¿A caso se estaba volviendo loca?
¡Bulma era una mujer de ciencia hasta hace unos cuantos meses!
¡No era posible que unas leyendas le lavaran la cabeza, por el momento estaba aferrada a que lo escuchado no era cierto!
¿Será que era un castigo por siempre hacer ese tema menos?
Trato de tranquilizarse, debía de hacerlo antes de sufrir un colapsó nervioso, se dejó caer con su espalda pegada a la pared hasta que se sentó en el piso y observaba la ventana... Los pensamientos iba y venían, puede que todo tuviese conexión y sentido aunque lo negara.
¿Que debía hacer?
Sin darse cuenta sus ojos se fueron cerrando al pasar de las horas y no se dio cuenta cuando se dio por vencida y se dejó caer en los brazos de Morfeo. Los rayos del sol colándose por la ventana despertaron a Bulma, quien con pesadez y su cuerpo cansado por dormir en el piso abrió sus ojos y pudo visualizar en el reloj que eran las doce de la tarde, aún en el piso se quedó pensativa, recordando todo lo de la noche anterior. Para su lamento se dio cuenta de que no fue un simple sueño.
Se incorporó y salió al pasillo, el frío del piso le hizo estremecer, y a paso normal comenzó a abrir las ventanas para que la luz entrará, cuando estaba abriendo la última venta del segundo piso pudo escuchar el contoneo de un cascabel ir hacia ella.
—¿Kira?
El mínimo solo maullo.
—Andando, vamos a "desayunar".
Bulma alimentó a su compañero para después preparar su alimento, tenía demasiado apetito, se preparó un emparedado de jamón y queso, con una ensalada y un vaso de jugo de naranja. Durante toda la comida continuó pensando, salió de su trance cuando sintió a Kira acariciarse en sus piernas.
—Cierto... Debo de reparar el piso... Después lo haré.
Terminó de comer, lavó sus platos y fue a darse una ducha rápida, al terminar se colocó ropa de jardinería, estaba dispuesta a intentar distraerse un poco. Ya con todos los materiales que había sacado del cuarto de jardinería, brotes y con un libro en mano fue al frente de su casa.
La jardinería le parecía algo relajante, más no fácil y por eso disfrutó el plantar un par de rosas para que la entrada de su casa fuera más bonita, cuando terminó comenzó a plantar más flores y por último un árbol, ya que las personas que le vendieron la casa contaron que antiguamente había un grande y hermoso árbol, pero una noche alguien le prendió en llamas. El lugar donde estaba el árbol quedó en un tono oscuro y que quemado, nunca más creció césped o alguna otra planta.
Se había entretenimiento tanto que no se dio cuenta que ya eran las cuatro cuarenta de la tarde y que había una anciana frente a ella.
—Disculpe... Jovencita.
Bulma término de plantar el árbol y cuando vió a la mujer se asustó.
—¡Ah!... —se quitó los guantes a un lado y se incorporó mientras sacudía la tierra de su overol—. Disculpe, señora, no la vi.
—No se preocupe, señorita —extendió su mano hacía Bulma, ambas estrecharon su mano—. Creo que ya nos conocimos.
—Cierto, ahora recuerdo todo... La conocí en el autobús cuando apenas me iba a mudar.
—Así es —la anciana observó a la entrada de la casa—. Disculpe... Si no es mucha molestia, ¿Me podría obsequiar un vaso de agua?
—¡Ah, claro que sí! Que descortés de mi parte, no la invitó a pasar con este sol.
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Encuéntrame
ФанфикBulma Brief, una joven prodigio de la ciencia y tecnología sufre un colapsó por exceso de trabajo y estrés, y por consejo de su madre decide darse unas vacaciones. Al pensarlo muy bien decide mudarse a un pueblo llamado estrella naranja, alojándose...