Sabes... Es curioso; el hecho de, como, incluso cuando has planeado hasta el más mínimo detalle de tu vida, está cambia repentinamente, haciendo lo que se le antoje, burlándose, y escupiéndote en la cara, mientras tú solo pudes fingir que no te a afectado en lo absoluto.
Pero, es más curioso, cuando incluso el destino, es doblegado, por la palabra de un ser superior...
En una gran habitación, dentro de un enorme castillo con ubicación desconocida, se encontraba un hombre de largos cabellos blancos, que llegaban al suelo y aún ahí destendian. Sus ropas eran elegantes, dignas de un rey, y bueno, el lo era.
Estaba sentado en un sillón de cuero negro, sosteniendo una copa de cristal, la cuál tenía un líquido rojizo, y una cereza en e fondo, para acompañar el sabor. Miraba atentamente un gran cuadro tenuemente iluminado por el calor de la chimenea que, era donde se encontraba colocado el cuadro. Inesperadamente, el sonido de un reloj marcando la hora actual resonó por todo el castillo. Ese hombre dibujo una sonrisa ladina, dejando ver unos largos y puntiagudos colmillos; tomó todo el líquido que había en la copa, tal vez era licor, tal vez podría ser otra cosa, pero el lo bebió sin detenerse, y cuando terminó, arrojó la copa al fuego, provocando sonidos extraños de el cristal quemándose. Se levantó de su asiento y empezó a caminar hacia el marco de la puerta y cerró la habitación.
Empezó a caminar por un largo pasillo, donde había varios cuadros y decoradores; después de tanto caminar, llegó a una puerta color gris con decoraciones doradas, sacó una llave, era de madera oscura, con la forma de una corona. La había sacado de uno de sus bolsillos y abrió la puerta sin prisas. Era una habitación completamente blanca, a diferencia de todas las demás habitaciones del castillo, que tenían un tapiz color rojo profundo, casi llegando a negro; había joyas, en demacia, vestidos elegantes, varios espejos y libros, pero al centro de todo, había una especie de altar, decorado con rosas, algunas vivas, de colores blanco y rojo, y unas otras ya marchitas, estando decoloradas; Aquel sujeto misterioso, se acercó, e hizo una inclinación de noventa grados, apoyando su cabeza en lo que parecía ser el pecho de una mujer. Poco se podía apreciar de las facciones de esta, pues estaba casi en su totalidad, cubierta de sedas finas. El cerró los ojos y suspiro, escuchando, unos inexistentes latidos.
-𝑁𝑜 𝑡𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑒𝑠, ¡𝑂ℎ~!, 𝑚𝑖 𝑞𝑢𝑒𝑟𝑖𝑑𝑎 𝑎𝑚𝑖𝑔𝑎; 𝑡𝑢́ 𝑟𝑒𝑐𝑖𝑝𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑠 𝑝𝑜𝑑𝑒𝑟𝑜𝑠𝑜, 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑒𝑠𝑡𝑢𝑐ℎ𝑒 𝑚𝑢𝑦 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑜, 𝑗𝑢𝑠𝑡𝑜 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑚𝑒 𝑙𝑜 𝑝𝑒𝑑𝑖𝑠𝑡𝑒. 𝑇𝑎𝑛 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑓𝑎𝑙𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑚𝑏𝑎𝑠 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒𝑛, 𝑦 𝑎𝑠𝑖 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑡𝑎𝑟𝑎́𝑠, 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑐𝑢𝑚𝑝𝑙𝑖𝑟 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑚𝑒𝑠𝑎... 𝑀𝑖 𝑞𝑢𝑒𝑟𝑖𝑑𝑎 𝐴𝑓𝑟𝑜𝑑𝑖𝑡𝑎...~
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♀𝓐𝓹𝓱𝓻𝓸𝓭𝓲𝓽𝓮 𝓫𝓵𝓸𝓸𝓭 𝓢𝓪𝓬𝓻𝓲𝓯𝓲𝓬𝓲𝓮♤
FanfictionLa sangre de Eve... La esencia de Adán... Diez candidatos... Una corona... Una chica... Todos los ingredientes de Karlheinz estaban casi completos para poder seguir su legado, pero... ¿Qué tal si todo eso no se llega a idealizar? ¿Qué tal si la sang...