Amor Secreto

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Goku, estás seguro de que no quieres acompañarnos. Servirán una cena espectacular en el palacio de los itsu

-Es enserio Krillin, mañana tengo que madrugar, Desde que Vegeta a tomado el trono no para de exijir cosas

-Ese maldito, solo busca fastidiarte, tienes alguna noticia sobre Bulma?-pregunto Yamcha como lo hacía cada que veía al sayajin

- Si, están ampliando el laboratorio que hay en Vegita para que ella pueda trabajar, según mi padre Tarble ha abogado mucho por ella y el consejo la ha tratado de buena manera.

- Creo que alguien se quiere quedar con tu novia, Yamcha

-Eso no es para nada gracioso, te vemos mañana para entrenar Goku?

- Si la junta de Vegeta no se alarga estaré aquí a la misma hora de siempre

-Entonces nos marchamos.

Ambos caballeros se fueron dejando solo al sayajin, el cual decidió ir rumbo a monte Fly pan.
Ya era costumbre que un poco antes de llegar a lo que ahora consideraba su actual hogar, decidia internarse en el bosque.

Un par de delgadas y aviles manos lo sujetaron del cuello, y lo empezaron a despejar de sus ropas, el por consiguiente, tomo la delgada figura dueña de aquellas manos y la recostó sobre el pasto, ambas siluetas pérdidas en la noche, se desnudaban con premura y deseo.
¿Cuánto tenían haciendo lo mismo?

Aquella primera vez el estaba tratando de despejar su mente y no sentirse tan angustiado y humillado por la amputación, de lo único que lo distinguía como un sayajin, Ella estaba llorandole al futuro que nunca podría vivir, casarse con el amor de su vida, un hombre el cual estuviera orgulloso de que fuera su esposa.

Ambos, aquella noche en medio de la oscuridad del bosque se encontraron, El se vio reflejado en los ojos de Ella, y Ella en los de El, todo sucedió tan natural, tan instintivo, para cuando fueron concientes de lo que estaba sucediendo, solo decidieron continúar, al parecer habían encontrado algun tipo de consuelo, en las caricias besos y abrazos, que se estaban dando. Como en este momento al igual que el primero solo la noche era testigo de ese arrebato carnal adolescente, todas las noches apartir de esa primera vez.

Casi siempre era igual, se iban a encontrar en la penumbra de la noche, se despojaban de sus ropas al igual que de sus preocupaciones y razón y se dejaban llevar, Primero con los besos que comentaban tímidos y pausados, que después iban evolucionando a unos más profundos y apasionados, el salvaje contacto de sus lenguas les exija más cercania, el exploraba el cuerpo de ella con curiosidad y morbo, sus grandes manos de guerreo trataban de no lastimarla, le sorprendía lo delicado que podía ser con ella, lo que más le gustaba era la suavidad de su piel, así que los besos no se quedaban en la cara y en la boca, estos iban descendiendo conforme se desnudaban, sus pechos eran tan adictivos y mágicos, que era dificil no dales una atención más especial, solo se escuchaban en medio de la penumbra los sonoros gemidos de ella y los gruñidos de el, mientras el mosdirqueaba uno de sus pezones, y le daba atención los los dedos al otro. Ella con las manos exploraba el cuerpo de su nuevo amante disfrutando de aquel calor y placer que le producía, el seguía besando su cuerpo bajando hacia el vientre y deteniéndose un poco en su sexo, solo para abrirle un poco las piernas y undir su lengua en el sexo de ella y comprobar la cálida humedad de su exitacion, la sensación siempre la pillaba por sorpresa cada vez que el sayajin hacia eso, sentía que moría un poco, y la dejaba más tonta, y a su total disposición, el mismo camino que había tomado para descender lo hacía para volver a encontrar su boca, y besarla de manera más desesperada y salvaje, dejando un contraste evidente a como habían empezado. Ella instintivamente pero algo tímida llevaba sus manos hacia el miembro de el, tratándole de otorgar un poco mas de placer, la dureza de él le confirmaba que estaba tan dispuesto como ella a unirse y perderse en ese mar de sensaciones que solo ellos se podían dar, El la volvía a acomodar se aseguraba de que estuviera cómoda para que lo pudiera recibir, para este punto era más la necesidad que el placer, El procuraba que su paso fuera lo más satisfactorio y lento posible, el delicado cuerpo de ella lo hacían comportarse de manera dócil y comprensiva, conforme se movían ella subía la intencidad de las penetraciones exijiendole más fuerza, El joven sayajin se limitaba a cumplir las exijencias de ella, no podía perder el control del todo sabía que podía lastimarla, pero no por eso era menos satisfactorio la sensación de placer que le proporcionaba el vaivén de sus sexos. Los sonoros gemidos de ambos cuerpos se perdían en la penumbra de la noche, las embestidas aumentaban en velocidad y profundidad al igual que las caricias y los besos.
Cuando el, sentía que el inevitable orgasmo estaba por llegar, esperaba a que ella llegara primero, que el, no quería llegar junto con ella eso solo empeoraría las cosas, no debía acabar dentro de ella y no marcarla como suya....Al menos aún no

"OBSEQUIO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora