Dos: Ghost of you.

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Las semanas pasaban y no habían rastros de Lee, casi todos bajaban sus brazos ante la esperanza de encontrarlo aunque algunos todavía no se rendían tan fácilmente.

Bang continuaba con su vida, atendía a su trabajo como de costumbre en las mañanas y salía a beber a las noches con sus amigos. Sin embargo, su aura no era la misma.

ㅡ Channie hyung, ¡ya estás demasiado ebrio! ¡No tomes más! ㅡ Gritaba desde la otra punta de la mesa Jeongin riendo al ver como Chris terminaba su tercera botella, eso empezó a ser un problema desde que ocurrió la tragedia que sacudió a todo Seúl.

ㅡ Sí, Chan. Eso es suficiente, te llevaré a casa. ㅡ Se ofreció Minho, quien era primo de su pareja y a la vez muy buen amigo suyo.

Chris levantó un brazo en dirección a Minho, quien se acercaba para ayudarlo a levantarse pero fue impedido. Estaba cansado de que lo trataran con lástima.

ㅡ Ni siquiera estoy ebrio, déjenme en paz. Me iré a la hora en que ustedes se vayan como buen hyung que soy.

Aquello provocó risas de parte de los demás, permitiendo que se quedara con la condición de moderar su consumo de alcohol.

La salida continuó sin ninguna molestia, todos hablaban entre risas y unas cuantas botellas más recordando las estupideces que hacían de jóvenes. Cuando el reloj marcaba las dos, cada uno se despidió para regresar a su respectivo hogar.

El australiano se dirigió hacia su auto para manejar cuando le pareció ver algo extraño en la entrada de aquel bar, una cabellera rubia que se asemejaba mucho a la de... No, imposible.

Con prisa, se metió dentro del vehículo mientras intentaba encender este para rápidamente alejarse del lugar, escapando de lo que parecía ser para él una alucinación.

Una vez llegó a su casa, se tiró sobre el sofá para ver un poco de televisión y distraerse de aquel raro suceso.

Mientras un capítulo de Los Simpson se reproducía, unos golpes se escuchaban en la puerta principal lo cual sobresaltó por completo a Chris.

Con cautela se levantó de su lugar, dirigiéndose con lentitud hacia la puerta.

ㅡ ¿Chan? ¿Estás en casa? ㅡ Dijo una voz, congelándolo por completo. ㅡ Chan, ábreme por favor. Hace frío.

Poco a poco, Chris fue retrocediendo tratando de no hacer ruido dirigiéndose hacia su habitación para finalmente dormir. Seguro el sueño le hacía imaginar cosas.

Aún así, los golpes no paraban.

ㅡ ¡Bang, ábreme la puerta ahora mismo! ¡Déjame entrar, por favor!

Poco a poco, lograba coinciliar el sueño.

𝗲́𝗹 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗳𝗲𝗹𝗶𝘅﹚𝖼𝗁𝖺𝗇𝗅𝗂𝗑.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora