Estoy tan vacío que no quiero ni soy capaz de envejecer con alguien a mi lado, mi nombre es como el de cualquier otro en una lapida olvidada, totalmente irrelevante algunas personas me llaman Red pues yo hago obras de arte con la sangre de mis víctimas, algunos me describirían como una pesadilla de la que despiertas con los nervios alterados porque sueñas que mueres en una noche interminable mientras lloras el descenso de tu patética vida, de la que hiciste mal uso por ser un completo imbécil, algunos otros me describen como la mala suerte de la mala suerte, la plegaria que se queda atrapada entre tus dientes, tu miedo y también la esperanza quebrantada de un mañana que jamás llegara, oh vamos que no soy tan malo, ¿Oh si?, bueno puede que me lleve la vida y sueños de las personas pero sinceramente cada una de las personas que eh matado tenían vidas asquerosas y miserables con un futuro poco prometedor y tan aburrido como su ayer, al final yo creo que soy ese pedazo de hombre que ni sueña, ni vive, ni muere, ni nada ¡Vacio hasta la medula ósea!.
Al final no hay lugar donde me sienta mas inseguro que mi interior, la realidad empuña la larga y filosa pesadilla de vivir entre la gente y se clava en los huesos, duele, en medio del vacío de las calles puedo sentir el olor de la sangre escurrir por las aberturas ajenas, yo mismo sangró las heridas por la boca y entonces grito internamente ¡Estoy jodidamente loco!, aprieto los puños de mera ira mordiéndome los labios para no gritar que dentro de mi hay un mundo mórbido y lo vivo ¡Estoy harto de esto!
Por la noche mi memoria alcoholizada se trasmina por la piel, con poros abiertos y la respiración agitada añadiendo la excitación de ver las heridas en la piel abierta que se desangra, entonces recuerdo lo bello del color carmín, lo brillante que es al tocar mi blanco lienzo y ahí donde nadie me ve comienzo a pintar un cuadro especial para la persona que amablemente me regalo su sangre, vida y sueños, mismo lugar donde la policía encuentra mi acto inmoral que ahogó en el humo del tabaco, podré escapar de mis actos pero no de mi mismo, a decir verdad, nadie lo hace.
....
-Ah~ parece hoy lloverá.
Hable conmigo mismo mientras caminaba por las orillas del lago, mismo lago donde hay un muelle viejo de madera que cruje cuando la pisas, pude divisar la imagen de un chico sentado a las orillas del muelle, aquel chico tenía algo que llamó mi atención, sonriendo de forma sádica me acerque lentamente por su espalda solo para ver aquel ser abrir su piel con un cúter mientras se mantenía inmutó ante el dolor ¿Era un suicida acaso?.
-Hey... ¿Que mierda haces?.
Toque su espalda y reaccionó algo simple, mirandome con sus ojos verdes que carecían de vida alguna, no había nada en ellos ni un simple reflejo de que haya existido felicidad.-Callate, no te importa, ahora hazme un favor y dejame sólo.
Me respondió de mala manera, lo que me pareció demasiado molesto a decir verdad, daba algo de risa verlo así tan miserable, solo y triste era alguien fácil de atacar en ese momento, si tan solo llevara conmigo mi cuchillo lo habría hecho y bien facilmente habrían dado por sentado que se suicido, solté una pequeña risa burlona mientras me sentaba a un lado de el.
-Probablemente esto no importara mañana pero ¿Quien mierda eres suicida?.-Si me dejaras en el olvido ¿Para que carajo te lo digo?. Respondió con voz quebrantada.
Entonces si tienes emociones hijo de gran puta, pensé mientras acercaba mi mano a su muñeca y toque su herida, la cual era algo profunda, el sólo me miro sin decir nada acerca de su caprichoso crimen ante un supuesto dios.
-¿Que motivos tienes para hacerte esto?.
Mi curiosidad es demasiado grande más cuando hay una vida de por medio, aunque si soy sincero me parecía aburrido si sólo lo asesinaba así, no... Yo debía hacerlo amar su vida, que se aferrara a ella para luego deleitarme con la imagen de su rostro lloroso suplicante por permanecer en este mundo asqueroso.-¿Que motivos tienes para saberlo?.
Me contestó fríamente mientras jalaba su brazo, había dejado algunas de sus gotas carmesí sobre mis dedos, las mismas que observe con deleite, seria un excelente material para una pintura nueva.
-Mi motivo es la curiosidad.
Pude notar como brotaban las lágrimas de sus peculiares ojos, luego de eso lanzo el cúter al lago donde se hundió para perderse en la nada
-¡Odio esta vida!, ¡Odio a las personas que me rodean! ¡¡Pero me odio mas a mi mismo!!.
Oír sus gritos de mero dolor interno me lleno de satisfacción, me levante tomando su muñeca para levantarlo y lamer poco de la sangre que escurría de su muñeca cosa que lo dejo helado pues sus lágrimas cesaron y su mirada parecía confundida y llena de sorpresa.
-Nos vamos, huye conmigo, un desconocido que esta dispuesto a cuidar de un suicida... Y no me mal entiendas, no soy una buena persona tampoco.-Me da igual, incluso si quieres matarme no me importa... Después de todo la muerte es lo que mas deseo.
Tras eso no dijo nada mas lo que me daba a entender que podía hacer mi voluntad con el, si tuviera que definir esto con una palabra seria 'Aburrido'.
Lo conduje hasta mi vieja camioneta donde lo subí, el no hacia esfuerzo alguno por huir, sólo se quedo ahí, sentado del lado del copiloto mientras me miraba con esos ojos vacíos que comenzaban a fastidiarme ¡¿No podía poner al menos una expresión?!, así pues puse en marcha el auto solo para oír su voz que a decir verdad era algo aguda pero no lo suficiente para no saber que era un chico quien hablaba
-Necesito ir a mi casa primero, recogeremos algunas cosas en ella.
Dijo necesitado a lo que acenti con la cabeza; cuando llegamos bajo y se metió corriendo a una vieja casa, pero debo mencionar que todo el lugar estaba horrible, la gente que se veía por las calles eran prostitutas o vendedores de drogas, ahora entendía que lo hacia tan miserable, encendí un cigarrillo y me recargue en la puerta de mi camioneta esperando hasta que oí un grito grueso desde el interior de la casa del suicida.
-¡¿A donde mierda vas maldito?!.
Oí para después escuchar la voz del chico decir
-¡¡Con un cliente, ya dejame!!.¿Un cliente?... Acaso el formaba parte de las furcias que caminaban con tacones y cigarrillos esperando que alguien las recoja sólo para darles placer a cambio de dinero, reí ligeramente sólo para ver como salia corriendo con una mochila entre sus brazos cerrando la puerta de un golpe fuerte
-¡Vamonos ahora!!.
Me exigió, entonces me subí encendiendo la camioneta, cuando el subió arranque sin esperar a que cerrara bien la puerta mientras veía a un hombre grasiento, sudoroso y totalmente ebrio salir de aquella casa, supuse que era su padre y entonces pude oír el nombre del chico ser gritado con voz voraz por aquella bestia, ¿Sebastian?... Vaya imaginaba que tendría un nombre como Cristián o Neithan pero...¿Sebastian?, Ja! Realmente tiene nombre de perra barata, solo le faltaba tener como seudónimo algo como "Conejo" o "Zorrito".Conducía con cierta rapidez hasta que llegamos a una carretera cerrada que estaba en un mal estado entonces reducir la velocidad, ya hacia tiempo que no dejaba de llorar, aunque lo hacia de forma callada supongo que era para no molestarme de alguna manera.
-¿Estas bien Sebastian?. Pregunte mientras lo miraba de reojo pues debía tener mas concentración en el camino.
-No digas mi nombre, es asqueroso...
Me respondió intentando mantener la voz, cosa que no le salio bien pues su voz seguía siendo detenida por el nudo en la garganta que tenía.
-Si no te gusta puedo ponerte otro, ¿Que tal Santiago?.
Tuve su fría mirada sobre mi y suspiro.
-Olvidalo, solo llámame como ya sabes que me llamó.Luego de eso nuestro silencio se hizo dueño de todo el camino, hasta que llegamos al final de la carretera, baje esperando que hiciera lo mismo, entonces lo mire desde la ventana del auto y pude ver que tenia confusión en su mirar.
-Baja, vamos a caminar desde aquí.
Entonces tomo su mochila y bajo de un brinco del auto siguiendome como un perro, nos adentramos al bosque, y caminamos un trayecto de una hora y media hasta que llegamos a lo que yo llamaba de forma sarcástica mi hogar-Bienvenido Sebastian~.
Le dije mientras el trataba de recuperar el aliento.-Esto esta en medio de la nada... ¿Porque?...
-Soy alguien solitario...
Respondí como final.No puedo seguir oscureciéndo,
me puedo apagarIván García-
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Red. El rojo de la sangre
Short Story-¿Entonces esa es tu vida?. Me cuestionó mientras reposaba su azul mirada sobre mi haciéndome sentir insignificante con ella. -Si... Afirme mientras tragaba saliva solo para oírlo reír y decir de forma burlona. -Que aburrida. En ese momento seguía...