CAPÍTULO 02 |temporada 1

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Sofía era completamente diferente a los diecisiete años, la niña tímida y tenebrosa quedó en el pasado, ahora sólo había un reflejo de una adolescente la cual quería disfrutar la vida a lo máximo. Se llevaba mal con la mayoría de sus compañeros, por el simple echo de ser un poco odiosa y caprichosa. La apodaban la chica fresa.

Era hora de salida, la hora que más amaba Sofía, se había aguantado siete horas de estudio con los profesores que a ella le caían mal, según Sofía, los profesores la odiaban.

Tomó su mochila y sin mirar a nadie salió del salón, pero enseguida se arrepintió al ver a JungKook con la espalda recargada en la pared, en espera de ella. Le agradaba Jungkook, le caía bien pero lo que Sofía no soportaba era que Jungkook, era como una pulga que quería estar pegado a ella todos los días y todo el día.

Fingió una linda sonrisa para él cuando la miró, Jungkook también sonrió e hizo una reverencia y giro para quedar cara a cara.

─ Te espere. ─ sonrió tímidamente, el chico gustaba mucho de Sofía, pero como era tan tímido temía en confesarse.

─ No debiste. ─ Sofía negó, Jungkook no sabía que decir o cómo reaccionar, ella le dejaba tan idiotisado.

─ ¿Te acompañó hasta la salida?. ─ por fin se atrevió a hablar, en respuesta Sofía asentió y empezó a caminar dejando a JungKook detrás, quien segundos después siguió su paso colocándose al costado de Sofía.

─ Hoy estás más linda que ayer, te ves bien, aunque tú siempre te ves bien. Eres muy bonita, bella como una flor de primavera y brillante como el sol de todas las mañanas, radiante como la luz de la luna y hermosa como las estrellas. ─ al terminar esbozo una sonrisa con las mejillas sonrosadas, al fin se atrevió a decir aquel verso que había escrito para ella.

JungKook amaba la poesía y los versos, era muy bueno en ellos y Sofía era la fuente de su inspiración.

Sofía sonrió ante lo lindo que podía llegar a ser JungKook.

─ Eres un lindo, JungKook. ─ sonrió, aquella sonrisa ocasión un brinquito de emoción en el corazoncito de azúcar de JungKook.

─ Espero que está noche y las otras, las estrellas no se pongan celosas, porque una más bella va a mi lado. Eres linda, Sofía. ─ JungKook podía llegar a ser una persona jodidamente empalagosa y cursi cuando se trataba de la chica que le gusta.

Sofía sólo se atrevió a sonreír sin decir nada, no estaba acostumbrada a tanto halago. TaeHyung no decía cosas lindas como JungKook.

Su señor no era tan romántico.

Al llegar a la salida Sofía se atrevió a llamar un taxi, para que la llevara a la casa de su señor. Ella lo extrañaba, hace mucho que no estaban juntos.

Sofía extrañaba tener a TaeHyung hundido en su interior, en estos momentos deseaba oler su piel y sentir sus besos húmedos por su cuello.

Se despidió de JungKook y se fue. JungKook suspiro tan enamorado, el chico derramaba miel por ella.

 JungKook suspiro tan enamorado, el chico derramaba miel por ella

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─ ¿Señor?. ─ dio tres suaves golpes a la puerta del despacho de TaeHyung, ella espero un adelante, pero no escucho nada.

Volvió a tocar.

─ ¿Señor, está ahí dentro?. ─ se acercó a la puerta y pego su oído a ver si escuchaba algo.

─ Pasa, pequeña. ─ la grave voz de TaeHyung le tomo por sorpresa a Sofía, pues ella ya empezaba hacer la idea que él no se encontraba ahí dentro.

Soltó un suspiro y luego colocó su mano en la manija para girarla, la puerta se fue abriendo con lentitud por Sofía quien le daba ese toque. Sus ojos se encontraron con un TaeHyung estresado por las filas de documentos y papeles de su trabajo, ella recordó que hace unos días había visto igual a su padre. Ambos eran dos hombres empresarios del mismo lugar.

Ambos trabajaban juntos y eran socios en muchas cosas.

─ Señor, necesita relajarse. Debe estar muy estresado.─ dijo después de entrar por completo al despacho, cerró la puerta a su espalda y moviendo coquetamente su cadera se acercó al escritorio de TaeHyung, en donde la mesa de vez en cuando era cómplice de las calenturas de su dueño y novia.

─ Ahora no, Sofía. Deberías de estar en casa, ¿Qué haces acá?. ─ toda su atención se la llevó Sofía, quito su mirada de aquellos papeles que querían que perdiera la cabeza y la miró con una sutil sonrisa.

Él amaba que ella estuviese ahí, quería morder esos gruesos, carnosos y rojos labios, pero no podía, tenía mucho trabajo que hacer para distraerse. Y eso era Sofía una distracción para él, una linda y sabrosa distracción.

─ Señor, lo extraño. ─ giro al escritorio hasta llegar a la silla de TaeHyung, donde su flojo trasero descansaba, sus pequeñas y suaves manos se apoyaban en el hombro del mayor con cierta ternura y masajeó un poco.

─ Vamos pequeña, ahora no. ─ intento negarse con su sutil sonrisa, pero aquello fue un completo fracaso ya que Sofía se molestó por el rechazo.

─ Señor. ─ volvió a llamar un tanto molesta, estaba vez dejándolo de acariciar y volviendo a su antigua posición, que era estar al frente de él.

TaeHyung la miró algo divertido, por el ceño fruncido que mantenía Sofía. Él adoraba verla molesta.

Sofía es una chica que no sabe rendirse fácil, lo que busca lo encuentra, lo que quiere lo obtiene y ahora mismo quería a TaeHyung dentro de ella.

TaeHyung no se atrevió a decir nada y sólo la observó en silencio, él solo quería ver qué era capaz de hacer Sofía.

Sofía dejó caer su mochila al suelo dejando a TaeHyung un tanto confundido, pero entendió todo cuando vio que Sofía llevaba sus manos a su playera y lentamente lo subía hasta quitárselo.

─ ¿Que haces, pequeña?. ─ pregunto haciéndose el desentendido, pero en el fondo sabía lo que ella quería. Sólo quería que Sofía lo dijera en voz alta.

─ Señor, quiero que me toqué. ─ sonrió una vez se quitó aquella playera, la vista era deleitosa para TaeHyung quien veía los senos de su pequeña cubierto por el sujetador. Él deseaba que ella se quitará aquella prenda que obstaculizaba su vista.

Tae se incorporó en su asiento quedando la espaldera de la silla al contacto con su columna vertebral, se froto la barbilla con sus dedos y miro directamente a Sofía, quien no tardó en ponerse nerviosa por la mirada penetrante de su señor.

─ Quítate toda la ropa. ─ ordenó, Sofía sonrió en grande y sin perder el tiempo se empezó a quitar sus prendas. Al final quedó completamente desnuda al merced de aquel hombre que le traída locamente enamorada desde hace dos años.

Esa tarde, Kim TaeHyung volvió a hundirse dentro de Sofía, en donde nuevamente la hizo suya.

Pero vaya, se había olvidado el preservativo y termino corriéndose dentro de ella.

Capítulo editado.

Shh,Pequeña [k.th.] /editando/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora