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Esta forma no era precisamente como Jimin había planeado pasar la noche de año nuevo. Levanto la vista para ver a Taehyung dejar el monitor para bebé sobre la mesita, junto a la bandeja con chocolate caliente y panecillos. Había sido un día muy difícil y muy tenso. Ni siquiera sabía de donde había sacado la fuerza para mirar a sus padres a los ojos. Le mato ver la tristeza en sus rostros, se sorprendió al saber que Math y Logan se habían marchado. Fue un alivio, esa mañana estaba haciendo planes para adelantar su vuelo, aunque sabiendo que los vuelos en año nuevo eran prácticamente imposibles prefería recibir el año en el aeropuerto que estar bajo el mismo techo que ellos.

Aun no procesaba todo lo que había pasado, cada que recordaba a Math encima de él, Jimin entraba en pánico. Durante su relación jamás lo había forzado a nada, ni siquiera a que comiera brócoli. Él odiaba el brócoli, y Math siempre había sido muy comprensivo con todo, rara vez habían discutido, jamás le había gritado, cuando tenían algún desacuerdo, Math optaba por encerrarse a trabajar que discutir, y ahora, así como así había pretendido violarlo. Analizando mejor sus sentimientos, llego a la conclusión que no lo odiaba, sentía lastima por él, debería de ser realmente duro lo que estaba viviendo con Logan que lo había llevado a tal grado de agresión.

—Tammy sigue roncando como un tronco, faltan cinco minutos para que comiencen los fuegos artificiales y espero de verdad que no despierte— Informo Taehyung entregándole una taza de chocolate. Jimin sonrió agradeciéndoselo.

—Shena dice que ni un tractor podría despertarla, ¿Por qué crees que Scott estuvo jugando con ella en el trineo? Fue un plan bien organizado, querían agotar a la pobre— Taehyung rio sentándose a su lado en el columpio acolchado del porche trasero. Como había dicho, fue un día difícil. Lleno de tensiones, pero había insistido en que nadie cancelara sus planes para hoy, sus padres habían ido a una reunión con amigos, y había convencido a su hermana y a su cuñado para que salieran a divertirse, él no tenía ganas de salir, así que se ofreció a cuidar a Tammy, a Taehyung también le había dicho que si deseaba celebrar el año nuevo podría ir sin preocuparse por él. El hombre simplemente había rodado los ojos y lo había besado. Por esa razón aquí estaban. Recibirían el año nuevo acurrucados bajo una manta, tomando chocolate caliente y pastelillos de chocolate y nuez. Durante largos segundos se sumergieron en un cómodo silencio, de las cabañas alrededor les llegaba el sonido de música. Todo mundo estaba de fiesta.

—Gracias— susurro, su tono fue tan bajo que no creyó que Taehyung lo escuchara.

—¿Por qué me das las gracias? — Jimin no lo miro, tenía la vista enfocada en las pequeñas luces navideñas de las otras casas.

—Por esto, por estar aquí, sé que por días no hemos hablado sobre el hecho de que yo te contrate...—

—Jimin..—

—Déjame terminar— miro al Taehyung —Yo te contrate, pero lo cierto es que me he olvidado de eso en los últimos días— dijo sinceramente —No sé qué habría hecho yo sin ti— Taehyung lo rodeo por los hombros con un brazo y lo beso en la sien.

—Yo me siento igual— Jimin se recargo en el hombro del hombre.

—Mañana todo termina, no sé qué pasara después, pero ahora mismo no quiero pensar en eso— Jimin sintió a Taehyung tensarse a su lado, no quería mirarlo, no quería que le dijera que el día de mañana sería el adiós, el contrato terminaría y volverían a Nueva York para cada uno tomar su camino.

—Jimin...—

—No digas nada— se pegó más hacia su cuerpo —Ahora no digas nada por favor, no quiero romper esta burbuja— Taehyung tomo su mentón con sus dedos y lo obligo a mirarlo.

—Todo estará bien bebé— aseguro Taehyung besando su nariz —Te prometo que estaremos bien— Jimin sonrío, quería tener fe. Su proximidad lo tranquilizó, aunque estaba a punto echarse a llorar, tenía los sentimientos a flor de piel.

—Confió en ti— justo en ese momento las campanas comenzaron a sonar y los fuegos artificiales de colores estallaron en el cielo. —¡Feliz año nuevo!— susurro besando a Taehyung en los labios.

—¡Feliz año bebé!— Jimin alargó la mano, inconsciente de cuan profundamente intimo era el momento, de pronto se encontró en sus brazos. Taehyung le murmuró palabras tranquilizadoras, pero éstas no eran tan reconfortantes como sus brazos. Jimin sintió que el corazón de él latía contra su mejilla, notó el calor de su cuerpo a través las capas de ropa, y no tuvo la fuerza de voluntad para rechazar aquel consuelo.

—Ojalá lo hubiese matado —murmuró Taehyung rozándole la mano, Jimin se estremeció, en ocasiones también pesaba que tal vez se sentiría mejor si hubiera denunciado a Math, pero le gustara o no era el esposo de su hermano, su familia ya estaba demasiado destrozada por ahora, y él no quería enfrentarse a las autoridades para narrar lo que sucedió, ya estaba cansado de humillaciones. Levantó la cabeza y lo miró a los ojos.

—Ayúdame a olvidar que alguna vez ha sucedido—

—Dime lo que deseas —le pidió Taehyung. Él irguió la barbilla en una invitación inconfundible. Entonces Taehyung lo besó, y el beso produjo exactamente el efecto que él quería. Math desapareció en el calor generado por el encuentro de sus labios. El contacto se prolongó cada vez más, privándolo de respiración y voluntad, y dando paso al deseo. La boca de Taehyung en la de él era como un bálsamo curativo que relegaba el recuerdo de la agresión de Math a los más lejanos confines de su memoria. No deseaba recordar, deseaba sentir. Quería que Taehyung borrase lo que casi había sucedido esa noche. Deseaba...

—Quiero que me hagas el amor— susurro, Taehyung gruñó contra sus labios y profirió sombríos e incoherentes juramentos de pasión que a él le parecieron salvajes y excitantes. Cuando su lengua rozó sus labios, Jimin se abrió a él, paladeando su sabor y su fragancia. Jimin se arqueó contra él, entrelazándole los brazos alrededor del cuello para atraerlo más cerca. Un gruñido sordo se deslizó entre los labios de Taehyung, y de pronto él interrumpió el beso.

—¿Estás seguro? — Jimin amo la preocupación en su voz. Si le importo. Eso más que nada le daba esperanzas de que si podrían tener algún futuro juntos.

—Más que nunca— aseguro —Te deseo— Esa fue toda la confirmación que Taehyung necesitaba, con un último beso, lo incitó a levantarse, tomaron el monitor por si Tammy despertaba, y abrazados se retiraron a la habitación, Jimin sonrío, no podía pensar una mejor manera de recibir el año nuevo que en los brazos del hombre del cual estaba enamorado. 

BENDITA CONFUSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora