Martes 21

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La vida te presenta oportunidades cada vez que prestas atención a tu alrededor. Hoy por ejemplo, desperté justo a tiempo para el momento más bello del día: el amanecer. Un amanecer te da el toque perfecto de esperanza, pues se sobreentiende que un día es un comienzo, un comienzo eterno que probablemente perderá sentido a través de los años.
Para mi, el amanecer trae limpieza, pureza, paz y tranquilidad; representa que siempre puedes empezar de cero, puedes ver diversos colores y matices en el cielo, puedes ver la luna sonriente con un fondo de rosas, azules y violetas, o simplemente puedes ver neblina espesa y blanca. El amanecer te da opciones y alternativas y, al igual que las oportunidades, puedes elegir la luna sonriente y caminar entre mágicos degradé, o puedes irte a oscuras hacia la fría neblina que te atrapa sin que tengas idea de a dónde vas a parar.
Al estar frente al cielo pensaba en mil cosas: en primer lugar, solo necesito dormir cuatro horas para sentirme bien; segundo, me gustan los cielos despejados y la seguridad que transmite el saber donde estoy y lo que me espera; y, tercero, que al igual que el amanecer de este día, lleno de nubes por un lado, magia violeta por el otro y neblina espesa formándose en diferentes lugares, no sabemos lo que pasará y es por eso que los comienzos son tan emocionantes. No sabes si tendrás el cielo despejado para siempre, porque al igual que los rosas, azules y violetas, las oportunidades son efímeras, puedes capturar ese momento feliz, como una fotografía para siempre y seguir soñando con volver a ver esos colores, o puedes apreciar la belleza del día en cada segundo que pasa: cuando se asoma el sol o cuando cae una tormenta, disfrutar cada experiencia buena o mala, tomar cada oportunidad y sonreír porque te vaya bien o te vaya mal ¿Cómo un día con colores mágicos podría significar felicidad o buena racha? ¿Cómo defines la incertidumbre?

Siendo las cinco de la tarde y después de un día de lluvias y frío, vuelvo a la misma conclusión: puedes tomar esos diferentes tonos de violeta o te puedes dejar inundar de neblina espesa. El día de hoy decidió dejarse invadir de frío, pero no por eso cometió un error, a veces necesitamos un día frío y lluvioso para extrañar los días soleados, para darnos cuenta de lo mucho que los extrañamos y necesitamos. Sin embargo, los días son eternos e infinitos, y tendremos días soleados, frescos, lluviosos y tormentosos, sabemos que llegarán en un sinfín de formas y todas ellas serán hermosas; las oportunidades se nos escapan como los días, pero estas ya no regresan o tal vez sí, pero todo es incierto, tal vez vuelvan, pero si lo hacen ¿qué nos asegura que sea la misma? Ningún amanecer es igual que el anterior, ni los atardeceres que capturamos tendrán el mismo matiz anaranjado, ni será observado desde el mismo lugar o la misma perspectiva o el mismo estado o… momento. A lo mejor se trate de la misma situación: un día nuevo, pero la realidad es incierta y las posibilidades infinitas, la vida es solamente una y esa oportunidad que tienes en frente puede escaparse en un segundo, depende de ti tomarla y seguir los matices que brinda tu cielo o seguir viendo cómo te absorbe la neblina y te consume la incertidumbre del ¿Qué habría sido de mi si…?

Es curiosa la razón por la cual un amanecer o en este caso un atardecer logra inspirar mis escritos, porque son simples excusas que hallaron un motivo para convertirse en metáfora. ¿Qué es lo que esperas para intentarlo? A decir verdad como mencionaba anteriormente, los días son infinitos y el futuro es incierto, las oportunidades aparecen cuando prestas atención y tú decides si seguir la luna o dejarte consumir por la neblina. El día de hoy he decidido ser imparcial y observar desde la periferia, puedo ver cómo la neblina consume oportunidades pero también quiero ver cómo es seguir los colores del arcoiris.
Espero estar viendo el mismo cielo, los mismos matices y los mismos paisajes, encontrar el mismo punto intermedio y la misma razón para despertar temprano a admirar la belleza de cada nuevo comienzo, y así como cada amanecer que he podido observar me brinda claridad, hallar la manera de no usar más metáforas para describir mi realidad.

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