II

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Pase la semana entera evitando a Jennifer y pretediendo estar dormida cuando mi mamá me llamaba para hablar a media noche. Me había acostumbrado a permanecer así, sumisa en las tinieblas de algo que ya había pasado. Por alguna razón estaba de esa manera desde hace un año, como si nada del precente afectará tanto como lo hacía lo de el pasado. No obstante el que me recordaran mi estado actual me hacía pensar en ambos.

Las clases habían terminado y con ellas el fin de año se acercaba. Estábamos en Diciembre y esa era la señal para que el invierno azotaria las calles de Londres, haciendo que todo mundo utilizará enormes prendas de ropa para cubrirse de el.

Dos días antes de salir de vacaciones resivi un mensaje de mi madre - tomando como último recurso el contactarme por mensajes - para decirme a que hora y donde iniciaban mis clases de verano, mejor dicho, mis clases de entretenimiento para vacaciones. Debido a que su mensaje fue muy determinado y serio, decidí hacer caso a las órdenes de mi madre y mantener nuestra relación algo neutral.

Así que allí estaba yo, frente a una escuela desconocida, con personas igualmente desconocidas y un montón de cosas que eran totalmente desconocidas para mi, tan sólo para complacer a mi madre y sus deseos de sacar de mi mente cosas que hace un año marcaron su territorio en mis pensamientos.

El enorme umbral de madera de la enorme escuela me impresionó, tal parecía que no era cualquier escuela; una en la que los chicos fueran sólo para distraerse en vacaciones, sino una real. Desperté de mi ensimismamiento cuando alguien chocó mi hombro con tanta fuerza que incluso me hizo tambalear. Me giré en dirección a mi agresor y me topé con un tipo rubio, de ojos azules y estatura medio alta; parecía uno de esos tipos despreocupados, que iban a este tipo de lugares con el fin de conseguir chicas para acostarse con ellas. El chico camino en dirección al umbral, lanzándome una rápida mirada hostil.

- Maldito. - mascullo caminando al interior de la hermosa escuela, aunque creo que no debería de apresurarme a llamarla de esa manera, ya que estoy comenzado a pensar que odiare venir a este lugar.

Reviso la foto del calendario de clases que mi mamá me mando por mensaje, mientras busco el salón de violín por los pasillos abarrotados de gente que parece ya haberse conocido alguna vez. Clave mi mirada en el celular una vez más mientras seguía caminando. Estaba comenzado a frustrarme el no encontrar el salón, cuando una vez más en el día chocó contra alguien, esta vez es una chica, sin embargo ella parece ser agradable y cálida, sus ojos cafés parecen estar divertidos cuando ven la imagen en mi celular.

- ¿Nueva? - inquiere señalando mi celular mientras que una sonrisa se plasma en su rostro.

- Si, yo... es decir, si, soy nueva. - hago una mueca de vergüenza y miro a mi alrededor, todo el mundo parece estar sumergido en sus diferentes conversaciones.

- Igual yo. Sólo que he tenido hermanos en esta escuela y me se de pies a cabeza los pasillos de esta escuela, es algo raro pero creo que me ayuda mucho en este momento. - se encoge de hombros, cuando se da cuenta de que hay algo raro en nuestra conversación, vuelve a hablar. - Dios, creo que no he dicho mi nombre.

Me ofrece una de sus morenas manos y me sonríe calidamente.

- Mi nombre es Madison, Madison McLaren.

Estrecho su mano y asiento hacia ella sonriendo inevitablemente.

- Soy Linda, mucho gusto.

- Bien. - dice. - Ahora, ¿Que clase te toca? Podría acompañarte hasta el salón para que no te pierdas.

- Oh, no, gracias. Seguro tienes otras cosas más importantes que hacer, como ir a tu clase.

- Que va. - resopla con cara divertida, lo que me hace soltar una risita. - Tu sólo dime.

You Found Me | N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora