Celos

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Hola a todos! Traigo una nueva historia. Espero les guste y me lo dejen saber dándole like a la historia o comentando. Lo aprecio mucho ♥️

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Era domingo, decidieron salir a almorzar juntos ya que en la semana les era muy difícil, a pesar de trabajar en la misma comisaria, sus horarios de comida podrían variar dependiendo el trabajo que tuvieran, raramente podían verse para salir a comer. Sergio había querido sorprender a Raquel llevándola a su restaurante favorito, afortunadamente la madre de ella habia optado por quedarse con Paula en casa y dejarlos ir en una "cita”

Raquel y Sergio no se molestaron es más, deseaban ese tiempo a solas, los dos y ese día sería el día para ambos; almuerzo, compras, una ida al cine y luego una noche amena en la casa de Sergio, probablemente viendo una serie y comiendo palomitas, eran el plan que ellos más amaban.

Entraron al restaurante y la mesera los guío hasta su mesa, estaba lleno pero para ellos solo estaban ellos dos. Comieron, charlaron y rieron como una pareja de adolescentes. Era hora de irse del lugar, Sergio se había levantado un momento para ir al baño y Raquel estaba en la mesa esperando por él, de repente alguien se le acerco.

-¿Raquel, eres tú? –un hombre alto de cabello castaño y piel clara, con ojos azules y muy bien vestido le habló por su nombre. Raquel intrigada volvió su rostro y se sorprendió mucho, se levantó muy rápidamente y le dio un abrazo muy fuerte.

-Pablo!!! Que alegría volverte a ver –Raquel sonaba emocionada, se soltó de ese abrazo y por inercia tomó sus manos –Hace cuanto tiempo que no nos veíamos! 

-Es un placer volverte a ver Raquel, estas muy guapa tu oye –dijo Pablo escaneándola de arriba hacia abajo.

-Muchas gracias –respondió Raquel bajando su mirada –cuéntame, ¿que ha sido de tu vida?  No sabía nada de ti desde la universidad.

-Por ahí tía, tengo una empresa que distribuye equipo para reparación de computadoras y que me va muy bien, algún día te la enseñare.

-Claro –y dime sigues con tu loca amiga Jenely –la última vez que os vi estabais muy enamorados –sonrió Raquel.

-No querida –estoy soltero, ella decidió irse a Alemania, una oferta de trabajo –dijo él un poco desilusionado

-Lo siento mucho 

-Pero no estoy triste ahora mismo –continuo Pablo –que te he encontrado y ahora quiero una cita contigo –dijo el sonriendo y observando detenidamente a Raquel –no puedo creer lo hermosa que estas, no sé qué hacía con Jenely.  En ese momento en que él le brindaba piropos a Raquel, Sergio había regresado del baño y había escuchado todo, su rostro había cambiado de contento a furioso en un momento, no podía creer que alguien le hablara de esa forma a Raquel, su Raquel. Raquel notó la presencia de Sergio.

-Umm bueno…Pablo –comenzó Raquel –quiero presentarte a mi pareja, Sergio –dijo a la vez que lo tomaba por la mano y lo acomodaba a la par de ella. Sergio mantenía su cara seria, acomodaba sus gafas con su pulgar para no parecer nervioso e inquieto y lo único que quería era salir de ahí.

-Mucho gusto, Sergio Marquina –extendió su mano

-Mucho gusto, soy Pablo un amigo de la universidad de Raquel – de inmediato se dirigió a Raquel –no sabía que estabas en una relación

-Llevamos 2 años –soltó Sergio sin darle pie a que Raquel contestara

-Que bien –respondió Pablo –algún día podríamos salir…-Sergio no lo dejó terminar 

-Lo siento es hora de irnos, un placer conocerte Pablo –tomó a Raquel de la mano y prácticamente la arrastro con el. 

-Hasta luego Pablo –dijo Raquel –espero volverte a ver pronto. 

-Un gusto –fue lo último que escucharon de el

Sergio caminaba muy apresuradamente llevando consigo a Raquel sin soltarla de la mano, muchas emociones corrían por su cuerpo pero la que más sobresalía era los celos, celos de que otro hombre haya invitado a su Raquel a salir, que la haya abrazado y tomado sus manos, celos de que si quiera llegase a pensar que ella estaba disponible, lo carcomían esos pensamientos, él no era un tipo celoso pero con Raquel todo eso se iba a la mierda. Era como un tesoro para él, el más preciado y no permitiría que nadie lo tocara.

-Sergio ¿Qué te pasa? –preguntó Raquel quien casi iba corriendo a la par de el-

-Nada, no me pasa nada

-Claro que si –o me dices o no voy contigo a ningún lado –respondió Raquel molesta una vez llegaron al coche de Sergio.

-Sube al coche Raquel –fue lo único que dejo salir Sergio.

-No

-Que subas al puto coche!!! –gritó Sergio haciendo que todos en la calle volvieran a verlos. Raquel sintió una punzada en su estómago, Sergio jamás le había gritado y no lo había creído capaz de hacerlo hasta ese momento, creyó que le devolvería el grito diciéndole muchas cosas pero en ese momento solo sintió tristeza y una lagrima corrió por su rostro. Se había equivocado con él. Sergio lo notó inmediatamente y se arrepintió de lo que había hecho, Raquel no tenía la culpa de sus celos locos y no quería perderla por una tontería sin sentido, necesitaba controlarse.

-Cariño…perdóname, yo…yo no quise gritarte –comenzó Sergio acercándose a ella y tomándola por la cintura. Raquel no dijo nada-

-Amor, mírame –perdóname, no quería gritarte, jamás lo hare de nuevo, créeme, solo dime que me perdonas o me muero –Sergio tomo su rostro y lo levanto para quedar cara a cara

-Llévame a casa, Sergio –logró decir Raquel –no quiero hablarte mas

-No, Raquel yo…Sergio comenzó a dar vueltas en el mismo lugar, tomándose la cabeza  con las manos en señal de desesperación –Raquel cariño –perdón fueron los celos los que me hicieron ver todo negro, no soporto que alguien se acerque a ti Raquel.

-No te quiero escuchar Sergio, él era…más bien es un amigo –Raquel comenzaba a alzar la voz- y tú no puedes decirme a quien le hablo o no, así que dime si me llevas a mi casa o tomo un taxi ahora mismo

-Raquel…primero dime que me perdonas –

-Perfecto! Tomo un taxi –dijo Raquel y se dio la vuelta para comenzar a caminar y buscar uno lo más pronto posible. Sergio se quedó pasmado por unos minutos, luego comenzó a seguirla.

-Raquel no me hagas esto, Raquel yo sin ti me muero amor, no sabría que hacer fue un error, perdóname. Raquel seguía caminando sin volver a verlo, de repente vio un taxi y le hizo parada.

-Debías haber pensado mejor antes de hacer tu escena de celos –Raquel abrió la puerta del taxi y se subió –Adiós Sergio

Sergio se quedó parado, en medio de la calle, una lágrima corrió por su mejilla, no quería perder a raquel porque no había sabido controlarse, jamás le había pasado y eso lo preocupaba un poco. Debía hacer algo para arreglar el alboroto que había causado así que volvió a su coche y se dirigió a casa de Raquel 

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