🌵🍼 Guía para Padres Primerizos 🍼🌵

09: Quinto mes de embarazo

Se encontraban en la sección de bebés en el centro comercial, tres semanas después de enterarse de que iban a tener un niño habían comenzado a hacer pequeñas compras para decorar su habitación.

-¿Qué te parece este? –Mostró un pequeño traje de león–. 

-Hmn...puede ser, hay que ver más opciones.

-Pero el traje de León está bonito, se le vería bonito y...

-Cariño hay que ver más ¿sí? –Le dio una pequeña sonrisa para continuar viendo más diseños–.

-Está bien, esta bien, pero yo digo que compremos el de León.

-Jeno –Sentenció su nombre con tono serio y entendió que debía dejar de insistir–.

-Bien, me calló –Hizo un puchero y siguió empujando el carrito–.

Continuaron viendo conjuntos de ropa, también tenían que comprar cosas para decorar la habitación de su hijo, además de biberones, pañales, etc.

-Este me gusta, ponlo en el carrito por favor  –Le entregó un pequeño traje de marinero–.

-Si a mi también me gusta ¿Pero sabes qué? Creo que el traje de león es mas bonito.

-...

-¿Qué? –Preguntó inocente, acabando con la paciencia de Jaemin–.

-Sabes que, ve de una vez por ese traje –Agarró el punte de su nariz suspirando–.

-Yeii, te amo tanto cariño –Salió corriendo hacia el pasillo donde se encontraba el traje mientras el menor reía y lo esperaba–.

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Habían vuelto a su departamento comenzando a decorar la habitación del bebé, y tal vez sea demasiado apresurado, pero era mejor a que hacerlo a ultima hora.

-Nana ¿Blanco o plomo? –Preguntó enseñándole ambas muestras–.

-Hmn...ambos –Río despacio viendo al pelinegro fruncir el ceño–.

-Nana uno solo por favor –Pidió suspirando–.

-Ambos se ven mejor juntos Nono –Hizo un puchero–.

-Entonces...¿los dos?.

El menor asintió sonriendo.

Jeno sonrió satisfecho con el resultado, admirando un rato el trabajo que había hecho al pintar las paredes. 

-¡Jaemin! ¿¡Puedes venir por favor!?.

-¿¡Para qué!? –El menor miró las escaleras esperando a que continuara hablando–.

-¡Solo sube por favor!.

-¡Ahora subo! –Dejo el pequeño cupcake en la mesa y se levantó con dificultad subiendo las escaleras–.

-¡Apúrate! –Rodó los ojos y apuró su paso–.

-Ya estoy aquí, y no me apures que tu no eres el que carga con tu hijo –Frunció el ceño–.

-Ya esta bien, no te enojes –Beso el puchero que hizo el menor– Termine de pintar la habitación, ¿Qué te parece?.

-Cariño en serio el color quedó realmente bien –Admiro el color en las paredes antes de dejar un beso en los labios del mayor– Ahora solo faltan-