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Capítulo 3

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A partir de acá, he decidido implementar un cambio. A partir de ahora (hasta el final de la historia), los hechos serán narrados por Taehyung. ¡Gracias!

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Negué con la cabeza y respiré con dificultad, mientras trotaba cada vez con más velocidad y fuerza. Mi cabeza daba vueltas. Estaba confundido, muy confundido.  

Desde hace varias semanas, venía cuestionándome cosas que nunca creí que llegaría a cuestionarme. No sabía qué estaba mal conmigo, no podía entender qué demonios me sucedía.

Había comenzado a sentir atracción por Jimin y ya no podía ocultarlo. A pesar que fuera incorrecto y yo lo supiera, me era imposible aparentar que nada pasaba. Y por más que lo deseara, ya no podía seguir negándomelo y eso me tenía muy mal. Él era mucho más joven y yo tenía una esposa, a la cual amaba y debía respetar por sobre todas las cosas.

Oh, Jisoo. Mi querida Jisoo. De tan solo recordar lo que había sucedido dos horas atrás, algo se oprimía en mi pecho. La culpa, la tristeza, el enojo y cientos de sentimientos más me invadían por completo. Definitivamente, yo era un jodido idiota.

Yo me había despertado a las siete en punto. No había dormido prácticamente nada. Pues, tras volver del teatro, no podía hacer más que pensar en los labios de Jimin sobre los míos. Mi esposa descansaba a mi lado y mi mirada se perdió en su rostro por varios minutos.

Tras suspirar, intenté levantarme, pero Jisoo había colocado su mano en mi pecho y me pidió que me quede. No supe qué responderle, por lo que me limité a quedarme recostado, pero sin dirigirle la palabra. Luego de eso, ella comenzó a besarme hasta posarse sobre mis caderas y quitarse el camisón. Parecía angustiada, nerviosa.

Fue un muy mal momento y todo fue mi culpa. La realidad es que, por alguna razón, yo no podía sentir excitación alguna, a pesar de tener sobre mí a una hermosa mujer (como Jisoo) desnuda. Y muy a mi pesar, ella lo notó inmediatamente. Me conocía demasiado bien, no podía ocultarle nada.

Ella me miró con dolor en sus ojos, para luego levantarse y comenzar a vestirse de forma rápida. Yo me limité a mirarla, notando cómo se ponía una camisa, unos pantalones rosa y unas zapatillas. Había agarrado todo al azar, quería irse rápidamente.

Yo creí se iría sin siquiera dirigirme la palabra, pero antes de salir de la habitación, ella posó su vista en mí una vez más;

—Estoy al borde. Estoy exasperada —susurró—. No provoques que me vaya, Taehyung.

Tras decirme eso, se fue a no sé dónde. Seguramente, se había ido a la casa de Lalisa, una de sus mejores amigas. Allí era a donde iba últimamente, tras discutir conmigo. Nunca habíamos sido una pareja que tenga desacuerdos o cosas similares, pero —en el último tiempo eso— había cambiado.

Yo me quedé recortado bastante tiempo, pensando el miles de cosas. Hasta que me levanté, me vestí con lo primero que encontré y decidí salir a correr por los alrededores, como lo hacía siempre que estaba estresado.

Una sensación molesta invadía mi pecho. Ella lo sabía, era obvio. Estaba completamente seguro de que Jisoo sabía muy bien qué es lo que me sucedía, pero me sorprendía el ver que ella no parecía dispuesta a reclamarme algo de forma directa del todo. No podía comprender el por qué de su accionar. Pero lo que menos podía entender, era el cómo yo estaba arruinando mi matrimonio por un chico que conocí hace muy poco tiempo.