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Hoy había sido un día extremadamente largo para Sook. Era cierto que para ella cualquier día pisando las oficinas de su trabajo era duro, sin embargo, este viernes lo era más.

La tarde pasada transcurrió con cajas de un lado a otro debido a la mudanza que recientemente había realizado a una casa un poco más grande y cercana a su trabajo, y para cuando quiso darse cuenta el reloj  pasaba de la medianoche. Por este motivo, sus horas de sueño se vieron reducidas, y, sumado con la acumulación de este a lo largo de la semana, había provocado que se encontrase completamente agotada.

Finalmente, a las 17:00, caminaba de vuelta a casa. Para ello decidió coger el metro de la ciudad, ya que no tenía ni la más mínima intención de recorrer aquel trecho a pie, aunque fuera bastante corto.

Escaneó su ticket, buscó en el mapa su línea y se dirigió a la parada sin problemas. No tuvo que esperar mucho hasta que el metro llegara y poder subir a él.

Miró a su alrededor buscando un asiento completamente libre. Por suerte lo encontró, así que se sentó pegada a la ventana y colocó sus pies en los huecos de los asientos del frente a modo de reposa-pies, quedando en una posición bastante cómoda para lo rígidas que eran las sillas de plástico que allí había. El vehículo cerró sus puertas y comenzó a avanzar mientras Sook observaba a través del cristal las paredes de los túneles pasando a gran velocidad.

Echó un vistazo al mapa que indicaba las paradas de la línea y contó las que faltaban para llegar a la suya; cinco paradas.

Esta vez la demora sería un poco mayor, pero aún así no sería grande, así que debía mantenerse despierta. No obstante, el sueño comenzaba a atacarle. Los párpados le pesaban y cada vez le costaba más pensar y luchar contra esto, por lo que acabó dejándose dormir acunada por el repiqueteo de los vagones sobre las vías.

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Al cabo de un rato el metro realizó una curva que provocó que Sook se inclinara inconscientemente hacia el lado opuesto a la ventana, encontrando en el acto algo mullidito y cálido, que libraba del frío a sus mejillas. Esta sensación agradó a la durmiente chica, quien por su pequeña nariz podía percibir un dulce olor a vainilla que le hacía imaginar en sus sueños que era la propietaria de una linda repostería de colores pastel de alta popularidad. Sonrió inconscientemente y se acomodó con su cabeza aún apoyada sobre lo que parecía ser el hombro de otra persona.

"Si no se ha ido aún, es que no le importa." pensó, justificándose a sí misma.

Fiándose de su tacto, adivinó que aquella persona portaba una suave sudadera de algodón. También por su postura y hombros anchos fue capaz de deducir que se trataba de un hombre, pero con esos simples datos resultaba imposible descubrir la identidad del generoso extraño. Para sorpresa de Sook, la respiración del contrario era calmada, cosa que corroboró su suposición anterior y él estaba igual de cómodo que ella, tal vez más.

Se alteró levemente al barajar la posibilidad de que fuera alguien mucho mayor que ella, que solo hacía dos meses desde que había cumplido los veinticinco. Si así fuera, no sólo estaría faltándole el respeto, sino que además la situación sería mucho más rara e incómoda de lo que ya era.

Para cuando quiso darse cuenta, ya se encontraba recostada sobre su regazo mientras usaba las manos como almohada, sintiendo en la yema de sus dedos la tela vaquera de su pantalón. Unas suaves manos la envolvieron en un cálido abrazo, haciendo que Sook se sintiera arropada y segura. Esto también hizo que descartara la idea anterior, tratándose de un joven.

En la cabeza de Sook comenzaba a crear poco a poco la imagen del chico basándose en sus suposiciones:

Un chico joven, vestido con una sudadera y vaqueros, de carácter generoso y dulce, como su olor avainillado...

Sólo faltaba su rostro. Aquello era lo único que Sook no podía saber a menos que abriera los ojos y descubriese de una vez quién era aquel joven. Pero eso sería un poco más tarde, ahora mismo quería disfrutar un poco más de la curiosa sensación que recorría su cuerpo al estar a su lado.

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Underground (Youngjae OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora