Capítulo 4

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¿Escuchaste?

Son sollozos en los pasillos ¿de quién y dónde vienen exactamente?



El rubio se encontraba caminando por los pasillos como de costumbre. Ya habían pasado tres meses desde que empezó a dejarle cartas al oji esmeralda, quién las leía todos los días, sin falta, al terminar el horario escolar.

Katsuki planeaba que su lindo peliverde le conociera en los próximos días, pero no estaba muy seguro de su plan. Era algo muy arriesgado así que no estaba muy seguro sí valía la pena mostrarse ante el chico más ardiente de aquel sitio.

Estaba angustiado, no sabía que hacer, hasta que decidió que al día siguiente se mostraría sinceramente ante el pecoso

Prepararía una carta para el día siguiente.



Katsuki se encontraba arreglando un poco su apariencia, lo único que quería era verse bien para Izuku.

Bueno, eso intentaba.

Su desordenada y salvaje cabellera rubia no era de mucha ayuda en esta situación compleja.

Al cabo de un rato intentado hacer más decente su cabeza se rindió, era imposible para él, al menos en ese momento lo era ya que tenía los nervios a flor de piel

No quería verse mal pero se animó diciendo que si Midoriya lo conocería, que conociera también a su cabellera que parecía llevar vida y estilo de vida propia.
Dejó tal cual su uniforme desarraglado, después de todo, es como se ve día a día.

Unos minutos antes de que terminaran las clases del pecoso, se encaminó a su casillero y le dejó una nueva carta, pero esta vez contenía algo un tanto especial.

Al escuchar la campana de finalización del día escolar se dirigió rápidamente al lugar de encuentro descrito en el papel.



El peliverde se dirigía junto con 'su gran amiga', Ochako Uraraka.

Realmente consideraba que la chica era la más perra de toda la institución, pero no podía hacer nada.
No se le quitaba de encima en ningún momento del día, a penas podía escapar de ella cuando se distraía un micro segundo.

Mientras la castaña se dirigía hacia un grupo de chicos, luciendo descaradamente sus grandes pechos bajo su uniforme, él aprovechó los segundos de libertad para revisar si tenía otra carta.

Y efectivamente fue así, ahí estaba ese tan característico sobre, tan pulcro y simple.
Sonrió alegremente y comenzó a leer el contenido, quizá con que cosa le saldrá esa persona.

" Me gustaría verte, si quieres lo mismo nos vemos en la parte trasera de la Academia al termino de clases.

Te espero, Deku"

El peliverde emocionado se despidió de la castaña y los chicos que la rodeaban, se arregló un poco el uniforme y cabello y fue rápidamente al lugar indicado.

-¿Cómo será? - se preguntaba en pequeños murmullos - De seguro es adorable, debe tener un rostro encantador y curvas de ensueño...-

Al llegar no vio a nadie por lo que decidió esperar un par de minutos, aún imaginando como sería la persona tras las cartas.

- ¿Se habrá ido? - suspira decepcionado, quizá perdió mucho tiempo en presentarse

Antes de siquiera pensar en irse definitivamente sintió como alguien jalaba levemente su camisa, logrando llamar su atención.

Se dio media vuelta

Y lo vio

Vio aquel rubio ceniza mirando hacia el suelo mientras seguía agarrando su camisa.

Su corazón comenzó a palpitar con muchísima fuerza por los nervios .

- D-Deku - se escuchó un suave murmullo salir de aquellos carnosos labios.

Y con esa simple palabra lo supo, aquel adorable chico era quien dejaba las cartas que recibía a diario.

Las palabras no salían más allá de la punta de su lengua, las emociones nublaron por completo su consciencia y no sé sentía capaz de formular ninguna frase coherente.

El rubio levantó poco a poco su rostro para darle una perfecta visión de su rostro completamente rojo al peliverde.

Sus mejillas sonrojadas, ojos del rojo más intenso y brillante que había visto en todos su vida, piel tierna y pálida, labios levemente rosados y carnosos, y su tan característico ceño fruncido que solo lo hacía ver un completo tsundere a los ojos del mayor.

Izuku se sonrojó con fuerza al ver tan adorable rostro masculino.

- ¿D-Deku? - La duda en su voz era notoria, tenía un poco de miedo de haber tomado esa decisión.

¿Y si el peliverde salía corriendo al verle?
¿Y si le rechazaba cruelmente?
¿Y si lo odia por haberle escrito todas esas cosas siendo un asqueroso chico?

Al ver que el pecoso sólo le miraba sin decir nada sus ojos se cristalizaron, quizá todos sus miedos eran reales.

- Quizá no soy lo que esperaba - Pensó Katsuki para luego salir corriendo mientras derramaba lágrimas de sus ojos, nublando su campo de visión y logrando que tropezara con personas o diminutas piedras en el camino..

El peliverde procesó lo que había sucedido y corrió rápidamente tras el rubio cenizo.

Apenas pudo alcanzarlo agarrando su muñeca fuertemente.

- ¿Q-Qué te sucede? Será mejor que me vaya y olvidemos esto... - soltó con voz rota el rubio, el pecho del contrario solo puedo estrujarse al escuchar la tristeza palpable en sus palabras.

En ese momento solo quería abrazarlo, y eso fue exactamente lo que el oji esmeralda hizo para calmar los hipidos y llanto del pequeño rubio.

- ¿Qué estás diciendo? No quiero que eso suceda, he anhelado este momento hace tres meses, no puedo dejarte ir como si nada hubiera pasado -

El rostro del rubio era una verdadera obra de arte ante las palabras del chico que ama, solo pudo aferrarse con fuerza a la ancha espalda del mayor.

- Deku tonto -

Ambos soltaron risas

- ¿Así que eres tu el chico de las cartas, eh? - El rubio solo asintió avergonzado sin poder dirigirle la mirada al mayor - Eres más lindo de lo que imaginaba -

El peliverde se separó levemente observando el sonrojado rostro del oji escarlata, se veía tan tierno

El rubio realmente era hermoso.

Perfecto

Acarició suavemente su suave y coloreada mejilla del menor quién responde el cariño frotando su rostro en la mano del peliverde.

- Esperé este momento por meses... Valió la pena la espera - pronunció con un suave tono de voz.

- T-También estuve esperando este momento, Deku...- murmuró el menor avergonzado.

Deku era mucho más sexy y hermoso de cerca, no puede evitar sonrojarse al tenerlo a escasos centímetros suyos.

Y así siguieron durante un rato, mirando detalladamente cada perfecta facción del otro.

Cartas para Deku - DekuKatsu [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora