Exercise |JJK | |+18| [Terminada]

F I N A L

Como ya es costumbre en aquel matrimonio, la alarma sonó justo a las 6:30 de la mañana. Kang fue la primera en abrir los ojos, encontrándose con la espalda de su esposo.

Esa tonificada espalda.

Inconscientemente, pasó su mano por sus omóplatos, sintiéndose relajada ante la suavidad de su piel.

—¿Te gusta? —pregunta Jeon dándose la vuelta para rodear sus brazos por la cintura de su esposa.—

—¿Qué? —responde ella con una sonrisa—

—Mi espalda.

—¡Claro! —exclama ella— Es la mejor espalda. Mi favorita. —dijo lo último con un tono burlón, haciendo a su esposo fruncido su ceño.—

—¿Te estás burlando de mi, preciosa? —afianzó el agarre en su cintura y la pegó aún más a él, haciendo que ____ sienta la ligera erección matutina de su esposo.—

—¿Y eso? —volvió a decir burlona haciendo referencia al bulto apretando su vientre—

—Nada que no puedas arreglar. —Kang deslizó sus manos por el pecho de Jeon, subiendo lentamente hasta poder dejarlas sobre sus hombros.—

—¿Y cómo es que yo puedo arreglarlo, señor Jeon?. — de la nada, ese tono burlón se había cambiado a uno seductor, sensual y erótico.— ¿Se la tengo que chupar?

El que ella utilizara formalidades volvía loco a Jeon, haciendo su mente volar más allá de lo que podía llegar. Kang sabía cómo hacer caer a su esposo, pero lo curioso era, que ella no era la activa a pesar de ser quién lo seducía.

Pero eso cambiaría hoy.

A veces cambiar de papeles es bueno, y es por eso que ella se ha puesto la mejor lencería de su armario, a colocado dos tiras a la cabecera de la cama la noche anterior sin que su esposo se diera cuenta.

Ella sabía que no había mañana en la que no despertara con una erección entre su ropa interior, siendo ella la cusante en sus sueños. Las veces que él gemía por las noches entre sueños, la habían hecho querer despertarlo y montarlo salvajemente.

—¿Se la tengo que jalar? —continuó, bajando su mentón hasta su cuello, besando y alejando sus labios de manera lenta.— ¿O cómo se le ocurre, señor Jeon? —sin alejarse de su pecho, alzó la vista, mostrándole a su esposo lo dilatadas que estaban las pupilas de su esposa.—

—¿Qué pretendes? ¿Que te lo haga salvajemente? —espetó curioso aunque no fuera extraño que su esposa le hablara de aquella manera.—

—Nada de eso. Solo estaba jugando.

—Pues ahora debes terminar tu juego, porque ¿Qué crees? —preguntó con un tono de voz más áspero. Kang solo respondió haciendo sonar su garganta.— Quiero que lo arregles con mi pene en tu vagina.

El calor de la habitación comenzaba a ser sofocante para la pelinegra, sus mejillas después de mucho tiempo, volvieron a teñirse de ese tono carmín con el que Jeon la conoció.

Y como si las palabras de su esposo fueran el pistolazo de salida, empujó a su esposo para que quedara con la espalda sobre el colchón. Comenzó a besarlo con demasiado deseo, haciendo que su esposo rodeara su cintura, pues ella se había posicionado sobre él.

Tomó una de sus manos, dirigiéndola hasta la cabecera de la cama, pero sin dejar de besarlo. Tomó la cinta y ató con cuidado su mano.

—¿Y esto? —habló Jeon con la voz agitada, jalando ligeramente su brazo al sentirlo prisionero del tacto.—