Capítulo 3

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—Ocurrió hace dos días... —Una tranquila y nostálgica melodía sonaba cuando la chica empezó a relatar su extraño suceso con la criatura nocturna que rondaba por la localidad, lo cual sorprendió a Blake e hizo que empezase a pensar que lo que vio no fue exactamente fruto de un sueño, que esa bestia era real. 

Técnicamente el chico tenía razón en ambas teorías, pero lo que nos importa de momento es la conversación que tuvieron los dos ingenuos jóvenes en esa lluviosa tarde de sábado con olor a café y a tierra mojada. Los hechos que narró Mai ocurrieron de la misma forma, ella iba andando a oscuras por la calle y vio a una criatura espectral abalanzarse a un tejado. La criatura la miró y la muchacha hizo lo mismo que el chico, excepto que Mai al despertar por la mañana estaba convencida de que lo que había presenciado era real.

—¡Estas loca! ¿Cómo iba a ser real ese monstruo? —Los amigos empezaron a discutir—. Era un sueño, es imposible que exista tal criatura.

—Estaba despierta te lo aseguro, además es muy difícil que hayamos soñado lo mismo. Sea lo que sea esa cosa, es real y tenemos que ir a investigarla.

—Yo no pienso ayudarte a perder el tiempo, eres increíble, buscas la menor excusa para meterte en problemas. En vez de salir a encontrar una criatura misteriosa y mágica deberías pasar más tiempo en casa.

La chica bajó la mirada con tristeza en su rostro, recordó la situación por la que sus padres estaban pasando desde hacía ya unos meses. No le apetecía pasar mucho tiempo allí, no quería estar allí. Blake al ver la reacción de la joven, comprendió que había metido la pata.

—Mira, me pensaré tu propuesta, ¿pero por ahora que tal si vienes a dormir a mi casa? Mis padres están fuera estos días y no me gustaría estar solo por la noche con la posible existencia de un monstruo rondando por los tejados.

Mai sonrió y asintió.

Al caer la noche, Blake y Mai se quedaron en silencio escuchando con atención el repicar de la lluvia nocturna. Los dos se sentían seguros y tranquilos, se tenían el uno al otro para protegerse.

Lo que no sabían era que no solo podían ser dañados en el mundo real, sino que en el mundo onírico también podrían ser atacados. Y allí no se podían servir únicamente de la compañía de un amigo.

The Shade of the Night - Dorian BlytheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora