Único

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Los músculos tensionados del hombre se quejaron cuando se ubicó en el sofá del living de su departamento. Viernes por la noche, por fin podría descansar de sus largas jornadas de trabajo, se daría el privilegio de dormir hasta el mediodía, apagaría la alarma y su molesto celular.

JeonGguk se quejó en voz alta cuando su cuello sonó y esa zona comenzó a tirar fuertemente. Llevó sus manos a donde punzaba para automasajearse y poder aliviar, mínimamente, el dolor.

Abrió uno de sus ojos cuando el sonido de una notificación lo alertó, texteó un mensaje rápido a su amigo, haciéndole saber que en esos momentos se encontraba sumamente tensionado y casi no podía moverse.

Usa el voucher que te dimos, imbécil. Fue su respuesta.

El castaño frunció el ceño para después pararse, con algo de incomodidad, e ir a buscar el voucher que le mencionó SeokJin, sí recordaba que NamJoon y él le regalaron eso, pero no le prestó demasiada atención, prefirió pasar un buen momento con ellos, ya que casi nunca los veía. Aquél sobre celeste cielo había permanecido una semana en su escritorio, sin tocarse.

JeonGguk observó con curiosidad aquel papel laminado donde estaba inscripto el nombre del famosísimo spa. Mañana mismo iría, era un hecho.

A las ocho en punto sonaba su alarma, avisandole que ya era hora de ponerse de pie

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A las ocho en punto sonaba su alarma, avisandole que ya era hora de ponerse de pie. Renegó un poco con el mismo para después terminar haciéndolo e ir a darse una ducha para relajar un poco más sus músculos.

JeonGguk se preparó un nutritivo desayuno a penas salió del baño, el silencio de su departamento era agradable, hacía dos años ya que se separó de HoSeok, en buenos términos, él no era de pelearse con su pareja, ambos habían llegado a la conclusión de que aquel amor tan atrapante ya no estaba y decidieron darle un término sano a su relación. Muy de vez en cuando veía al sonriente chico, este le contaba todas sus hazañas entre risas amistosas y reían sin parar, cuando vivían juntos, su hogar jamás permaneció en silencio. JeonGguk sonrió con nostalgia, había días en los que quería alguien a su lado.

Sin dejarse llevar por sus pensamientos, comenzó a alistarse para ir al spa, solo esperaba que no necesitara cita previa.

Sus ojos se movían curiosos cuando entró al elegantisimo sitio, una bella recepción, con tonos muy agradables a la vista, el ambiente olía muy bien y era prácticamente tranquilizador estar allí. Se acercó a la mujer que estaba en su escritorio y con una pequeña sonrisa le consultó.

- Hace algunas semanas me han dado un voucher para un masaje aquí... quería saber si podría tener mi turno hoy.

La mujer con una exquisita sonrisa recibió el papel y lo comprobó, una vez que supo que era válido, consultó los turnos disponibles.

- Hay uno con happy ending en quince minutos... ¿le molesta que sea hombre el que lo atienda?

JeonGguk frunció un poco el ceño, él no entendía por qué le molestaría que un hombre le hiciera un masaje, negó y esperó pacientemente su turno.

Happy Ending || KookGi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora