Capítulo 4

17 2 0
                                    

Blake abrió los ojos, una amplia y verde pradera se abria ante él. A lo lejos se podía atisbar un gran arbol solitario, que con su acogedora sombra invitaba al chico a asistir bajo sus ramas. Blake empezó a descender la pradera mientras admiraba atónito el paisaje. Entonces vio a Mai, ella se encontraba a unos pocos metros de él. Los dos se miraron lentamente y sin decir palabra alguna, siguieron su camino hacia el enorme árbol.

—Esto es un sueño, ¿no?

—Creo que si —Blake contestó a la chica sin apartar la mirada del árbol.

Los jóvenes mantuvieron la distancia en todo momento.

—¿Eres real?

—¿Y tú?

—Debo serlo, me siento yo misma. Es dificil de explicar pero me siento viva, más que en toda mi vida. ¿Te sientes así?

La conversación continuaba al ritmo de los pasos hacia el distante árbol.

—Siento plenitud y paz, pero a la vez siento agobio y ansiedad —el chico empezó a hablar. —Los sueños pueden ser peligrosos dependiendo de la persona que los tiene.

—¿Es este tu sueño?

—No lo se, quizá sea mio, tal vez sea tuyo, o incluso una mezcla de ambos.

Mai y Blake llegaron al árbol y se acomodaron bajo sus ramas para descansar y relajarse. Sentian calma y serenidad en sus corazones, era el mejor sueño que habían tenido nunca.

Los chicos estuvieron bajo el gran árbol por lo que parecieron horas, hasta que empezó a anochecer. Ahi es donde todo se vino abajo.

Todo estaba oscuro y en silencio, lo que antes era un agradable prado ahora era un gris terreno sin vida. Cuando los jovenes se dieron cuenta ya era demasiado tarde, pues la oscuridad se cernía ante ellos. Blake divisó un extraño charco que parecía estar hecho de pura oscuridad, y lo observaron detenidamente. De repente, el charco empezó a elevarse formando una extraña esfera, en la que se formó un crepitante globo ocular que observó a los chicos con profundidad. Blake dió un paso atrás espantado de esa horrible imagen, y la criatura ocular flotó hasta el centro del terreno junto a decenas de seres similares que habían aparecido por los alrededores. Mai gritó del miedo  al observar que los seres formaron una gigantesca criatura ocular. Los niños ya no querian estar alli, no se encontraban cómodos ni tranquilos. Corrieron por la planicie moribunda mientras la criatura ocular les perseguía. Se sentían solos y asustados.

Y entonces apareció él.

La esbelta y sombría figura que los chicos habían avistado noches atrás, se mostraba imponente frente a ellos. La criatura se situaba de espaldas, amenazando al monstruoso ser que acechaba a los jóvenes. En ese instante, una ardúa batalla tuvo comienzo. El defensor de Blake y Mai era rápido, ágil y asestaba golpes implacables al enorme ojo. Era igual de veloz que una sombra, tan veloz que en pocos segundos todo volvió a estar tranquilo. El enorme monstruo ocular yacía en el suelo mientras los chicos observaban como este desaparecía junto al lúgubre aspecto del territorio. Todo volvió a ser como antes: el prado, el cielo azul y el imponente árbol parecían intactos. La sombra se acercó a los jóvenes e hizo un curioso gesto, se inclinó e hizo una reverencia, como si fuese un reconocido áctor al acabar su actuación  teatral. Acto seguido, el ser desapareció y Mai miró a Blake con cara de asombro.

Entonces despertaron.

The Shade of the Night - Dorian BlytheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora