Cierre

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La luz del sol se colaba por los grandes ventanales haciendo despertar de su profundo sueño a los dos que dormían abrazados el uno del otro sin haberse movido un ápice durante el transcurso de la noche.

La primera en despertar fue HyuNa, quien sonrió con empatía al notar al chico entre sus brazos. Quiso removerse pero un ardor en su parte íntima la paralizó sacando de ella un pequeño gritito que terminó por despertar a su acompañante.

- Buenos días.

Habló él con su voz un tanto ronca por su reciente despertar.

- Buenos días. ¿Qué hora es?

Se apartó con mucho cuidado del pecho de Ryeowook y éste a su vez volteó hacia el buró de al lado en donde anoche había dejado su móvil y el de su amiga. Encendió la pantalla del suyo y miró.

- Las 7:30 AM.

- ¡¿Qué?! ¡No! Ryeowook mis appas me matarán. Tengo que irme, diablos qué tarde es!

Se paró de un salto olvidando el dolor por completo hasta que un fuerte ardor deformó su lindo rostro.

- ¿Te encuentras bien? No puedes regresar a casa tú sola, vamos yo te acompañaré.

Ella asintió ruborizándose mientras veía cómo su desnudo amigo se acercaba a ella que estaba en igualdad de condiciones, hizo el amago de tomar las sábanas de la cama para cubrirse pero llegó a la conclusión de que Ryeowook no podía ver más de lo que ya había visto anoche así que se tragó su pena y avanzó hasta el baño de la habitación, el cual ya sabía donde se encontraba pues con anterioridad había visitado junto con las demás chicas la casa de Krystal.

Unos cuantos pasos atrás, Wook la seguía, rememorando todo lo que había pasado la noche anterior. Si bien se sentía extraño, no se sentía del todo mal pues después de todo la chica con la que había perdido la virginidad era ella, era HyuNa, su mejor amiga y su primer amor.

- Vamos, duchémonos.

Habló la chica apartándolo de sus pensamientos y haciéndolo entrar en el baño.

Treinta minutos después y vistiendo, muy a su pesar, la ropa del día anterior, salieron a hurtadillas de aquella enorme casa la cuál parecía desierta. Definitivamente todo mundo dormía.

Caminaron unas cuántas cuadras hasta encontrarse con un taxi y después de subir dieron la dirección de la casa de la chica.

El viaje fue muy silencioso, cada quien iba en su propio mundo así que cuando el taxi aparcó, el conductor tuvo que llamar la atención de sus pasajeros para hacerles notar que habían llegado a su destino.

Una vez Ryeowook hubo pagado por el viaje los dos jóvenes bajaron y se adentraron en la casa de HyuNa.

Todo estaba en completo silencio y HyuNa le hizo una seña a su amigo para que esperara mientras ella iba a revisar la habitación de sus progenitores encontrándola vacía y con una nota en una de las almohadas:

"Cariño fuimos al club, en la noche hablaremos. Te quiere. Omma."

Ese "En la noche hablaremos" le sentó bastante mal, pero intentó alejarlo de su mente mientras bajaba de nuevo las escaleras en dirección a la sala donde había dejado a Wook.

- No se encuentran, han ido al club de golf.

- Y qué harás ahora?

- No lo sé, volver a ducharme, cambiarme ahora si de manera decente...

Como El Agua y El AceiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora