Ryeowook POV
Observaba mi reloj de muñeca. 1:50 PM. Faltaba tan poco para mi primera clase de baile con Yesung que me sentía ansioso. Acompasadamente golpeaba mi cabeza en la puerta del salón de danza, me encontraba de pie, recargado en la misma con brazos y pies cruzados, observaba el techo del pasillo, nervioso y expectante. Añoraba convertirme en un gran bailarín, ése era un sueño. "Su" sueño para mí y yo daría todo de mí para cumplirlo.
*Flashback.
- Sigue así pequeño, algún día serás tan bueno cómo yo.
- Pero omma, no me gusta bailar, yo quiero tocar el piano como la abuela y crear ropa bonita como el abuelo. Bailar es aburrido.
A sus 5 años, el pequeño Ryeowook pasaba la mitad del día tomando clases de danza clásica impartidas por su propia omma, la gran y famosa bailarina Sandara Park. Ella y su appa se habían casado
cuándo sólo tenían 17 años respectivamente. Su matrimonio fue un convenio entre sus familias. Ella, hija única de uno de los empresarios más reconocidos en la industria de la moda y de una concertista de fama internacional. Él, de igual manera hijo único de un viudo dueño de una empresa de exportación muy prestigiosa.
Entre la joven pareja existía cierta atracción y empatía, mas nunca experimentaron amor mutuo, se consolaban pensando que el amor llegaría con el tiempo y con ésa racha de positivismo decidieron procrear. Una año después de la boda un pequeño bebé castaño, blanquito y regordete llegaba a alegrar la vida y llenar de nuevas ilusiones al matrimonio. Leeteuk amaba a Ryeowook con todo su ser. Intentaba por todos los medios pasar el mayor tiempo posible a su lado, aunque realmente dedicaba muy poco tiempo de calidad a su familia, entre el trabajo con su appa y la universidad nocturna no disponía de mucho tiempo, cosa que iba deteriorando su relación, pues mientras el se esforzaba por salir adelante por sus propios medios, Sandara no hacía mas que hecharle en cara que la única martir ahí era ella, pues había truncado su brillante y prometedora carrera por dedicarse a cambiar pañales sucios y malolientes.
Así fueron pasando los años y la vida marital de ellos ya era inaguantable. Leeteuk, armándose de valor, pidió el divorcio a lo que ella se negó rotundamente, palabras textuales:
" De éste infierno tú no te escapas, tú arruinaste mi vida, yo arruinaré la tuya. Jamás me dejarás, nunca lo permitiré."
Leeteuk no cedió ante sus chantajes y comenzó con los trámites
para la separación y la custodia compartida del pequeño Ryeowook, que para éste tiempo contaba con 8 años. Sandara al verse perdida fue un paso más allá. Una noche lluviosa, mientras Leeteuk aun no regresaba de trabajar, Sandara salió de casa con valijas y Ryeowook en mano planeando no volver. La suerte le sonreía, había sido contratada para representar a la protagonista en el musical de " El lago de los cisnes" por una buena temporada en Amsterdam. Un mes antes, había mandado su currículum y un video para la audición vía internet y gracias a su talento innato fue seleccionada.
- Omma, a donde vamos?... Donde está appa?... - Decía un aturdido Ryeowook en el asiento trasero del coche viendo como su omma, conducía a toda prisa.
- Appa no nos quiere pequeño, por eso nos iremos lejos, dónde él no pueda encontrarnos. - Los ojos del menor se cristalizaron, no podía creer lo que estaba escuchando. Su appa lo amaba, él lo sabía... Lo sentía. De repente el tono de un celular comenzó a escucharse en el auto.
- Maldito Leeteuk... - Susurró Sandara arrojando el aparato al asiento del copiloto sin dejar de conducir.
- Quién es omma?... Es appa?... Quiero hablar con él... - Ryeowook se estiró hacia el asiento delantero intentando alcanzar el celular.