea así que las opiniones se dividieron, en los que entendían que era solo una medida para empezar a hacer sentir a la gente en un ambiente más civil y mantener contentos a los nobles y los que creían que poco a poco terminarían desapareciendo a los ninjas y se volverían vulnerables.