Girls don't kiss girls

Capitulo 2

A estas alturas, Sophie ya sabe lo que Roseanne quiso decir cuando dijo que las chicas no deben besar a las chicas, sin embargo no significa que Sophie no piense en besar a una chica en particular; Tiene trece años y su cuerpo a comenzado a cambiar, y ella solo piensa en la sonrisa gomosa de Regina, o en sus manos, en su cabello o sus ojos, y se detiene a reflexionar en lo que eso significa, pero su mente tambalea al aceptar que lo único que quiere es besarla.
Pero mientras más tiempo pasan juntas sus sentimientos se intensifican; hasta que no puede estar cerca de ella sin que quiera tomar su mano con fuerza, hasta que su corazón lata rápidamente en su caja torácica, hasta que decir el nombre de su amiga sea suficiente para hacerla sentir mejor.

Sentirá que estallará si no le dice a alguien pronto.

Así que lo hace, de una manera poco tradicional, en medio de la clase de Español un viernes con sol, no sabe de donde salió el tema solo recuerda que una compañera comenzó a hablar del mes del orgullo LGBT y ella se envió envuelta en miradas discretas por parte de Alexa y Regina. Después de mucho pensarlo había decidido abrirse con Regina sobre sus sentimientos. Y si bien ahora el secreto de su amor por Regina (o las niñas en general) ya no era tan secreto entre sus compañeros (ya que había decidido abrirse con algunos compañeros de confianza), sus dudas seguían saliendo a flote de siquiera pensarlo, su mentalidad había cambiado, Alexa le repetía que ella era normal y el apoyo por parte de Regina, Bella (quien había vuelto a la normalidad con Sophie y ahora entendía su comportamiento) y otras de sus amigas le habían enseñado que cada quien puede amar a quien quiera.

—La violencia en contra de los homosexuales sigue siendo un problema hoy en día y es nuestro deber cambiarlo— Su profesora hablo, Sophie sonrió y sintió una presión cálida en el pecho, su profesora favorita no la odiaría si se enterara. —¿Hay alguien que quiera compartir alguna experiencia de este tema?— Un par de compañeros levantaron sus manos y Sophie copio esta acción, sorprendida de si misma y sin saber muy bien que estaba haciendo.

—Sophie— Su profesora señaló en su dirección con una sonrisa sorprendida, si bien ya no era tan tímida como antes, eran raras las ocasiones en las que participaba en clase.

—Yo...—Si voz salió temblorosa y sentía que estaba a punto de tener un ataque de pánico—En mi antiguo colegio la violencia era algo muy normal, al final de las clases podías ver a chicos de grados superiores peleando a golpes y la mayoría nunca hacía nada, tenía pocas amigas pero un día hice algo que ellas consideraban malo, me dejaron de lado y en ocasiones les gustaba humillarme frente a los demás porque...— Sentía las manos sudorosas y podía jurar que su voz sonaba como si estuviera a punto de quebrarse en cualquier momento— Porque me gustaba una niña— Lo había hecho y tenía en claro que no había vuelta atrás, ella lo había confirmado y los miles escenarios creados en su cabeza pasaron por su mente. Había imaginado lo peor y esperaba impaciente a que las burlas llegaran a ella pero nunca lo hicieron, en su lugar las miradas de apoyo que la envolvían a su alrededor hicieron su pecho sentirse menos presionado. La aceptaban.

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De alguna manera, la secundaria resultó ser un alivio para Sophie. Si, sentía la presión social de verse aceptable en cada momento, y el montón de tarea hacía desear a Sophie lo peor para sus profesores, pero también había un montón de gente que no era Regina.

Ir en una clase diferente a Regina, por primera vez en años hace que Sophie sienta un aire liberador. Aun puede pasar días sin sentir ese tirón en su pecho que le recuerda cuanto duele amar a su amiga, aun más que el recuerdo de Bella.

Sophie odia pensar en Regina como una clase de prisión o algo, porque estar enamorada de ella no es lo mismo ya. Ahora, más que nunca, puede sentir como su cuerpo duele por no tener lo que quieren y se pregunta si cambiará.