Can I trust you?

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—¡Seokjin! ¿ya estás listo? —preguntó el moreno detrás de la puerta de la habitación de quién se encontraba ahora tomando una ducha.

—Ya estoy listo —contestó el azabache una vez salió de la habitación.

—Te sigues viendo encantador aún con resaca —NamJoon sonrió, y acercó su mano hacia la cabellera mojada del mayor.

—Kim, cuando dije que te daría una oportunidad de conocerme, no quise decir que te iba a dejar pasarte de listo conmigo. Además aún sigo saliendo con Suah —advirtió—.  Aish, no pongas los ojos en blanco cuando te hablo.

—Sí, ya entendí... como sea, bajemos al comedor, seguro quieres ver a tu novia.

—NamJoon... —reprochó con una mirada severa a lo que el contrario solo respondió con una inocente sonrisa.

—No diré nada más. —rió bajito a lo que el mayor seguía caminando detrás de él, mientras soltaba ligeros murmullos y quejas.

—Muchas gracias por la invitación Ken —agradeció el moreno con una pequeña reverencia antes de retirarse del yate

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—Muchas gracias por la invitación Ken —agradeció el moreno con una pequeña reverencia antes de retirarse del yate.

—La pasamos increíble, ojalá nos sigas invitando a más fiestas —agregó Jungkook emocionado, a lo que recibía un pequeño golpe en el brazo por parte de Hoseok.

—Discúlpalo, él siempre es así de entusiasta.

—No hay problema, espero que nos podamos seguir reuniendo chicos. Fue un placer conocerlos —se despidió una vez todos los invitados estuvieron fuera del yate.

Después de que SeokJin se despidió de los invitados, se encaminó hacia el auto donde se encontraba su novia hablando con sus demás amigos.

—¡Hey, SeokJin!

El azabache volteó hacia donde escuchó su nombre, viendo ahora como se acercaba NamJoon a pasos rápidos en su dirección.

—¿Te puedo ayudar en algo? —preguntó el mayor una vez tuvo al menor en frente de él.

—Puedes ayudarme en muchas cosas —sonrió coqueto, pero retomando una postura seria al ver el ceño fruncido de SeokJin.

—Nam..., necesito irme.

—Está bien, está bien. Solo quería tu número telefónico, no quiero perder de nuevo contacto contigo.

—Sí, claro —soltó un suspiro y sonrió amablemente, tomando el celular del contrario.

Una vez ambos chicos intercambiaron sus teléfonos, se despidieron y se encaminaron a sus respectivos hoteles.

Una vez ambos chicos intercambiaron sus teléfonos, se despidieron y se encaminaron a sus respectivos hoteles

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𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐕𝐞 • 𝙽𝚊𝚖𝙹𝚒𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora