𝟏 | 𝐈 𝐂𝐀𝐍'𝐓 𝐇𝐀𝐍𝐃𝐋𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄.

56 4 0
                                    

— ¡Vamos! ¡Apresúrense! — Prácticamente ordenó Richard, quien se tomó el tiempo de abrir la puerta a Beverly, otorgándole una coqueta mirada seguido de una leve reverencia a modo de broma, adentrándose a su hogar. Al de lentes no le importó en lo más mínimo la presencia de sus otros cinco amigos, por lo que siguió los pasos de la pelirroja sin más, generando miradas de odio por parte de Benjamin, a quien molestaría por ello después.

Richie guió a la visita hacia su espaciosa habitación, donde se instalaron casi de inmediato. Stanley, Michael y William en el suelo, Beverly a un lado de Ben, en las sillas frente a su escritorio, mientras que Edward fue el último en entrar, escogiendo tomar asiento en el borde de su cama, no sin antes dar una suave sacudida a las sábanas con la palma de su mano; esperando no llevarse una sorpresa gracias al desorden en el lugar.

— Nos dieron el tema más difícil.— Se quejó Ben, quien a pesar de tener unas notas de nueve y diez le aterraba la materia junto a la nueva exposición que deberían confeccionar en equipo.
— Yo agradezco estar aquí sin propósito alguno, más que verlos sufrir.— Carcajeó Stan, consiguiendo robar una sonrisa por parte de Bill, seguido de un suave golpecito en su hombro con el fin de simplemente molestarle. — Calla, judío, tú no tienes palabra aquí.— Agregó Richie, después acomodando sus gafas, mostrando una burlona mueca, logrando hacer desaparecer la risa dibujada en el rostro del susodicho, cambiando repentinamente al enojo, posteriormente escuchándose sólo risas inundar el cuarto. — ¡Beep Beep, Richie! — le calló Bev, quien dirigió la vista a su pequeño y nervioso amigo Eddie, ladeando su cabeza con curiosidad. — Alguien parece encontrarse de mal humor.— Hizo referencia al mismo, cautivando su atención casi de inmediato, como si supiera que se estaba refiriendo a él.

El asmático alzó la mirada, dando un vistazo a todos, sintiéndose obligado a dar una respuesta. — Me sienta mal tener que volver a casa tan temprano. Mi madre ha dicho que me apresure con el trabajo y no me quede haciendo mucho más.— Su mirada se clavó en el suelo nuevamente, con nerviosismo, mientras que jugueteaba con sus manos. Definitivamente estaba fuera de su zona aquel día.

Conociendo al más bajito, su actitud era acelerada, casi hiperactiva. Se le escuchaba hablar todo el tiempo a diferencia del día de hoy, y a pesar de su constante miedo al exterior o gran preocupación a los gérmenes, se mantenía risueño junto a los demás perdedores. Muchas veces, lo que su madre hiciera influía bastante en su estado de ánimo, trayéndole repentinos cambios de humor, los cuales aborrecía con todo su ser.

— Tsk... Vamos. — Su amigo de gafas chasqueó la lengua, en acto seguido tomando asiento a su lado, pasando su brazo por encima de sus hombros, a lo que su mano libre se dedicó a despeinar su peinado perfecto. — No cambias nunca, Eddie Spaghetti. ¿Cuantas veces debo decirte que escaparte al menos una vez no te hará daño? — Comentó entre risas, consiguiendo un gruñido como respuesta por su compañero. — No me llames así, Rich. Es detestable.— Fue lo único que respondió antes de posar su cabeza en el hombro ajeno, quizás en busca de su consuelo, o simplemente por comodidad.

— Aparte... — Agregó Beverly en el incómodo silencio, tomando su caja de cigarrillos, la cual traía apenas cuatro, ofreciendo a sus amigos, no sin antes tomar uno. — Tenemos tiempo, no hemos venido a estudiar o centrarnos en ese trabajo.— Rió.
Richie, con ansias, soltó el pequeño cuerpo ajeno a él, entonces recibiéndole a la pelirroja de aquel dulce vicio que tanto le agradaba, asegurándose de que las ventanas se encontrasen abiertas con el fin de ventilar. Nadie más aparte de ellos dos aceptó, llevando al chico a sentarse en el suelo junto a ella, a la vez en la que tomaba el encendedor, ambos acercando sus cigarrillos hacia la pequeña flama expulsada por éste, inhalando al mismo tiempo del filtro, dejando salir el humo en sus labios, como si de un beso se tratase, para acabar convirtiéndolo en uno, siendo cuidadosos, pero con una pizca de ansias por conocer sus bocas.

𝓳𝓾𝓼𝓽 𝓪 𝓯𝓻𝓲𝓮𝓷𝓭 𝓽𝓸 𝔂𝓸𝓾.  | REDDIE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora