Bastaron solo 10 minutos para que Youngjae cayese también en un profundo sueño, causado por el calor y comodidad que se brindaban mutuamente.
Sus olores se mezclaban, creando un agradable aroma entre la fruta más fresca y la vainilla más dulce. Sook acariciaba los muslos del contrario, mientras que él devolvía el gesto restregando su mejilla derecha en el hombro de la chica, como si de un gato se tratara.
Las manos de ambos comenzaron a atraerse como imanes, hasta encontrarse y entrelazarse con cariño, sin dejarse separar por muchas curvas y botes que diera el metro. La joven volvió a removerse, acostándose boca-arriba, lo cual hizo que Youngjae se dejase caer sobre ella, ahora descansando su cabeza sobre su cuello y rozando este con sus labios.
Aquella posición logró generar ternura en muchos de los corazones de las personas que admiraban la escena desde su asiento.
Comentarios como "qué lindos" o "bonita pareja" tenían lugar alrededor de ellos, dichos en su mayoría por ancianas que cotilleaban con sus amigas y recordaban viejos tiempos de su adolescencia, aunque nuestros protagonistas eran incapaces de oírlos por razones obvias. Todas ellas suposiciones erróneas, ya que por el momento únicamente se trataba de un par de compañeros de trabajo, por mucho que el joven chico deseara lo contrario.
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Sook sentía que flotaba. Se sentía arropada, en una cálida atmósfera que le hizo soñar con su muy temprana niñez; su madre envolviéndola en su manta favorita, mientras cantaba una dulce canción de cuna que la mecía.
Youngjae, por otro lado, soñaba con Coco sobre su pecho, moviendo alegremente su peluda cola mientras daba vueltas buscando comodidad. Él la abrazaba con delicadeza, con cuidado de no dañarlo, logrando que el animalito quedara dormido en su torso.
Tanto tiempo había transcurrido para entonces, que en el exterior se había nublado el cielo y unas escasas gotas comenzaban a caer, aumentando el ritmo poco a poco. Aquellos que ahora pisaban el metro llegaban con sus ropas empapadas, o con un paraguas que no dejaba de gotear, mojando el suelo del vagón.
Esto provocó que alguna que otra persona resbalase, montando un barullo entre risas y gritos que despertó a Youngjae. Aún estaba adormilado, con sus ojos apenas abiertos y su mente quién sabe dónde, aunque pocos segundos tardó en volver a estar completamente despierto una vez se percató de la posición en la que se encontraba; justo encima de su crush. Rápidamente se incorporó y sacó el móvil de su bolsillo, lo encendió y gritó nada más ver la hora.
— ¡¿LAS DIEZ?! Ah, no... Es una alarma de esta mañana. — dijo rascando su nuca. —Aquí... ¡¿LAS OCHO?!
— SHHHH — chistaron algunos pasajeros; Youngjae avergonzado se disculpó.
Efectivamente, llevaban unas dos horas y media durmiendo en el metro. Seguramente la espalda del chico le haría lamentarlo tarde o temprano por hacerlo en tan mala postura, pero, siendo honestos, poco le importaba ahora. Estaba preocupado, no por haber perdido su parada, ya que era precisamente la última de la línea, sino por Sook; él no tenía ni la más mínima idea de cuándo se debe - o debía - bajar.
La zarandeó cuidadosamente para no marearla, pero lo suficientemente fuerte como para espabilarla. Sus ojos se abrieron con lentitud, moviendo sus largas y finas pestañas cual abanico de plumas, y pestañeó repetidas veces al verse aún en el metro, descansando sobre el regazo de su compañero de oficina y este dedicándole una dulce pero inquieta mirada.
— ¿Young...jae? — dijo todavía un poco desorientada.
— Buenas noches, Sook. — respondió manteniéndose sereno. — Mmm... ¿sabes cuál es tu parada?
A pesar de la calma que Youngjae emanaba y su esfuerzo por no mostrar lo alterado que estaba, resultó en vano tras formular aquella simple pregunta. Sook pegó un brinco tan pronto como le escuchó, sintiendo su corazón a mil por hora. Aunque tal vez no fuera esa la única razón...
— ¿¡Qué!? — habló nerviosa. — ¡¿En qué parada estamos?!
— Si te digo la verdad, aún no lo... — comenzó a decir el chico, mas fue interrumpido por un mensaje a través de la megafonía del metro.
— ¡Última parada, Central Park!
Un silencio sepulcral se creó entre ambos tras escuchar la noticia. La joven no podía evitar el impulso de tirarse de los pelos a modo de "castigo personal" por haberse dejado dormir. Youngjae también fue incapaz de reprocharse mentalmente, ya que albergaba en su corazón la culpa de no haberla despertado antes. Por ello, sintiendo una profunda lástima por ella, la tomó de las manos y la miró fijamente a los ojos.
Tranquila, estoy contigo.
Fue lo que Sook pudo captar de aquellos orbes castaños que tanta atención le prestaban. Respiró hondo y bajaron del vagón junto al resto de pasajeros, para luego sentarse en uno de los bancos de la estación.
— Supongo que tendré que volver a pie o coger un bus. — dijo la chica, cabizbaja.
— ¿Qué estás diciendo? Está muy lejos, Sook. — negó él. No iba a permitir que atravesara Incheon de noche, y sola... era peligroso.
— ¿Y qué pretendes que haga entonces, Youngjae?
— Quédate conmigo.
— ¿Qu-qué?
— Sí, mi piso no queda muy lejos de aquí. Es algo pequeño, pero... — el chico sentía el calor acumulándose en sus mejillas, además de un nudo en la garganta. — ...es bastante acogedor, además Coco se alegrará de recibir una visita, ¿no crees?
Sook quedó unos instantes observando al chico antes de dejar escapar una pequeña sonrisa, para después asentir ante la propuesta del joven. Entonces Youngjae, entusiasmado, se levantó de un salto y la tomó de la mano, con el fin de guiarla a su apartamento mientras huían de la fuerte lluvia nocturna, y pasar la noche con la que había soñado, no solo en el metro.
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3/3
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Underground (Youngjae OS)
FanfictionEl metro, un lugar ruidoso, sucio y apestoso... ¿Cómo puede ser que alguien pueda quedarse dormido en un sitio así? • En principio habría sido un OS, pero preferí hacerlo en tres capítulos, para que la historia se entienda mejor.