Sonidos del reloj, me encanta como se escucha, me encantaría oírlo a diario, pero por culpa de la tecnología solo hay medidores de tiempo digitales.
Ese sonido me inspira, hace mis pensamientos volar, me ayuda a escribir y tal vez a recitar, pero todo esto se derrumba cuando intento escapar.
Huir de todo aquello que me rodea, es un pensamiento bastante común, pero lo único de lo que no puedo huir, es de mi cabeza.
Todo imagino, fluyen todo tipo de cosas en ella, cosas imposibles a la vez que bellas, confusión me rodea, aún espero por favor no suba la marea.
Muy sabido tengo que si esto sucediera, de ahí no saliera, ya que una vez que se eleva, no se puede descender de esta.
Es un <tic, tac> eterno, que en mi cabeza suena el día entero, ya que aún no logro escapar, de semejante sentimiento.
Pasan años, décadas y yo aún te siento, tan cerca de mí, como a la vez tan lejos.
Comienzo a creer que ya es tiempo, de dejar pasar todos aquellos bellos momentos, que en aquel entonces, nos hicieron llegar al cielo.
Aunque aún allí no hemos de llegar, ya que por este mundo nuestra marca tenemos que dejar, para que algún día la gente sepa lo que nosotros logramos alcanzar.
En todo esto me puse a pensar, cuando un simple <tic, tac> comencé a escuchar, por que hay tantas cosas por oír y muchas más por observar, para darnos cuenta las cosas que nos esperan en este extraño lugar, que algún día lleguemos a apreciar, cuando ya el tiempo se nos ha de acabar, y nuestro recuerdo quede solo en un simple reflexionar, y ahí de nuevo volvamos a comenzar.
Son las cosas inevitables que suceden mientras el <tic, tac> no para de sonar.Y sonar...
Y sonar...