When you left.

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Todo en la vida de Stiles y Derek era perfecto.

Se habían enamorado años atrás, se habían declarado su amor una noche de copos de nieve y narices rojas. Una noche de vino y de caminatas largas y silenciosas por calles deshabitadas, oscuras y que próximamente se cargarían de memorias.

Cada lugar era su lugar. Cada cafetería, bar, discoteca, todo. Todo lugar era su lugar especial si estaban juntos. Si podían tomarse la mano y besarse a las sombras de los demás y la intimidad de su amor, entonces eran felices.

Cada día era una vida, una vida con el otro y con la perfección y emoción de poder gozar al otro, de poder amar al otro. Cada mirada era una señal, la señal que solo entre ellos entendían.

Hacerse el amor con la mirada, con las sonrisas, con las palabras. Hacerse el amor con los cuerpos y las almas unidas y fundidas en una era su más grande placer, su más grande hobby.

Amarse, amarse era su vida.

O al menos, todo era perfecto hasta que él tomó la decisión.
Hasta que Stiles decidió que estaría bien viajar a Los Ángeles a tomar un puesto de trabajo. Un maldito puesto de trabajo que lo separaría de su alma gemela, de sus amigos y de sus lugares.

- No puedes hacer esto.

- Pero quiero hacerlo. - sollozó el castaño limpiando las lágrimas que caían furibundas por sus mejillas.

- ¿Quieres dejarme? - suscitó con la voz rota el moreno poniéndose de pie y caminando de un lado a otro.

- No, Derek, no es eso. - hipó. - Es solo... es un gran avance...

- Uno sin mí. - sollozó esta vez el ojiverde intentando esconderse del menor. No era momento de derrumbarse en frente de la persona que amaba. Ni ahí ni nunca.

- Contigo, Derek. Siempre estás conmigo. - susurró. - Aquí. - el castaño señaló su corazón y su frente. Derek se detuvo y caminó hasta el menor, lo tomó en brazos y lo estrechó entre ellos.

- No me dejes, cielo, no soy nadie sin ti. - Derek tomó aire fuertemente. - No sé qué hacer sin ti.

- Vivir, Derbear. Vivir como lo hacías antes de conocerme.

- No quiero... no puedo... - y sí, se había derrumbado.

- Puedes, amor, puedes con todo.

Derek, aún con Stiles entre sus brazos se dejó caer en la cama que minutos antes abandonaron. En la habitación solo se oían los sollozos, gemidos dolidos e hipidos fuertes y agónicos.

- No me olvides, por favor...

- No lo pienses siquiera... nunca te olvidaré amor, siempre estaré aquí esperándote.

- ¿Estamos terminando? - dudó el ojimiel.

- Creí que tú... que era lo que querías...

- Yo... uhm... no quiero obligarte a esperarme, a negarte a encontrar a alguien más y amar de nuevo.

- No me obligarías, así no me lo pidieses yo lo haría, yo esperaría por ti...

- Te amo. - sollozó Stiles no muy seguro de lo que sucedía. No quería darle esperanzas a Derek, pero tampoco quería tenerlas él.

Derek se enamoraría de nuevo en su ausencia. O tal vez él lo haría en la lejanía. Pero y si...

¿Y si su amor era tan fuerte para esperarse? ¿Y si era tan fuerte como la distancia?

- Te amo más, hasta la luna a pie y de regreso.

- Yo a ti hasta el sol a paso de bebé y de regreso.

Forever Yours. - STEREK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora