Parte sin título 3

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                    Los pasillos largos, fríos, vacíos y grises, devolvían el eco de sus pasos nerviosos, aumentando la sensación de enormidad del hospital. Sam miró a Bobby, caminando a su lado, buscando sin intención, su protección y consuelo ante lo que se pueda encontrar. Se alegró de que estuviera con él, también le aterrorizaba estar a solas con su padre. 

Llegaron a la puerta cerrada de la habitación de Dean y ambos se pararon unos segundos. Luego Bobby llamó y abrió lentamente.

Todo estaba quieto y silencioso. Dean estaba dormido, al igual que su padre en el sillón. Sam se adelantó, intentando que no se oyeran sus pasos al ir directo hacia su hermano. Éste se veía tan pálido que sus pestañas parecían más oscuras sobre la tiza de sus mejillas. Sam miró hacia los goteros colgados y a todas las cánulas y cables que entraban y salían de su cuerpo. Todo aquello parecía estar allí solo para provocar y aumentar aún más su sentimiento de culpa. No es que no hubiera pasado por su mente el mal estado en que se podría encontrar a su hermano, pero no por eso dejó de impactarle. Sam sintió como una roca sobre su pecho. Exhaló afectado y empezó a respirar de forma errática. Sintió una mano en su hombro, y supo sin mirar siquiera, que era la mano consoladora de Bobby.

-Tranquilo Sam, no es tan malo como parece –comentó muy bajito. Pero John despertó de inmediato y miró a ambos. Se puso de pie, dispuesto a dar el sermón esperado, pero antes de que empezara, Bobby se llevó el índice a los labios para que callara, cabeceando hacia el paciente dormido. John contrajo los labios e indicó a Bobby salir con él de la habitación. Sam los vio caminar hacia la puerta, y no sabía si compadecer a Bobby o a su padre. Solo esperaba que no los echasen a los dos del hospital por alteración del orden.

El joven miraba a su hermano atentamente, sin atreverse a rozarlo, a pesar del fuerte impulso de tocarle. Tenía ganas de hablar con él, de que despertara, pero tampoco se atrevía a perturbar su sueño, sabiendo que necesitaba el descanso. El impulso fue demasiado poderoso. Tentativamente y casi sin pararse a pensar, extendió un poco su brazo hasta tocar suavemente su frente para comprobar si tenía fiebre. Estaba templado, pero no caliente. Sam suspiró aliviado y entonces amplió los ojos cuando Dean se movió un poco. Como si su hermano hubiera percibido que estaba allí, (o eso quiso pensar) pestañeó y abrió los ojos.

-Sam –susurró sorprendido tras unos segundos de reconocimiento. La expresión de desconcierto rápidamente se transformó en otra cosa más firme.

-¿Qué haces aquí? –Preguntó. Ahora fue Sam quien se vio desconcertado por un instante.

-Yo... he venido a verte. ¿Cómo te encuentras? –Preguntó con timidez forzando una sonrisa que esperaba que no se viera tan falsa como se sentía.

-No debiste venir- dijo obviando su pregunta- vete con Bobby, no necesito tu compañía.

A Sam le dio un vuelco el corazón. Su tono desprendido fue como un jarro de agua fría. Una parte de él mantuvo la esperanza de que su padre le hubiera mentido, o al menos hubiera exagerado. Le costaba creer que Dean le culpara de su negligencia, de su torpeza... lo que sea, pero fue un daño que, más allá de ninguna duda, él nunca quiso ocasionar. Pero ahora quedaba claro que su padre decía la verdad. Su hermano estaba decepcionado y enfadado con él, y no lo quería cerca. Dean no vio cómo el chico bajó la cabeza y sus ojos se humedecieron.

-Entiendo que no quieras verme. Solo quiero que sepas que... lo siento. Lo siento mucho-.

La disculpa por sí sola no fue lo que llamó tanto la atención de Dean. Fue el tono angustiado lo que le hizo mirar hacia él. A Sam se le quebró la voz en la última frase y a continuación sorbió por la nariz. Dean le miró sorprendido. No entendía por qué lloraba, por qué se veía tan afectado cuando hasta ahora solo había demostrado indiferencia. ¿Tal vez estaba arrepentido? Dean no sabía qué pensar, solo sabía que no podía verlo llorar, no podía no perdonarlo en ese mismo instante.

Ser un WinchesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora