Odio que no te odio; Isulio

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Odio que tu olor de mi almohada no puedo quitar
Odio la canción que pedíamos siempre en el bar
Odio tu lunar, tu forma de hablar
Pero no es lo que más odio.

Isabela se encuentra tirada en el piso de la sala para descansar del set, miles de pensamientos la atormentan, mariposas, corazones y millones de cosas más.

Acababa de besar a Julio.

Pero por sus personajes.

Hace bastante que la morena había empezado a sentir cosas por aquel español de ojos mieles.

Su mirada la atormentaba por las noches y por las mañanas, él en si le recordaba que no era la dueña de su corazón. Y aquello rompía el suyo.

Julio había sido todo para ella, incluso, uno de sus mejores amigos del cast.

Lo fue hasta el primer beso Binuel, debía besar a Julio y eso la traía nerviosa.

Sintió las manos de el chico pasar por su cintura y ella lo envolvió con sus brazos.

Nadie hubiera pensado que era ficticio. O eso creía la morena.

Al despegar sus labios, Isabela, algo avergonzada, miro aquellos labios que la traían loca, pero él miraba a  la cámara de la escena, ella había sentido miles de cosas y él simplemente había dado la vuelta.

Aquello la frustró, pero pensó que era algo estúpido.

—Te ves ridícula enamorada de un niño de 19—soltó para si misma en voz alta.

—Además, nisiquiera sabe que existes, con suerte sabe tu nombre—soltó su voz interior.

La morena se tapó la cara y los momentos con él la abrumaron nuevamente.

—¿Por qué corazón?—soltó la morena.

Simplemente se imaginó que sería tener a Julio de novio.

Tendría canciones cantadas por la voz más dulce de el planeta, palabras bonitas con su acento por la mañana ¡y quizás cuántas cosas más!

—Es uno más de el montón—soltó en voz alta nuevamente la morena.

Recordó aquel día en el parque, en el que la abrazó y la calmó después de un duro mes de grabaciones.

—Todo la valdrá la pena ¿no crees?—Soltó el español.

—No lo sé ¿Tal vez no soy la indicada? Cualquiera estaría soñando por estar acá y yo lloriqueando—soltó la morena con algo de dificultad en las palabras.

—Isabela, tranquila, no te
preocupes, es obvio que tendrás tus dudas ¡Pero eres simplemente increíble en lo que haces! No debes llorar ¿Si?

La morena sonrió recibiendo el cálido abrazo de el chico.

La morena se acomodó en el helado piso, dándose media vuelta, quedando frente a la muralla de fotos de el cast.

Isa y las chicas sonreían en la foto, atrás, los chicos se habían colado a la imagen haciendo caras raras, muecas y gestos graciosos.
En una de ellas, Julio salía casi a punto de caer a el piso, en la siguiente él ya se encontraba tirado y todos riendo.

Simplemente odiaba haberse enamorado de aquel chico.

—Maldita sea Isabela, tu viniste a trabajar, no a enamorarte de imbéciles—soltó de nuevo en voz alta tirando algo hacia la puerta que encontró en el piso

—Wow, que enojada estas chica—soltó el Español entrando a la habitación.

—Ignorame, estoy pensado en voz alta—dijo ella girando su cabeza y acomodandose en el piso.