Una Mochila Demasiado Grande [3/3]

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Con lágrimas en los ojos y sin saber muy bien cuál será su próximo movimiento, Alex logra salir del estacionamiento, no sabe muy bien a donde tiene que ir ni que hacer, lo único que sabe es que no sé detendrá.

No hay que ser muy inteligente para saber que le están siguiendo, un auto blanco, fácilmente reconocible se posiciona unos metros más atrás a toda velocidad, él sabe quien es, sabe quien es su perseguidor, y con mayor razón decide acelerar mucho más, en no mucho tiempo le pisan los talones, intenta hacer algunas maniobras para tomar algo de distancia, pero le es imposible debido a la alta cantidad de tráfico.

No sabe que hacer, no sabe de que manera sacárselo de encima, está asustado, tiene una gran desventaja en cuanto a su rival, sin un arma es casi imposible poder hacer algo en contra de él.

Sorprendentemente su celular comienza a sonar, sin pensarlo mucho decide contestar, se trata de Estrella, oír su voz por alguna le tranquiliza más que nada en el mundo.

—¿Que pasó con la parte de que estén pendiente del maldito teléfono? —parece enojada—, llevo media hora llamandolos.

—Estrella... Mark ha muerto —decir eso le cayó como un martillo, no pudo sostener una pequeña lagrima que volvió a caer por su rostro.

—Yo... No sabes cuanto lo siento... De verdad... Jamas quería que les pasara algo a ustedes...

—Mark me dijo que debía confiar en ti, así que haz que valga la pena, ¿que tengo que hacer ahora con estos papeles?

—Bien, está bien, lo siento, tienes que ir al lugar donde nos encontramos por primera vez. Te veo ahí.

—¡Espera! —antes de que colgará grito eso sin pensar, algo andaba mal, tenía un presentimiento, el auto que antes le estaba siguiendo ya no estaba.

Algo había pasado, y sabía que no era bueno, no le tomó mucho tiempo unir algunas cosas, y al darse cuenta del lugar en el que estaba sabía lo que estaba pasando.

La amor de toda su vida y su hija vivían en ese sector, y había visto decenas de películas para saber lo ratas y sabandijas que podían ser las personas como Hillyard.

—No puedo ir.

—¿Por qué no?

—Creo que Hillyard... Quiere hacerle algo a mi familia, no lo voy a dejar, lo siento.

—Mierda, esta bien, iremos lo más rápido posible, así que mantenlos vivos, no quiero más muertes hoy.

—¿En serio vendrás, Por esto? —la verdad le costaba un poco creer que hicieran esto por él, siendo que habían matado a tanta gente, empieza a creer que no son tan malos como parece.

Estrella corta y él sin importarle ya mucho más nada va lo más rápido que puede a donde viven sus dos pequeñas almas de su corazón.

Al llegar, por suerte no ve ningún auto blanco ni a Hillyard por el lugar, le da un gran alivio saber eso, es un condominio de departamentos. Toma los cuatro bolsos llenos de documentos y papeles, no quiere que después de todo lo que ha pasado simplemente los tomen así como así de su auto. Luego sube lo más veloz que puede hasta el piso de ellas, toca la puerta con furia y desesperación.

Al verlas lo único que opta por hacer es darles un gran abrazo, ellas parecen claramente sorprendidas.

No pierde mucho tiempo más y le explica a su mujer lo justo y necesario, ella no hace mucho drama, es una persona bastante inteligente y se adapta rápidamente a la situación.

Comienzan bajando las escaleras poco a poco, están en el piso 8, a Alex nunca antes le había parecido que fueran muchos escalones, sin embargo esta vez parecían infinitos.

[Raíces Grisáceas] El Dolor De BagDonde viven las historias. Descúbrelo ahora