Sumergido en un abismo sin fin

Otra vez llegó el celo

Tome un poco del líquido blanco para pasarlo a nuestras bocas, saboreabamos su salado sabor mientras nuestras lenguas seguían jugando.

– Te arrepentirás de esto... – Retiro las cosas que tenía en su escritorio para recargar me ahí, abrió mis nalgas para poder chupar mi entrada con su lengua, cada paseo que daba en ese orificio me llenaba de éxtasis, de pronto metió uno de sus dedos para abrirse paso, creo que por primera vez estaba siendo amable conmigo.

– Endeavor, lo quiero dentro... – Quería sentir su duro miembro dentro mío, no solo sus dedos.

– No tienes que pedirlo – Intercambio su dedo por su falo el cual introdujo después de que sus grandes manos abrieran aún más mis nalgas, un gemido potente salió de mi boca, pronto empezó su vaivén haciendo que su escritorio rechinara, su miembro tocaba la pared de mi entrada, se sentía apretado pero no dolía ni un poco, mis gemidos salían sin control, Endeavor sabía muy bien en donde tocar para satisfacerme.

– Aaahhh... Padre ~ No solía decirle así pero la palabra se me salió aunque no hubo problema algún, de hecho hizo más presión contra mía, creo que eso le excitaba.

– Cambiemos de posición Shoto – Saco su miembro y me subió de frente al escritorio, pase mis manos en su cuello abrazándolo mientras el volvía a colocar su miembro dentro mío, su primera estocada fue rápida y dura, volvió a sacarla y a meterla de la misma manera, mi cuerpo ardía y vibraba con cada estocada, nuestros aromas se mezclaban al igual que nuestra saliva al besarnos.

– Me... vengo Padre... Me vengo... ~ Pronuncie recargando mi cabeza en su hombro apretando cada vez más su cuello

– Yo también me vengo... – Su voz era tranquila pero con una excitación que no podía esconder.

Ambos nos corrimos nuevamente, su semen caliente inundaba mi interior mientras que el mío manchaba su abdomen.

– Quiero bañarme... – Pronuncie bajando me del escritorio, creo que el se dió cuenta de que mis acciones eran así por "la droga" aunque yo jamás le dije que sospechaba que era eso, supongo que el también presentía que me habían dado esa asquerosidad porque cambie muy repentinamente.

Después del baño me fui a mi habitación a acomodar todo el desastre que había creado para después descansar mi cuerpo adolorido, me sentía avergonzado pero no me podía controlar, no sabía que hacer en esa estúpida situación así que al terminar solo me recosté y me quedé dormido