Capítulo 2

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Ahí estaba otra vez... Era la segunda carta que escribía, o al menos, que fue capaz de colocar en su casillero.

¿Qué rayos sucedía con él?

Bueno, es simple...

A Katsuki le gustaba mucho Izuku.
¿Desde cuándo?
Desde hace cinco años.

Al principio no lo comprendía, era confuso, tampoco tuvo el valor de preguntarle a su madre, le avergonzaba mucho aquel tema.

Todos esos años pensaba en una forma de acercarse a Izuku, pero le era difícil, ni siquiera iban en el mismo grado; Él iba en un grado menor al oji esmeralda.
Aunque bueno, eso era lo de menos.

De alguna forma, se le ocurrió la fantástica idea de enviarle cartas.
Le era un poco más fácil plasmar lo que sentía por él en una hoja a que decírselo en la cara.
Bueno, esto gracias a su personalidad explosiva y cerrada le era difícil abrirse de esa forma con alguien.

— Mierda, esto es complicado.—Se replicaba el rubio de ojos escarlata.

¿Por qué le costaba tanto dejarle una puta carta a Deku ?

La tenía en manos, a escasos pasos de su casillero, ¿por qué no simplemente la dejaba allí?
Debía darse prisa, pronto saldría de sus clases y no quería que le viera en pleno acto, que vergüenza.

— Tsk, sólo tengo que dejar la puta carta allí, no es tan difícil. — Refunfuña notoriamente molesto por su propia actitud, después de todo era algo que hacía tan seguido ¡Debería haber perdido la jodida vergüenza!

Molesto por lo mucho que le costaba tal simple acto, apretó levemente la carta. En ese mismo instante se escuchó el timbre que avisaba el término de clases.

— Mierda...— murmuró.

Levemente sonrojado y avergonzado, se aseguró de que no había nadie en el pasillo como para verlo dejar ese sobre de papel.
Cuando notó que no había nadie cerca depositó, de la forma más cuidadosa posible para él, la carta en el casillero de Izuku.

— Mierda, mierda, mierda, detesto esto. — Repetía con nervios alejándose del lugar lo suficiente como para no ser visto por Midoriya, pero si poder observarlo.

Sabía que Izuku era un chico muy popular en la academia por el hecho de que era el sexy capitán del equipo de Basquetbol de la institución.
Habían tanto chicos como chicas detrás suyo.

Le decepcionaba pensar en eso, claramente... Izuku no sabía que existía, pero aún había algo de esperanza de que pudiera lograr algo con su amor platónico, tenía una pequeña, casi invisible, llama de fé en su corazón.

Por otro lado se encontraba Izuku, caminando por los largos pasillos hasta su casillero.
Hoy no tenía práctica con su equipo, así que podía irse un poco antes, cosa que agradecía internamente ya que estaba demasiado cansado para practicar y animar al equipo como correspondía.

Cuando llegó a su casillero, lo abrió.
Al instante cayó aquel sobre.

— ¿Qué rayos? — Pensó un poco distraído.

Tomó el papel entre sus dedos, la abrió con cuidado de no romper el sobre y la leyó.

"Te ví en tu práctica de ayer, te veías muy bien, maldito Deku.

¡Joder! ¡Deja de hacerme pensar cosas tan... Raras!

No puedo dejar de pensar en tu cabello, pienso que luces como un brócoli fresco"

Izuku rio al leer la adorable comparativa que había hecho esa persona.
Nunca le habían dicho algo similar.
Que irónico pensar que no era gran fan del brócoli, era una de las pocas verduras que dejaba a un lado.

" Tus pecas... Tus ojos...

Ahhh, maldita sea, ¡deja de hacer esto!
Te odio!
Pero a la vez te amo...

Me confundes, Deku"

La sonrisa en su pecoso rostro se notaba a kilómetros, no sabía el porqué de ese apodo puesto por la persona que escribió la carta, pero le gusta y enternece hasta cierto punto.

Guardó la blanca hoja en el sobre, para luego hacerle un lugar especial en su bolso y salir de la estructura escolar, dando por finalizado su día.

¿Por qué le hacía feliz recibir esas cartas?
Siempre recibía notas y cosas así, pero esta vez lo sentía completamente diferente...
Lo sentía especial

Esperaba ansiosamente una nueva carta.

— Aunque tengo curiosidad de saber el porqué "Deku", ¿debería dejarle una carta preguntándole? Llegando a casa lo pensaré mejor. — Murmuró el peliverde, caminando a su hogar donde sabía que su linda madre le esperaba con deliciosa comida y una gran sonrisa, como habitualmente hacía.

Cartas para Deku - DekuKatsu [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora