Camino lo mas rápido que puedo para evitar congelarme, la nieve se ha hecho presente y agradezco haber escuchado a mi hermano y ponerme el abrigo. Cruzo la calle para así poder llegar a la cafetería donde trabajo.— Pensé que no vendrías— Abigail habla en cuanto cruzo la puerta del local.
Le sonrió y me quito el abrigo y camino hasta donde esta ella extendiéndome un delantal.
— No pensaba venir— digo mientras me pongo el delantal— Pero mi hermano me obligo— ruedo los ojos.
— Menos platica y más trabajo señoritas— Elton, el dueño del local nos dice.
Abigail y yo asentimos con la cabeza.
— Desde que su novia lo dejo, esta más que amargado— me susurra.
— ¡Abigail!— la regaño— No digas eso, nos va a escuchar y tendremos que buscar otro empleo.
— Que me despida— se encoje de hombros.
— Sabes lo difícil que es encontrar trabajo en estos tiempos— le digo.
— Si, ya se— suspira.
Voy a mi lugar habitual que es detrás de la caja para cobrar a los clientes. Abigail es la encargada de atender los pedidos y llevarlos a las mesas, es mesera en pocas palabras, el café no es muy grande así que las dos podemos apañarnos muy bien sin mencionar la ayuda del cocinero.
El día fue bueno, había mucha gente por culpa de la nieve, todos querían algo para poder mantener el calor en sus cuerpos.
Niños y sus madres, jóvenes enamorados, parejas de ancianos, familias, gente solitaria que pedía una mesa cerca de la ventana para poder ver el ajetreo de la ciudad.
— ¿Vienes al cine después de trabajar?.— Abigail me saca de mis pensamientos.
— No puedo, le prometí a Kaleb que lo llevaría a su practica de fútbol.— hago una mueca.
— Pero esta helando afuera, se va a congelar.
— Lo mismo le dije, pero esta aferrado a entrenar y ganar una beca.— me encojo de hombros.
— El niño tiene quince años, no debería preocuparse por eso— Abby hace un puchero.
— Ya sé, pero la situación lo amerita, a como están las cosas, mis padres no podrán seguir pagando sus estudios. — suspiro.
— Encontraran la manera, siempre lo hacen,¿no?— Pone su mano en mi hombro y sonríe.
Solo me limito a asentir con la cabeza.
La tarde transcurre tan rápido que no me doy cuenta que ya son las 6:00 pm y mi turno acabó.
— Hasta mañana Abby.— me despido desde la puerta del local.
— Nos vemos Lia, saluda a todos de mi parte.— agita su mano en señal de despedida.
Camino el tramo de 10 minutos hasta mi casa.
— ¡Kaleb tienes 5 minutos para bajar antes de que me arrepienta de llevarte!— grito cuando entro.
— Uy, alguien no esta de humor— La voz de mi hermano Chris se hace audible.
— Cállate, si no, lo llevas tu— sentencio.
— Es cierto, ¿por qué tu y tu clon no llevan a Kaleb?— hago énfasis en la palabra "clon" ya que mi hermano tiene un gemelo.
— No, los gemelos se quedan aquí a terminar de arreglar el techo que tiene goteras— mi mamá entra en la conversación. Lia tu lleva a Kaleb a su entrenamiento mientras Marco y tus primos van a buscar la cena.
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Gold|H.S.|
Fanfiction¿En quién puedes confiar? ¿En quién puedes confiar? Cuando todo, todo lo que tocas se vuelve oro. todo, todo lo que tocas se vuelve oro, oro.