CAPÍTULO 4

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Bulma comenzó a seguir a la sombra que se reflejaba por la pared, está desapareció rápidamente al atravesar la pequeña casa que estaba en el patio trasero.

—Al diablo con lo que pensaba.

Regresó a su hogar por una linterna y su juego de llaves. Estando frente a la pequeña casa busco la llave que abría la puerta y después de tres intentos lo logró.

—Mmmm... —encendió la linterna y aun con todos los nervios del mundo se adentro en la pequeña casa, que con unos buenos arreglos podía pasar por una morada acogedora, pero la realidad era otra, una terrorífica realidad-. Esta muy descuidada esta casa.

Apenas dio unos cuantos pasos la vieja madera rechino, poniendo más tensa a la chica que con paso lento y cauteloso comenzó a recorrer la pequeña morada que solo contaba con una pequeña sala de estar, la cocina y una recamara. Comenzando a rebuscar en la recamara encontró en una cajonera unas viejas fotografías, en estas se veían a una bella mujer de cabello oscuro como la noche que llegaba hasta su cintura y portaba un elegante vestido, pero la parte de su rostro estaba llena de rayones por completo, dejando irreconocible esa parte de la fotografía.

En otras de las fotos se veía a la que parecía ser la misma mujer pero en compañía de un hombre que también vestía elegante , Bulma podía intuir que eran esposo. De la misma forma el rostro del varón era irreconocible.

—Vaya... —se encontraba tan concentrada observando con cuidado que se llevó otro susto cuando escuchó como corrían por la casa y unos segundos después resonó el cerrar de una puerta—. Diablos...

Otra vez con cautela y cuidado fue a donde se originó el ruido que al parecer había sido de la sala de estar, volvió a buscar por la sala y volvió a encontrar lo mismo que no era nada interesante y, tampoco creía que fuese la puerta de entrada la que fue abierta. Pasaban y pasaban los minutos y el miedo crecía, no sabía lo que buscaba y para empezar que hacía ahí.

—Me rindió. —resignada se retiró—. Solo me asusto más de lo que ya estaba... Mas bien dicho me vuelvo loca.

Ya estaba fuera cuando escucho como tocaban la madera.

"Toc, toc, toc"

Era lo único que se escuchaba y llamó de nuevo la atención de Bulma, como si ese fuese su objetivo.

—S-si estoy loca... —su curiosidad y valentía era más que su miedo.

Solo detuvo su andar y se giro en sus talones, ingresando de nuevo a la morada donde se seguía escuchando el ruido. Otra vez dentro comenzó a buscar de donde provenía el sonido, no fue demasiado el tiempo cuando se dio cuenta que el sonido provenía debajo de un sillón.

—Es aquí —se fue al costado del sillón y comenzó a empujarlo con todas su fuerzas hasta dejarlo contra la pared—. Ngh... U-un e-escondite...

Bulma sentía que el alma se esfumaba de su cuerpo, una constante corriente eléctrica recorría su cuerpo, sudaba frío y sentía su cuerpo temblar y ni hablar del lío que estaba hecho en su cabeza.

Todo este tormento de sentimientos se intensificó cuando encontró una escotilla debajo del sillón y aún cuando lo movió se seguía escuchando el ruido, como si hubiera alguien debajo tocando. Tomándose el tiempo, Bulma, hinalaba y exhalaba, debía tranquilizarse tan siquiera un poco por que sentía que le daría algo apenas bajar.

Después de unos minutos que se vivieron como miles de horas abrió la escotilla sin nada de esfuerzo, apenas lo hizo el ruido paró, y cuando iluminó vio unas viejas escaleras y como al final de estas alguien salía corriendo.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2021 ⏰

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