Miércoles

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El día a mitad de semana se asomó sin dar aviso.

Seokjin esta vez se peinó de forma distinta, llevó una banda de cabello blanca y el uniforme de educación física puesto, salió con tenis nuevas de casa y una loción a lavanda que lo animo a llegar con buen semblante hasta el gimnasio de la institución.

Respiro disfrutando en el camino de la vista y el aire libre bajo un cielo entre azul y púrpura y una brisa fresca, su mañana no pudo ser más perfecto cuando en el escenario frente a él, descubrió a Namjoon escondido detrás de un árbol de pino.

Había llegado antes puesto madrugado más y espiaba a sabrá él quién detrás del grueso tronco con ramas húmedas. Seokjin sintió la oportunidad perfecta para asomarse a su lado y compartir secretos de chicos.

— ¿A quién espiamos? — susurra curioso.

— Yoongi y Taehyung — respondió, golpeándose en la cara cuando cayó en cuenta. Se irgue enseguida y lo empujó lejos — ¿de nuevo Seokjin? ¿Qué te cuesta darme un respiro?

— Hey ¿esta noche estás libre? — su seguridad lo hacía flaquear siempre, pero con la barbilla en alto, lo dejó de lado para continuar espiando a la pareja.

— No

— ¿Qué me dices después de clases? — revoloteó sus pestañas varias veces y sus ojos irritados fueron la respuesta — esa carita tuya me la como Namjoon — el mencionado quedó boquiabierto.

— ¡No me sigas más Seokjin! — reafirmó, se alejó a paso rápido del pálido y huyo camino al gimnasio, parecía estar a punto de tener un ataque y él solo siguió de pie mirándolo con las manos metidas en los bolsillos.

— ¿Sabes que soy tu nuevo inicio? — elevó la voz con seguridad saliendo a cada poro, sus ojos de pronto se miraron más miel debido al sol.

Y Namjoon no pudo ignorar eso, se detuvo en sus talones y lo miró con el ceño fruncido en todo su esplendor. Seokjin en realidad le quitó el respiro.

— No buscó un remplazo — intento herir fallidamente. El peliazul sólo sintió más confianza a seguir.

— Me gustas Namjoon, eres precioso y no pararé de repetir lo hermoso que eres por dentro y fuera ¿sabes qué me haces sentir de este modo desde la primera vez que te escuche hablar? — sonrió y su exquisita dentadura detrás de sus carnosos labios lo hicieron titubear por unos segundos ¿se podía mover siquiera?

— ¡Déjame en paz! — fue lo único que se le ocurrió para salir huyendo, corriendo de allí.

Seokjin en serio debía parar.

Como si fueras el último [NamJin] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora