Detrás De La Máscara {HP⚡}

Castigo

Ni a Cedric, ni a Harry y mucho menos a Lyra y Draco tuvieron un castigo soportable. De una forma demasiado inusual los tres jefes de casa, es decir, las profesoras McGonagall y Sprout junto con el profesor Snape llegaron al mutuo acuerdo de que deberían pasar la próxima semana por las tardes desde las 5 hasta las 7 los salones de clase sin uso limpiando todo sin ningún uso de varita.

Cabe decir que Lyra y Draco se indignaron por eso ya que apenas y era domingo, en el momento en que les dijeron el castigo y los profesores se separaron rumbo a sus despachos, siguieron al profesor Snape, el cual una vez escuchó sus quejas, les dijo que era indignante que ambos se comportarán de una forma tan infantil, pudiendo lastimar a alguien sin darse cuenta, claro que si hubiera sido un Gryffindor no hubiera importado mucho, pero así no es como se comportaba un Slytherin.

Así los castigos mermaron sus tiempos libres a algo casi inexistentes. Lo que resultaba en un mal humor, que trataban de no descargar contra sus amigos aunque no funcionara bien.

Ahora Draco y Lyra se dirigían a su tercer día de castigo en el tercer piso, por día tenían que limpiar todas las aulas a su alcance, no era tan difícil pero si era cansado.

Al entrar se encontraron con Diggory y por extraño que parezca Potter, el siempre llegaba al último.

-Llegan tarde -el señor Filch, asignado a vigilarlos, mostró una sonrisa torcida y desagradable- eso le restará puntos a su casa.

Con tranquilidad pasaron el umbral y se acercaron al centro del aula donde estaban los otros.

-De echo señor Filch -repuso con suavidad Lyra, se escuchó como un reloj cercano daba comienzo a las 5 campanadas indicando que eran las 5 de la tarde- llegamos puntuales.

El celador distorsiono su cara en una mueca, aunque de todas las casa los que más le agradan los Slytherin, restarle puntos a los estudiantes era lo menos que podía hacer para divertirse.

-Sus varitas -con algo que se parecía a una sonrisa, alargo la mano. Todos con resignación y molestia se las entregaron- Ya saben que tienen que hacer, si a alguno se le ocurre salir antes de tiempo o usar algún objeto para ayudarles, lo sabré -sus ojos brillaron- y al fin podré usar los grilletes y cadenas de mi oficina.

Con una última sonrisa engorrosa cerró la puerta con fuerza que ocasionó una ligera ventisca de aire, levantando el polvo provocando un poco de tos en los presentes.

-Hay que empezar, no? -dijo Cedirc con una ligera sonrisa.

Lyra sin hacerle caso tomo entre sus manos una escoba para empezar a barrer. Draco se quedó parado en medio del aula sin querer hacer nada pero una mirada de Lyra le instó a limpiar la mesa con un trapo descolorido.

Cedric sin ánimos se encaminó a las ventanas empezando a limpiarlas, Harry limpiaba las paredes que tenían algo parecido a goma de mascar pegado y endurecido por el paso de los años.

Estuvieron así por un lo que parecieron horas y horas, de vez en cuando Draco y Lyra hablaban en murmullos y después se alejaban para seguir. Los únicos que al parecer perdieron la habilidad del habla no hicieron más que limpiar en áreas separadas.

Así fue hasta que terminaron con el aula en un sorprendente tiempo de solo 15 minutos, que vieron gracias al reloj, con suspiros de resignación caminaron al siguiente aula y de esa a la siguiente, siguiente y siguiente. Hasta que pasó una hora y cuarto . Lograron limpiar cinco aulas, y el sexto era un aula llena de libros, plumas y pergaminos, la mayoría estaba echo pedazos, sin embargo algunos libros estaban en muy buen estado.

Las portadas de los libros no estaban tan maltratadas como el resto del libro , no obstante sus títulos no eran muy conocidos para todos excepto Harry.