"Shuhua y Soojin se van a casar. Se produce el caos cuando ambos bandos se preparan para un evento inolvidable."
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"Ella dice que huelo a seguridad y hogar, nombré sus dos ojos para siempre y por favor no te vayas. Podría ser un amanecer matutino todo el tiempo, todo el tiempo, sí. Esto podría ser bueno, esto podría ser bueno"
La cámara de la novia es mucho más caótica de lo que esperarías de un grupo de chicas (generalmente) bien organizadas.
La ropa está esparcida por todas partes en un revoltijo desordenado de colores y telas, algunas de las cuales incluso cuelgan del respaldo de las sillas o se amontonan en montones desiguales en las cuatro esquinas de la habitación. El maquillaje y los accesorios cubrieron los espacios disponibles que quedaron, y el tocador en sí está prácticamente cargado con todos los artículos cosméticos conocidos por la humanidad. Pueden escuchar el rugido sordo de las invitadas que ingresan desde el otro lado de la pared, pero es fácilmente ahogado por la charla emocionada que llena el aire a su alrededor.
La habitación en la que están hacinadas todas estas chicas parece demasiado pequeña para tres damas de honor (bueno, dos, ya que una no está presente actualmente) y la futura novia. Como era de esperar, Seo Soojin no tiene problemas con esto y no se ve afectada en absoluto.
Ella se encuentra tranquilamente en el centro de su habitación en todo su esplendor etéreo. Su exuberante cabello negro ha sido peinado en ondas en capas que enmarcan muy bien sus imágenes dadas por dios mientras caen en cascada por sus hombros desnudos como la seda más fina. Sus labios suaves y en forma de arco son de un delicioso tono rojizo que suplica ser besado, y su esbelta figura está adornada con un hermoso vestido blanco que ha sido especialmente diseñado para adaptarse a su cuerpo como un guante. Sus brazos están encerrados dentro de mangas de encaje a juego que terminan justo encima de sus codos y se abrochan de forma segura con una fila de pequeños botones en forma de perla. El vestido de novia se ajusta perfectamente a su delicado cuerpo, con curvas y todo, mientras ondea en la parte inferior. Fluyendo alrededor de sus pies como una nube hinchada.
Soojin admira su reflejo en silencio mientras sus dos amigas corretean, cada una de ellas atrapada en su propia emoción por el evento que se avecina. Una sonrisa tira de la comisura de sus labios cuando las ve prepararse para su gran día. Y a medida que la habitación continúa girando a su alrededor, la belleza coreana se retira a su mente mientras el recuerdo de la propuesta de matrimonio de su prometida se reproduce en su cabeza.
Todo lo que Soojin pudo ver entonces fue a Yeh Shuhua arrodillada ante ella. Mirando a la mayor con esos tentadores ojos oscuros que contenían las estrellas de toda la galaxia dentro de ellos.
