Asesino Del Dragón Negro Del Apocalipsis

Capítulo 52: Dragon Force

Extalia, Edolas

El enorme ojo del Juubi brilló brillantemente, cambiando en todas direcciones a medida que miraba a su alrededor. El gigante de piel marrón levantó su brazo derecho y lo flexionó. Su mano con garras estaba apretada en un puño apretado antes de deshacer la acción, casi como si estuviera experimentando con sus movimientos.

Su cabeza se volvió masiva cuando se enteró de los sonidos del conflicto. A pesar de la atmósfera aparentemente apocalíptica que trajo el Juubi con su nacimiento, los soldados de Edolas todavía se habían movido para llevar a cabo su deber de exterminar a la población Exceed, ya que ahora se habían trasladado al corazón del área civil. Las pocas aeronaves que habían logrado permanecer en el aire a través de los vientos huracanados ajustaron su trayectoria y se enfrentaron al Juubi. Los sellos mágicos emergieron del frente de los vehículos antes de que atacaran. Chorros de fuego, hielo, viento y rayos convergieron sobre su objetivo y una explosión masiva de energía mágica cubrió la cara del Juubi a la vista.

La nube de humo se dispersó y la bestia de diez colas parpadeó lentamente mientras registraba las ubicaciones de las aeronaves. El ojo que llevaba Tomoe se entrecerró antes de cortar el aire con sus garras. Los cielos mismos podrían haber sido destrozados cuando un torbellino masivo atravesó las aeronaves como si ni siquiera estuvieran allí. Los motores se habían apagado y, por lo tanto, con los mecanismos de combustión interna comprometidos, explotaron y una ola de fuego iluminó los cielos tormentosos. La metralla y las brasas cayeron desde arriba como una tormenta de meteoritos sobre la patria Exceed. Además, los soldados Excedo y Edolesianos que tuvieron la desgracia de ser atrapados por los impactos explosivos de la tormenta de meteoros improvisada se perdieron para siempre para Edolas.

El Juubi rugió y toda la isla de Extalia tembló una vez más. La tierra se agrietó y se separó de la onda de choque generada solo por el sonido. Cada edificio dentro de la patria Exceed fue reducido a escombros. Incluso el majestuoso castillo, algo que sobrevivió a la prueba del tiempo durante casi cien años y sobrevivió incluso al brutal ataque de la invasión del rey Fausto hace cuarenta años, no estaba a salvo del daño, ya que grandes porciones de sus paredes se redujeron literalmente a pedazos.

"Entonces ... ¿alguna idea de cómo luchar contra esta cosa?" Gajeel preguntó mientras se volvía hacia Naruto. Los otros dragonslayers siguieron la mirada del Iron Dragonslayer mientras miraban a Naruto en busca de respuestas. El rubio permaneció en silencio durante una cantidad significativa de tiempo mientras sus ojos brillantes seguían maravillándose de la bestia primordial de Edolas. Luego se tragó el nudo que de alguna manera desarrolló en su garganta antes de sacudir la cabeza.

"No lo sé." Respondió. "En todos mis años presentes en este universo, solo un dragón podría tener suficiente magia para igualar la cantidad que tiene esta criatura".

"... ¿Entonces estamos jodidos?" Gajeel preguntó.

"Si deseas creer eso, que así sea, Dragón de Hierro. Sin embargo ..." Naruto flexionó sus dedos y las garras del Dragón Apocalipsis cubrieron sus manos. "... Vine aquí por Kurama y no voy a dejar este mundo sin él".

La energía mágica de Naruto estalló antes de levantarse del suelo. El estallido sónico que acompañó a su rápido ascenso llamó la atención del Juubi, sus ojos rojos masivos se centraron en el Asesino de dragones del Apocalipsis. La rubia dirigió un poderoso corte que atravesó el ojo de Juubi, la magia hizo que la carne se desgarrara como si fuera mantequilla que se encontrara con un cuchillo caliente. Sin embargo, si bien el ataque hizo que el Juubi gritara, lo más probable era que el rugido hubiera sido por molestia en lugar de dolor.

El ojo brillaba cuando el tejido se volvía a unir a un ritmo que casi parecía instantáneo. La bestia de diez colas arremetió con una de sus enormes extremidades que se movió más rápido de lo que Naruto había anticipado.