Intruso

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En cuanto Jongdae escucho la voz de Bokyung tomó al castaño del brazo y lo metió junto con él a un viejo loquer que había en el lugar, era lo suficientemente grande para que los dos cupieran, aunque estaban muy apretados; el pelinegro se encontraba a espaldas de la puerta, cara a cara con el castaño.

En esos momentos Minseok estaba demasiado ocupado tratando de recuparar el aire, pero Jongdae estaba más que consiente del chico, no podía concentrarse en la situación tan comprometedora en la que se encontraban, se perdió en su rostro, todos sabían que el castaño era hermoso; un lindo rostro, unos pequeños y jugosos labios... y esos ojos, esos hermosos ojos, podrías perderte en ellos, verlos por horas y no hartarte de ello.
Pero lo que más le inquietaba a Jongdae era lo pegado que estaba a su cuerpo, era imposible ignorarlo; el pelinegro cerró los ojos y despejó su mente para ponerle atención a lo que las chicas hacían.

—¿Lo ves? No hay nadie, será mejor que nos vayámonos— la chica sonaba muy nerviosa.

—¿No te parece extraño que haya un piano aquí? Alguien debe tocarlo.

—Es normal, es muy viejo, como todo lo que hay aquí, debe tener algún desperfecto— la voz de la chica comenzó a sonar más lejana— vámonos, este lugar da miedo, es imposible que Jongdae esté aquí.

—Supongo que tienes razón—Bokyung suspiró decepcionada.

Se escucharon pasos alejándose seguido de la puerta siendo cerrada.
Jongdae suspiró aliviado y le hecho un vistazo al castaño, este parecía estar conteniendo el aire porque sus mejillas estaban un poco abultadas, una risa se escapó de su boca, llamando la atención del castaño.

—¿Que es tan gracioso?— frunció el ceño haciendo un puchero involuntariamente.

—Es que te ves adorable.

Minseok se puso rojo pero por lo molesto que estaba, le dio un golpe en el hombro al chico, no tan fuerte como le hubiera gustado, pero si lo suficiente como para que perdiera el equilibrio y dejara de sostener la puerta, abriéndola y cayendo ambos al suelo.
Para suerte del castaño, quien cayó encima del chico, el impacto no fue tan doloroso, pero Jongdae vaya que lo sintió, no se movió por segundos haciendo que el castaño se preocupara, este levantó un poco la cabeza para observarlo.

—Oye ¿Estás bien?

Jongdae gimió de dolor sin abrir los ojos.

—¿Por qué no respondes?— se asusto ante el silencio del chico, se levantó poniéndose encima de él y agarrando su rostro para que abriera los ojos— ¡Hey! ¡Reacciona!— palmeó su rostro un par de veces.

El pelinegro no abrió los ojos pero si tomó de las muñecas al chico para que dejara de golpearlo.

—Estoy bien, pero me estás aplastando— Jongdae por fin abrió los ojos y lo soltó para que se moviera.

—Oh, lo siento— se levantó sacudiendo su ropa y dándole la mano al chico para ayudarlo a pararse, este acepto la ayuda.

—Así que estabas preocupado por que me descubrieran— tomó su cuello para masajearlo y calmar el dolor que la caída le provocó.

—No podía ignorarlo, además siento que te lo debía— reviso la hora en su celular.

—¿No puedes solo aceptar que estabas preocupado? Tu rostro y tu personalidad no concuerdan— trató de bromear sentándose en el banco del piano.

Un largo silencio se apoderó del lugar, el castaño seguía viendo el aparato pero estaba perdido en sus pensamientos "Tu rostro y tu personalidad no concuerdan"; esa simple frase significó mucho para él porque en el fondo sabía que nunca volverían a concordar.
Minseok levantó el rostro hacia el chico, encogido de hombros y con un suspiro se limitó a decir:

UNFAIR [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora