Los sonidos lejanos se hicieron más claros a medida que se elevaba hacia la consciencia. De lo primero que es consciente, es de oír el sonido de los latidos de su corazón, coincidiendo con los pitidos constantes de la máquina que hay a su izquierda. Es entonces cuando se da cuenta de que está en un hospital. Hay algo en su cara que abarca su boca y nariz. El pitido aumenta de velocidad, cada vez más rápido. Aunque apenas se mueve, intenta levantarse, quiere salir de allí, pero un fortísimo dolor punzante atraviesa su costado como un puñal candente, quitándole el aliento. La figura borrosa de un hombre aparece en su campo de visión. Se inclina sobre él. Vagamente, se da cuenta de que es su padre. Éste pone una mano firme sobre su mejilla y le susurra que se quede quieto, y si Dean no lo conociera bien, diría que en su parpadeo hubo un "por favor".
No tiene idea del tiempo que ha pasado, si son segundos, minutos o días. Los pitidos aún están ahí, pero lo que debía ser la máscara de oxígeno, ya no está. Tampoco está el dolor, y como eso le gusta, esta vez evita moverse. Sus ojos se abren lentamente, pero la luz es tan brillante, que los vuelve a cerrar.
-Vamos, hijo. Despierta. Ya es hora de que dejes de imitar a los muertos.
-Sí, estoy despierto- musitó débilmente aún con los ojos cerrados.
-¿Cómo te encuentras?
-Confuso. ¿Qué ha pasado? –Pregunta pestañeando para adaptarse a la luz y mirándose a sí mismo, pero hasta esa simple tarea es un esfuerzo.
-Es normal tu confusión, sobre todo si tenemos en cuenta toda la medicación que te han metido. ¿Qué es lo último que recuerdas?
Dean intentó centrarse, pero sus pensamientos estaban extrañamente desarticulados.
-La caza, estaba vivo... Dolor. ¿El monstruo?
-Está muerto, tranquilo- dijo su padre entendiendo su cuestión.
-¿Sam?- Preguntó sonando asustado.
-Sam está bien. Tú fuiste el único herido. Tu hermano te pegó un tiro.
El significado de sus palabras tardó unos segundos en filtrarse en su espeso cerebro. Pero cuando lo hizo, sus ojos se ampliaron con sorpresa. Eso pareció despejar la mente de su hijo. Para que no hubiera controversias, John aprovechó la ocasión para ponerle al corriente sobre la versión que dio al hospital sobre el accidente, y luego le contó la verdadera historia. No pudo disimular su ira cuando llegó a la parte donde Sam le dispara a él, en lugar de al monstruo.
-No... No es su culpa, papá. Fue un simple error –murmuró débilmente intentando aplacar la rabia de su padre.
-¡No, Dean! Ese error no fue simple. Los errores son tan graves como sus consecuencias, ¡y la consecuencia fue grave, podría haber sido tu muerte! ¡Demonios! ¡Casi lo ha sido!
Cuando se volvió a mirar a Dean a los ojos, estos estaban cerrados. Su padre suavizó el rostro en una expresión compasiva, y acariciando suavemente su cabello susurró: -Sí, duerme un poco más, hijo.
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-Bobby, por favor, quiero ir contigo al hospital –dijo Sam con un tono suplicante. El hombre se afligió por él. Sabe cuánto necesita estar con su hermano.
-Lo sé, hijo. Y si fuera por mí por supuesto que vendrías. Pero tu padre ha sido claro e inflexible. Él vendrá a descansar y a verte. Quiere que estés aquí mientras yo tomo el relevo.
-Pero... ¡No es justo!
-Lo siento mucho, no está en mi mano. De veras que lo siento. Ten paciencia, pronto le verás. Solo deja que las aguas turbulentas se apacigüen. De todas formas, ya sabes lo que tu padre me dijo: Incluso después de la transfusión, estará exhausto unos días. Tu hermano está inconsciente la mayor parte del tiempo, y cuando está despierto, no es muy coherente, está demasiado aturdido por los sedantes. Así que... Ni siquiera se daría cuenta de que estás allí-.
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Ser un Winchester
FanficEl peor momento para cometer un error, es en tu primera caza. Sam aprende, de la forma más dura, lo que significa ser un Winchester.