Capítulo 2

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Jane.

El despertador está sonando hace 5 minutos y tengo tanto sueño que ni siquiera puedo levantar mi mano y apagarlo, además ¿porque tengo puesto el despertador tan temprano?....Abro lo ojos de golpe al recordar.

- Tengo que ir al aeropuerto! - Muevo la sábana de golpe y me levanto corriendo directamente al baño para darme una ducha, al entrar recuerdo qué olvidé comprar el gas y enojada me desvisto tirando al suelo mi ropa del día anterior, durante 5 minutos de sufrimiento puro por culpa del agua más fría que he tocado en mi vida, termino de bañarme y salgo tiritando como un gatito mojado, seco mi cabello como puedo y arreglo mi pelo, que está hecho un verdadero lio.
Corro de vuelta a mi pieza y me visto con la ropa que prepare la noche anterior.

Pongo un poco de orden a mi dormitorio y corro hacia la cocina para hacerme un café y unas tostadas y no morir de hambre y sueño, solo a mí se me ocurre desvelarme viendo películas el día antes de tomar un vuelo. Me apresuro al tomar mi desayuno, tanto así que apenas mastico las tostadas y casi mancho mi blusa con café. Al terminar dejo todo en orden y rápidamente tomo mi maleta, mi cartera, cruzo el departamento a toda velocidad y me precipitó hasta llegar al asesor.

Espero solo unos segundos hasta que este llega a mi piso y se abren las puertas, cuando ya estoy dentro y las puertas se estaban cerrando, recuerdo que dejé mi móvil en la encimera de la cocina y casi agarrándome los dedos de la mano, abro las puertas del asesor y hago una carrera digna de juegos olímpicos hasta el departamento, abro puerta de manera frenética y entro corriendo hacia la cocina, pero mi mala suerte es de tal magnitud que cuando estoy cruzando la sala, mi pie se engancha con un cable suelto y este hace que me tropiece y caiga de bruces contra el suelo golpeándome la cara y los codos contra el sillón de la sala.

-¡Mierda! Pero qué suerte la que tengo..aghh- grito enojada al volver a ponerme de pie y tocarme la cara del dolor, trato de limpiar un poco la ropa y arreglarme el cabello para no parecer una loca desquiciada, camino hasta la encimera de la cocina con sumo cuidado para no matarme y agarro por fin el celular entre mis manos.

Camino de vuelta a la puerta y tomo la maleta y la cartera que dejé tiradas y guardo esta vez el móvil en la cartera, me dirijo por segunda vez al ascensor, esta vez chequeando todo mi equipaje en mi lista mental y rogando a qué no se me olvide nada importante otra vez, por fin logro entrar en el ascensor y aprovecho esos segundos para verme en el espejo y chequear que mi maquillaje y ropa no se hayan arruinado gracias a esa penosa pero cómica caída.

Las puertas se abren y salgo como puedo hacia la salida de mi edificio y espero a que mi taxi llegue, contemplo el cielo y suspiro profundamente. Uff, pero qué mañana de locura, siempre cuando viajo a casa me pasan cosas extrañas o desafortunadas, ahora espero que con estos infortunios haya sido suficiente, ya que quiero llegar en una sola pieza a casa, me rio de mi misma, mientras una señora al otro lado de la calle me observa como si estuviera desquiciada, le sonrió de vuelta un poco sonrojada y ella solo me mira extrañada y me sonríe de vuelta mientras sigue su rumbo .Estos canadienses son todo un misterio, si hubiese estado en casa probablemente me hubiera gritado loca, o simplemente me hubiera ignorado, espero uno segundos más impaciente, hasta que mi taxi por fin llega, de este se baja un hombre muy risueño y abre el capo para depositar mi equipaje.

-Buenos días señorita- me dice mientras toma mi maleta y la guarda con cuidado.

-Buenos días a usted también, necesito ir al aeropuerto por favor-le digo con una sonrisa un poco forzada, la verdad es que lo único que quiero es llegar pronto al aeropuerto y dormir durante el vuelo. El hombre asiente con la cabeza y emprende el rumbo de forma calmada, me dispongo a chequear la hora en mi reloj, pero para mí mala suerte me encuentro con mi muñeca vacía.

Una Nueva Oportunidad  "Editando"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora