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Lola.

me desperté e intenté abrir bien los ojos. cuando por fin pude hacerlo, me di cuenta de que estaba en una habitación que no era la mía, y tampoco era la de Camila.

fruncí el ceño al ver a un morocho al lado mío, le vi bien la cara y era el bonito del piluso, Mateo creo que era su nombre. estaba con el torso desnudo, me sorprendí al ver que yo estaba en ropa interior.

dios, ¿qué mierda hice y por qué Camila no me frenó?

me lleve las manos a la cara, me senté y el chico a mi lado se movió un poco, dando a entender que se estaba despertando.

la cabeza se me partía en mil, creo que tomé más de lo usual anoche.

─buen día.─escuché y me giré para mirarlo.─¿cómo estás?

─hola.─traté de sonreir pero fue más una mueca, estaba algo preocupada.─me duele la cabeza, pero bien. ¿vos?

─¿querés una pastilla?─preguntó sentándose en la cama, como yo.─yo estoy bien.

─no, no.─me paré y busqué mi ropa, la cual se encontraba en un sillón de un cuerpo que había en la pieza.─gracias, pero ya me voy.

─¿no querés quedarte un rato?

─creo...─lo miré y suspiré.─no sé bien que pasó anoche, pero estaba bajo el efecto del alcohol, creo que fue un error, perdón.─solté tocándome la cabeza y él me miró fijo.

creí que no iba a decir nada así que procedí a terminar de colocarme mi ropa.

─no me parece que haya sido un error, estabas muy segura, sino, no hubiese hecho nada.─habló mirando por la ventana.

─si, pero...─hice una mueca.─no sé, perdón.

─está bien.─noté decepción en su cara y me putee por dentro, fui un toque forra diciendo esas cosas.

terminé de atarme las zapatillas y me acerqué a saludarlo, aunque no quería irme, sentía que debía hacerlo. era la primera vez que garchaba con alguien que de pedo conocía, si me comía a personas que ni sabía como se llamaban, pero nunca me había pasado esto. igual ya era tarde como para arrepentirme o para cuestionarme porqué lo había hecho.

quise darle un beso en el cachete, pero corrió la cara y nos terminamos comiendo la boca, tampoco podía negar que el chabón estaba re bueno.

─espero que nos volvamos a ver, en algún momento.─dijo cuando nos separamos y sonreí. me despedí y me fui.

apenas salí de la casa llamé a Camila, la cual tardó en contestar.

boluda, ¿dónde mierda estás?─preguntó preocupada.

─hola, si, gracias por dejarme irme con un pibe que ni conozco.─dije irónica y escuché que soltó una risa.

tarada, cuando te dije que te quedes esperandome, de lejos vi que Mateo se había acercado a vos y cuando volví a mirar se estaban re comiendo.─explicó.─después ya no me acuerdo nada, perdón.

ya está, todo bien.─respondí mientras caminaba más lento.─¿podes creer que me lo cogí y no lo conozco?─marqué las últimas tres palabras.

si, pero bueno, lo hecho, hecho está.─habló divertida.─igual me imagino que la pasaste bien, si lo mirabas con unas ganas.

no, eso es lo peor.─dije y escuché un grito de su parte.─onda, seguro que la pasé de diez, pero no me acuerdo de casi nada.

te cogiste a alto lindo, ¡¿y no te acordás que pasó?!─gritó jodiendo.

estuvimos hablando hasta que llegué a mi casa y también me contó que se había comido al del piercing en la ceja, el amigo de Mateo, Bozz creo que le dicen.

ah, no, era Wos. bueno, casi.

cuando entré a casa, mi mamá no estaba. la única persona que se encontraba ahí era mi hermana, estaba guardando cosas en una valija.

─hola.─hablé y sonrió.─¿qué haces?

─viste que mamá está de novia.─dijo obvia y la miré confundida.─uh, la puta madre. ¿no sabías?

─no.─me crucé de brazos y me apoyé en el marco de la puerta.─¿hace cuánto?

─hace banda.─respondió.─bueno, la cuestión es que el novio, va a venir a vivir acá, y no solo, sino que con su hija.─subí las cejas sorprendida. mamá no estaba con nadie desde que papá nos abandonó.─así que nada, me voy con la abuela porque sino vamos a ser muchos y ni ganas.

lo piola es que ella era más grande que yo, en unos meses cumplía 18 así que podía irse. en cambio, yo no.

─estoy en shook.─dije y ella rió.─posta que no tenía idea de nada de esto.

─bueno, ahora lo sabes.─se mordió el labio.─creo que en unos días el chabón y su hija ya estarían viviendo acá.

─bien, ahora vamos a tener un padrastro y una hermanastra, genial.─solté con sarcasmo y rodé los ojos. no estaba acostumbrada a ver más gente en mi casa, aparte de mi mamá, mi hermana y yo.

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nadir | truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora