Después de que Jimin eligiera dejar todo por Yoongi, abandonaron su ciudad alejándose de todo, dejando atrás a sus amigos, familia, compañeros, escuela, trabajo, todo. Ahora que el omega sabe el pasado de su pareja, solo espera que las cosas puedan...
Yoongi se levanta cada mañana y sale al trabajo, que era como profesor en una preparatoria cerca del lugar en el que por el momento se encontraban viviendo, había conseguido este trabajo hace apenas unos días, y se sentía agradecido de que hubiera una vacante disponible
Era de mañana cuando caminaba por las calles, debía de admitir que sentía una tranquilidad al estar lejos de los problemas, antes soñaba con algún día poder dejar de huir de cuidad en cuidad, ahora que ya tenía a su omega debía de admitir que no le importaba a donde ir si lo tenía a el, su lobo ya no se sentía solitario, no es que antes estuviera incompleto pero era una sensación especial tener al pelinaranja a su lado. Conforme pasaba el tiempo con Jimin se dio cuenta de que el omega le hacía ver las cosas de otro punto de vista, tal vez era por su corta edad, pero debía de admitir que hace mucho que no veía las cosas así, probablemente cuando vio que la vida era dura y la realidad podía tener un sabor mas bien amargo, errores que había cometido y lecciones que tuvo que aprender de alguna oh otra forma, en parte le alegraba haber pasado por eso para convertirse en una mejor persona, el había cambiado hace mucho si, pero tuvo que aprender de las estupideces que hizo de joven, y algunas de estas cosas parecían quererle pisar los talones mas que pronto, de cualquier modo ahora estaba decidido a enfrentarlas, lo único que le preocupaba era que le hicieran daño a su pequeño
Llegó al lugar y caminó dentro de las instalaciones hacia su aula, una vez ahí, sacó sus cosas y las ordenó sobre la mesa, estaba feliz porque por fin había encontrado una casa a unos 30 minutos de la cuidad, estaba un poco alejada y se encontraba en un pequeño pueblo que lucía muy tranquilo, pero algo le decía que sería perfecta para ellos, le había platicado la idea al omega y a este le pareció bien por lo que en sus planes estaba que a fin de mes se mudaran allá
Pasaron unos cuantos minutos para cuando llegaron los alumnos y tomaron asiento en cada una de las bancas frente a el. Sus primeras clases fueron muy bien pero para la mitad de la jornada le tocó impartir en un salón que no conocía, ya que el maestro que le daba clase a ese grupo, razón por la que tuvo que cubrirlo. Su clase comenzó bien pero había un detalle que ciertamente le incomodaba, y es que había una chica en ese salón en una de las primeras bancas que parecía devorarlo con la mirada desde el inicio de la clase, por lo que cuando el terminaba de explicar algo en la pizarra y se volteaba la atrapaba mirándolo para después desviar su mirada rápido creyendo que el no lo notaba, lo cual le daba igual pero no quitaba el hecho de la chica se distraía de la clase como tal y por tanto Yoongi se desesperaba un poco. La chiquilla estuvo así toda la clase, poco antes de la hora de descanso alguien tocó la puerta del salón, Min solo dio el pase pues se encontraba revisando algo en su laptop. Grata fue su sorpresa cuando a su fosas nasales llegó un conocido olor a miel, por lo que cuando la persona que había tocado entró y se dirigía caminando hacia el este solo dejó de disfrutar el olor y se giro con una sonrisa de lado y la ceja elevada
-Buenos días profesor- dijo un divertido Jimin que llevaba en sus manos un lonchera. Los estudiantes miraban curiosos al omega pues este se veía solo unos años mas grande que ellos, pero realmente era muy atractivo, la admiradora del mayor aún estaba mirando fijamente los movimientos del alfa cosa que no pudo ignorar el pelinaranja
-¿Qué haces aquí pequeño?- lo miró con un deje de ternura pues el chico iba vestido con un gran suéter negro que fácilmente era 3 tallas mas grande y unos jeans rotos
-No me mires así solo vine a traerte comida que yo mismo preparé- sonrió con suficiencia pero luego hizo un puchero- por la mañana saliste sin llevar tu comida- lo miró con el ceño fruncido como regañándolo, el otro rió divertido seguido de el, pero en ese momento el omega notó algo y era que un leve olor a celos pareció aparecer en el salón, llevó su vista disimuladamente hacia donde provenía el olor, el cual emanaba de una chica que lo miraba de pies a cabeza con una mueca, el pequeño debía admitir que eso le molestó a su lobo, y cuando entendió que el motivo parecía ser que a la beta le gustaba el pálido, su animal solo quería hacerle saber que el mayor era SU alfa
-Gracias pequeño- le dijo, pero cuando notó como el omega parecía haber visto la forma en como lo miraba su alumna rió pues inconscientemente el chico había puesto un ligero puchero- Jimin jajaja ¿Qué haces?- Dijo bajito, tratando de contener una risa
-Nada- se quedó mirando sus tenis con el labio abultado- mmm...- puso una cara pensativo y luego sonrió de forma pícara- te veo al rato ¿Si amor?- el pequeño pronunció la último con un volumen mayor en la voz, y de reojo pudo ver como la beta volteaba los ojos con fastidio. Por lo que se acercó al mayor quien reía y lo tomó del rostro acercándolo para después besar de forma lenta y suave sus labios, el otro correspondió divertido pero cuando el pequeño introdujo su lengua en la boca contraria el alfa pudo sentir un tirón en su miembro. El omega se separó con una sonrisa y dejó un pequeño besito en la nariz y se giro- te veo en casa- y salió de ahí feliz
El alfa no pudo ocultar la sonrisa que asomaba por sus labios y mucho menos el rubor que adornaba su rostro por lo que se giró para abrir la lonchera, sonriendo enternecido al instante
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No podía negar que después de la visita del omega sintió su día mas alegre
