Día 3: Ay mi Auroncito

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Había pasado un mes desde mi pelea con Auron y muchas cosas habían pasado. Primero, la seguridad en la casa de Auron aumentó a niveles preocupantes. Todo estaba reforzado, tenía escáneres de retina y torretas. Segundo, Mangel me había traicionado. No tenía claro el porqué y eso me frustraba. Tercero, llevaba a como tres semanas sin salir de casa. La verdad es que se me pasaba la tarde pensando en qué hacer con la campaña, con Mangel y con Auron. Que si bien tenía la intención de disculparme no lo había hecho, me ganaba la vergüenza que tenía.

Afortunadamente Lolito me había dado el número de un psicólogo, esto era algo que necesitaba pues quería desahogarme con alguien, sacar todo lo que tenía en la cabeza. Había hablado con la secretaria, Nobita, se llamaba, la cual quedó de mandarme un correo con la fecha y la hora de la cita, una vez que le pasara mi información al psicólogo.

Y ahí estaba yo, yendo hacia la casa de Auron. Me habían dicho que la consulta estaba arriba de su casa. Me imagine que el chico había rentado esa parte para que el psicólogo hiciera su consulta y así ganar un poco de dinero.

Si soy sincero más de una vez me quedaba viéndolo desde mi casa mientras construía esa plataforma. Ojalá le hubiera podido ayudar...

-Disculpe, ¿Usted es Luzu? - una adorable señora me hablaba desde la puerta de la consulta.

-Si, soy yo- Dije mientras sonreía sin tantas ganas.

-por favor, pase- Subimos hasta la consulta- póngase cómodo, en breve el psicólogo estará aquí- sonrió y me dejo solo en la sala.

La sala era bastante linda. Tenía algunas plantas, unos libreros y un par de certificaciones que avalan al psicólogo.

-... la asociación de calvos... Shalala... avala como profesional en psicología a - mis ojos no podían creer el nombre que estaba ahí- oh shit!-

-el sr. Ohshit, no se encuentra hoy, así que yo seré tu psicólogo- Auron se sentó en la silla de enfrente. Traía una bata blanca sin abrochar y unos lentes que le hacía tener un look un poco más maduro.

-ehh.... Yoo.... - me sentía un poco incómodo pues no podía ni siquiera mirarle a los ojos.

-Mira Luzu, lo que tú y yo pasamos, déjalo de lado un momento, hombre. Quiero ayudarte- Se acomodó los lentes, puso una pierna sobre otra, y miró hacia la libreta que tenía entre sus manos esperando a que empezara a hablar.

Suspire profundo, quitándome las tensiones innecesarias. Realmente era muy cómodo estar ahí, viendo el atardecer por esos grandes ventanales mientras había una ligera melodía sonando. Me relajé y empecé a hablar.

-Veras, cómo sabes me estoy postulando como alcalde y Mangel me estaba ayudando al principio, pero de un momento a otro dejo de contestarme los mensajes y me ignoraba si me lo encontraba por el pueblo. No sabía que era lo que había pasado hasta que alguien del pueblo me lo dijo- Mire al suelo, me había sentido tan traicionado- Mangel se había postulado como candidato, lo cual no es algo que me enoje, si no que yo al ser su supuesto amigo, no tenía ni idea de lo que estaba planeando.

-Y, ¿Cómo te hizo sentir eso?- Dijo mientras anotaba algo en su libreta. Yo ciertamente estaba más concentrado en la que estaba diciendo que en él.

-La verdad, como una mierda- me acomode mejor en el sillón viendo hacia Karmaland- Llevo días preguntándome el por qué Mangel no me había dicho nada, ¿acaso él no me consideraba su amigo? o ¿no me tenía la confianza para hacerlo? o tal vez, ¿yo hice algo mal, algo que le molestara?- suspiré- No quiero empezar a desconfiar por quienes son mis amigos y quiénes no.

-Luzu, ¿por qué piensa que usted es el problema?- Su voz era calmada, adecuada para aquel espacio.

- He vivido por mucho tiempo en Karmaland, he tratado de ser un buen habitante, tratando de ayudar a todos en lo que necesiten pero,- recargue mi mentón sobre mi mano mirando en la lejanía como un guardia mataba a un zombie. Solté un poco de aire que tenía contenido- ... A veces es tan difícil. Trato de tener siempre una sonrisa a pesar de todas las cosas que me han hecho pero siento que poco a poco la oscuridad me va consumiendo. - Mire directamente a Auron que por cierto, el también me estaba mirando con su cabeza un poco ladeada- Tengo miedo.... miedo de no poder salir de esa oscuridad.

Auron en silencio se levantó, tomo un par de pañuelos y se sentó en la mesa que nos separaba anteriormente, dejándonos muy cerca y casi al mismo nivel. Tomo mi mentón y con el pañuelo, limpio una lágrima que estaba recorriendo mi mejilla. Había llorado de frustración y solo hasta ese momento me había dado cuenta.

-Tú no eres una mala persona Luzu- Su voz sonaba tan dulce y la calidez que me estaba ofreciendo toda esa situación, me hacían sentirme en otro planeta, uno en el que solo estábamos él y yo- Solo que te exiges mucho para ser siempre buena persona, eso hace que te guardes sentimientos que poco a poco vas sacando, pero es normal- me miró directamente a los ojos- te lo repito, tú no eres una mala persona- Me sonrió.

Por un instante me pregunté en como una sonrisa podía ser tan hermosa

Me arme de valor, dándome cuenta que aquel era un momento perfecto. Tome sus manos con las mías y las puse enfrente de ambos.

-Lo siento, Auron- Su cara de confusión me hizo entender que necesitaba más contexto- Lo de aquella noche, cuando sucedió lo del robo... en verdad, lo siento. Esos chicos habían robado a manolo y para regresármelo me pidieron que les diera un nombre de algún habitante para hacerle una putadilla. Yo entre ansioso y nervioso por manolo dije tu nombre, pero pensé que solo te iban a robar algo y dejarlo en un cofre en el pueblo o algo así. Nunca pensé que lastimarían a Frederick, de haberlo sabido te hubiera dicho algo para que estuvieras alerta.

-Vale, te perdono, Luzu.- Esas palabras sonaban como música para mis oídos - tu también disculpa la amenaza que te hice, creo que me he pasa'o un poquito- rio ligeramente- pero tenía que dejar en claro que yo por mi Frederick mato.

Rei un poco al notar sus gestos- Vale, vale me ha quedado clarísimo. - Por algún motivo, tenía toda la energía que los días anteriores me había faltado. Sacudí un poco sus manos para que me prestara atención. Lo mire a los ojos y me puse serio - Auron, ¿Quieres ser mi amigo?- dije totalmente decidido

Auron río ante la situación

-Hombre, Luzu te lo hubieras currado un poco, un cartel, una cena o un café, ¡por favor!, yo no soy una chica fácil- Ambos nos empezamos a reír, yo al caer en cuenta que mi pregunta y la situación parecía que le estaba pidiendo otra cosa, y él me seguía la risa mientras hacía imitación de una chica.

Pero vaya que era un primor, el auroncito. 

 

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