Los siguientes días Kaito se veía más entusiasmado que nunca. Todos los notaron. Se le veía siempre con libreta y lápiz. Apuntaba cada cosa que tenía en mente, mientras se le iluminaba la cara. Volvía a estar tan activo como siempre. Por su parte, Aoko seguía algo decaída el estado de su padre. La falta de Kaito Kid le afectaba, eso era algo notorio. Incluso la chica por su parte parecía preocupada, la conversación que tuvo noches antes le había chocado. Un chico de menos de veinte años siendo un criminal mundialmente reconocido. No era que no fuera posible, era algo normal...pero siempre generaba malestar el pensar las razones por las que alguien decidiera hacer actos ilícitos.
Sin embargo, Kid era un ladrón bromista. Nunca fue tachado como uno de los malos. Y realmente agradecía que el trabajo de su padre se focalizara en atrapar al famoso ladrón fantasma. Gracias a eso no lo metían en casos más importantes, más peligrosos que pudieran poner su vida en peligro. Realmente ese aspecto era un tema que nunca había pensado años atrás, seguiría pensando igual que su yo de hacía unos años si no fuera por la corta conversación que tuvo con un chico que inicialmente confundió con Kaito.
━─━────༺༻────━─━
Flashback
- Kaito, por fin te encuentro - dijo Aoko quien agarró fuerte del brazo de su supuesto amigo.
- Perdón, pero no soy ese tal Kaito - dijo el chico algo incomodo separándose de la chica.
- Perdón, te confundí con alguien más - dijo la chica tras analizarlo y darse cuenta que aquel chico no era Kaito.
- Tranquila, no te preocupes - contestó cortés. - Entonces, ¿estabas buscando a un tal Kaito?
- Si, a él le hacía ilusión visitar este museo y le pedí a mi padre que nos consiguiera entradas. Lo único que, igual que siempre, desaparece y acaba yendo por su cuenta. - contó la chica algo disgustada.
- ¿Tu padre?
- Si, mi padre es el inspector encargado de capturar a KID
-¿Tu padre es el inspector Nakamori? - dijo el chico sorprendido.
- Ese mismo, conociéndolo ahora estará comprobando que ninguno de sus guardas es Kaito Kid disfrazado. - dijo la chica riendo.
- Cierto, alguna vez he colaborado con él - contestó recordando la cantidad de veces que vió cómo el inspector marcaba o estiraba caras para asegurarse que ninguno de ellos era Kid.
La chica lo miró confundida, así que el chico continúo.
- Por cierto, mi nombre es Kudo Shinichi, encantado.
- Oh, he escuchado hablar de ti, mi nombre es Nakamori Aoko, encantada de conocerte - contestó la alegre chica. - Entonces - añadió - ¿vienes aquí por el atraco de Kid?
- Realmente si - dijo Shinichi - Estoy especializado en casos de homicidios, así que de vez en cuando es un alivio estar en un lugar sin cadáveres a mi alrededor. Su método "nadie resulta herido" es agradable. Tu padre tiene suerte de encabezar la investigación de un criminal nada peligroso.
La chica lo miró sorprendida. Aquel chico tenía razón. Aún recordaba cuando Kid desapareció. Su padre había vuelto a su trabajo oficial, ser inspector de homicidios. Aún recordaba aquellas noches de terror, aquellas noches en que ella y su madre rezaban por la vida del hombre. Deseaban que todo saliera bien y él estuviera a salvo. Aún recordaba las veces que fue herido, que fue ingresado en el hospital. Aún recordaba las sonrisas que le daba el inspector, en señal de que no había nada de qué preocuparse. Aún recordaba la mirada oscura de su padre cuando sentía que había fallado en atrapar un criminal. Aún recordaba el dolor cuando su madre murió. La depresión que el hombre guardó en silencio para no preocupar sus más allegados. Sin embargo, aún recordaba cómo hace dos años los ojos de su padre volvieron a brillar con la aparición del ladrón fantasma.
- Tienes razón - dijo la chica con una tierna sonrisa. - Kid no es tan malo.
━─━────༺༻────━─━
Por otro lado, Koizumi Akako y Hakuba Saguru miraban atentos a su compañero de clases, curiosos por saber que tipo de plan estaría tramando . Un día, ambos recibieron una nota en sus casilleros. El trozo de papel los invitaba a pasar la tarde en el Blue Parrot. Inmediatamente, se dirigieron a dicha dirección.
Los estudiantes llegaron al famoso bar. El lugar se encontraba vacío, mas bien se encontraría así sino fuera por la presencia de Konosuke Jii, el propietario y de Kuroba Kaito sentado en la barra disfrutando de un chocolate caliente. El detective y la bruja, tras ser bienvenidos por las palabras del barman, se sentaron junto al chico que ni siquiera les había dirigido una mísera mirada. El señor les ofreció unos zumos afrutados a los chicos quienes le agradecieron de forma educada.
Ambos chicos miraron a Kaito cuando notaron un suspiro de su parte. El chico, sin aún dirigirles la mirada tenía una expresión seria y pensativa. De golpe, comenzó a hablar:
- No voy a ir con rodeos.- dijo por fin fijando su mirada a sus amigos - Kaito Kid necesita vuestra ayuda
- Tanto negarlo y mírate ahora - dijo Akako
- Un gran final necesita más asistentes de lo normal. - dijo Kaito riendo de forma socarrona.
- ¿Y por qué te ayudaríamos? ¿Cómo sabes que tras esta confesión no te voy a entregar a la policía? - pregunto Saguru.
- Por qué todos estamos del mismo bando. ¿No es así Kaito Kid? - respondió una voz que todos conocían muy bien. Kaito sonrió satisfecho al ver al recien llegado. Los otros dos alumnos presentes se sorprendieron momentáneamente al ver a la misteriosa y conocida figura que acababa de entrar al local. Luego, Saguru sonrió rendido.
- Tiene razón - finalmente el detective de Londres confesó.
Bonus...
Kaito estaba planeando minuciosamente todos los preparativos. Su teléfono sonó y sonaron las palabras que llevaba horas esperando. El joven sonrió y tachó el nombre de su madre de la lista. Ahora sólo quedaba hablar con él y podría poner ya en marcha el plan. Aunque... Kaito siempre iba un paso por delante y sabía que no obtendría un no por respuesta.
ESTÁS LEYENDO
El final de Kaito KID
FanficKaito KID por fin encontró a Pandora y no volvió a realizar ningún atraco. Sin embargo, la desaparición repentina del mago solo causó incertidumbre y preocupación por parte de sus conocidos, incluyendo al inspector Nakamori. Finalmente, Kuroba Kaito...