Pesadilla part. 2

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Los aplausos y ovaciones llenaron por completo el auditorio; el pelinegro se encontraba algo agitado, limpió un poco su rostro debido al sudor y se puso de pie para agradecer con una inclinación de noventa grados a su público, aunque en realidad ellos no le importaban. Su corazón latía a mil por hora, el castaño debía estar furioso con él, besarlo en la mejilla tal vez no fue una buena idea, pero lo echo, echo estaba.

Por otra parte la cabeza de Minseok estaba echa un lío.

Juraría que el corazón se le detuvo cuando inició la primera nota, esa era la melodía que Jongdae tocaba todas las mañanas, nunca creyó que la terminaría; un presentimiento llegó a él, la letra era tan melancólica, con cada estrofa que pasaba, mas se convencía de que esa canción iba dirigida hacia Wendy.

Durante toda la presentación, escuchó atentamente lo que salía de la boca del pelinegro, no se había movido del lugar, su rostro se encontraba tan rojo como un tomate y su mejilla aún cosquilleaba ¿Que había sido eso? No lo entendía, pero no podía evitar sentir una inmensa felicidad; y eso estaba absolutamente mal.

Ahora se sentía ansioso, tocó su pecho tratando de detener los latidos tan apresurados que le provocaban aquellos sentimientos. Dio un brinco al escuchar los aplausos del público, no podía ver a Jongdae en esas condiciones.

—Jongdae se lució ¿Cierto Min?— Baekhyun apareció a su lado mientras aplaudía, pero se acercó aún más al castaño debido a su silencio—¿Min, estas bien?

—Si... solo... me iré adelantando— titubeo saliendo de ahí, cubriéndose el rostro con el antebrazo.

Baekhyun lo vio alejarse rápidamente, sonrió satisfecho al notar que su querido amigo se mostraba tímido, y Jongdae era el único que pudo haberlo provocado.

—Baek, casi es tu turno... ¿Donde está Minseok?— Chanyeol llegó por detrás, tomándolo de la cintura solo para apoyar su barbilla en la cabeza de su novio.

— Huyó— murmuró aún con la vista fija en donde hasta hace unos momentos se encontraba el castaño.

Minseok corría por los pasillos del edificio, ni siquiera sabía cuál era el camino correcto, lo único de lo que estaba seguro era que su rostro ardía y su corazón latía con fuerza, por si no fuera poco sentía cosquillas en el estómago, como si tuviera mariposas volando a su alrededor; aquello no le era desconocido, ya lo había sentido antes y no fue bonito, era desagradable, tenía pánico y miedo, solo quería huir, encerrarse en algún lugar y no salir hasta que todo desapareciera.

Se detuvo cuando ya no pudo respirar más, necesitaba recuperar el aliento, se apartó del camino para recargarse en una de las paredes del corredor, poco a poco fue deslizándose hasta quedar sentado; ocultando la cabeza entre las rodillas, estiró sus brazos para comenzar a respirar manualmente; parecía funcionar dado que ya no sentía el rostro caliente. Estuvo ahí durante un par de minutos. Tenía pensado levantarse y tratar de encontrar el camino hacia el mini estadio del campus, pero un par de sombras se detuvieron frente a él.

—¿Te encuentras bien?— una voz femenina lo hizo levantar el rostro.

El castaño observó bien a la chica, esta era preciosa a pesar de tener ojos pequeños, su rostro era esbelto y bonito.

— ¿Necesitas ayuda? — volvió a preguntarle poniéndose de cuclillas a su lado.

— Oh no... estoy bien— dijo torpemente haciendo que la chica entrecerrara los ojos [aunque parecían completamente cerrados] en desconfianza.

— ¿Lo ves? Esta realmente bien ¿Por qué tienes que ver cosas donde no las hay?— el chico a su lado parecía irritado, había olvidado que estaba ahí.

UNFAIR [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora