O1

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Me siento tan especial de saber que soy el único al que tú sonríes.
Aún recuerdo cuando yo pregunté por tu tan misteriosa sonrisa y tú me dijiste que estabas muy cansado como para ponerla en tu cara. Por más tonto que suene, estoy feliz de que ese día halla sido el comienzo de nuestra amistad.

Todos los días acostumbrabas a ir a mi casa, para irnos juntos al colegio, no sé si la excusa de tener casas vecinas fue una buena idea en un principio, después de todo, yo soy el típico chico popular, no quería simplemente irme solo al colegio. Te dije que el bus siempre estaba lleno de bulla y gritos, tú lo comprendiste y te ofreciste a irnos juntos. ¿Acaso esas pequeñas acciones fueron las que me llevaron a enamorarme de ti?

Seré sincero, al principio solo te veía como un hermano, tal vez como un mejor amigo que nunca me fallaría, si yo me caía tú me levantabas, si tú te caías, yo te levantaba.
El recuerdo de tenerte cerca a mí mientras jugábamos esos absurdos juegos.
Cuando Eric decidio jugar a la vara de la verdad, tú estuviste conmigo.
Me tratabas como un rey.

De niños, todo parecía tan fácil.

Tú eras tan reservado, tú no eras de ir a fiestas para estar comiendo o bailando, tú solo ibas para evitar que me pasara algo, después de todo, yo sí iba por las chicas, a beber y a pasar un buen rato, coquetear siempre fue lo mío, me pregunto porque contigo es tan diferente.

Un día como cualquier otro, nos sentamos juntos en el almuerzo, esta vez no comimos en el comedor con todos, sino en la azotea, la cual supuestamente estaba prohibido al paso, tú, haciéndote el chico malo (como siempre), te importó un pito, y juntos, nos escabullimos hasta poder estar tranquilos, tú y yo, nadie más.
Pasamos un buen rato.

Nuestra amistad se basaba en las típicas películas clichés, no solo estábamos juntos porque el otro hacía buenos chistes, no porque yo era popular, no porque nos sentábamos juntos en clase, sino porque tú me apoyabas y yo hacía lo mismo, admito que eras un poco posesivo, aunque nuestro grupo era grande, solo yo era tu mejor amigo, aunque no lo supieras, eso me hacía secretamente muy feliz.

Yo te dije, "somos muy diferentes".
Y tenía razón, tú eras completamente lo opuesto a mi, y era por eso mismo que sigo pensando que nuestra amistad duró tanto, ya que nos complementamos, como 2 piezas que encajan perfectamente. ¿No lo crees?

Tú me dedicaste una sonrisa, era la primera vez que la veía, y aunque no era la mas radiante, pensé que era perfecta.
"Somos caras opuestas de la misma moneda, Clyde" me respondiste, y desde ese momento, no tenía otra cosa más que dedicarme a conseguir, que tener ese sentimiento tan mágico que me habías causado.
Realmente necesitaba más de esa adictiva felicidad.

Tú color favorito era el azul, te fascinaba todo lo relacionado al espacio, tenías una cobaya llamada Stripe, tenías tu propia forma de demostrar tu cariño, ya sea por insultos leves o haciendo nuestro típico saludo; siempre llevabas tu chullo, tenías una hermana menor, y hasta ahora sigues guardando la carta de "mejores amigos por siempre", que te di hace ya 7 años.

Craig Tucker, mi siempre mejor amigo, mi lamentable y secreto amor platónico, el cual siempre me apoyó y yo siempre apoyé, el chico con el que estaba en las buenas y en las malas.

Me pregunto.

¿Porqué el y no yo?

.ೃ‧₊ 𝙐𝙣𝙖 𝙘𝙖𝙧𝙩𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝘾𝙡𝙮𝙙𝙚 .ೃ‧₊ ,, CrydeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora